Vivimos en un mundo en donde nos meten las tentaciones por los ojos y nos crean necesidades, hora tras hora, dia si, dia tambien.
A estas alturas todos sabemos que el llegar a adquirir tal o cual modelo de coche, moto, movil, o tocadiscos.. es cuestion de esfuerzo, ahorro o capacidad de endeudamiento.
Comprarse maquinas de tres millones y pico para irse a pasear con los amigotes los sabados y hacer un expléndido viaje anual, ha pasado de ser la excepcionalidad de los mas pudientes, a hallarse generalizado, como tambien lo del leer acaloradas quejas sobre los imposibles precios de los servicios oficiales a la hora de realizar sus mantenimientos o los de sus recambios.
Ya he comentado en ocasiones precedentes que la vida actualmente va muy rapida, y el querer iniciar nuestra vida independiente partiendo del mismo nivel economico alcanzado por los de generación anterior este logrado tras años de esfuerzo, haciendolo cuando apenas has llegado a cobrar un par de nominas seguidas y sigues siendo interino en tu trabajo, se halla profusamente extendido, e incluso socialmente aceptado.
Aquello de retrasar la boda hasta contar con unos pocos ahorrillos, y el tener que convivir con la familia politica antes de poder saltar a una casa propia, ha quedado ya en el olvido.
Basta con ponerse un rato junto a una rotonda o semaforo para contemplar quienes conducen los pepinos que nos gustaria, o hubiera gustado haber conducido, y cuales son los vehiculos que llevan sus padres.
Hace años, recuerdo que un compañero comentó que cuando dejara los barcos pensaba aprender a jugar al golf. Le miramos sorprendidos y nos aclaró: La verdad es que no se que tendra eso de darle a una bola con el palito, pero como me gustan los coches que usan, los wiskys que se toman, y lo bien que comen las gentes ricas que lo practican, seguro que algo bueno tendrá ese dichoso juego.
