Dejamos Piornedo, que tenemos que ir a Balboa a dormir, y vuelvo a pinchar, pero esta vez la rueda delantera...
Le metemos un spray reparapinchazos y no funciona, me voy a estampar bajando así la carretera de montaña con precipicio a un lado y sin quitamiedos, así que le metemos otro bote de spray, y esta vez funciona.
Y llegamos a un pequeño taller donde me ponen la cámara de repuesto que llevaba.
El freno de cubierta está un poco plegado, seguramente al meterle el desmontable cuando me cambiaron la cubierta la semana pasada, y ha pinchado la cámara.







Seguimos ruta. Aún tenemos tiempo de visitar el castillo de Doiras



















Pasamos por una pista en la que los arboles tanto crecer estaban invadiendola, quizá por eso les hayan cortado un trocito para despejar el camino










A partir de noviembre hacen fiestas de la castaña, debe ser una pasada ver todos esos bosques con el suelo lleno de castañas, y las fiestas populares que organizan, con queimadas y demás, bueno, esto ya nos lo explicará algún forero de la zona, pero dan muchas gasnas de ir para allá en esas fechas a verlo.




Salimos a campo abierto, paradita para disfrutar las vistas







Con los últimos rayos de sol, llegamos a Balboa.
Gracias a las crónicas del forero Ceibe, nos quedamos con el nombre, y ya que íbamos al Courel y quedaba cerca, lo incluimos en la ruta.
Y merece la pena la visita.







Entramos en la palloza municipal para ver si tienen alojamiento para esa noche y nos pueden dar de cenar.




Resuelto alojamiento y a por la cena




Traemos hambre, y el primer plato está tan bueno que no hay tiempo para fotos.
Pero a los segundos platos si. Cómo picaban las patatas...







Mientras llega el postre, os enseño el escenario de la palloza...




Y aquí está la tarta casera de queso, buenísima, como toda la cena




La palloza es moderna, pero construida al estilo tradicional.




El techo




A la mañana siguiente volvemos a la palloza a desayunar.







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