Mi humilde opinión es que el progreso significa muchas cosas, y que las rosas tienen espinas, las monedas cara y cruz, la economía activo y pasivo, y las personas comemos y cagamos, somos ángeles y demonios a la vez. El progreso (o la tradición) en sí no es bueno ni es malo, simplemente tiene partidas y contrapartidas.

Vamos, que no se puede tener todo en esta vida. Esa creo que es una de las leyes universales. Si hay vehículos, hay personas que se salvan de morir de "un aire" en su casa (así llamaban los analfabetos a las embolias), hay posibilidades de desarrollo en los lugares más alejados de las grandes ciudades, pero a cambio hay contaminación, hay deudas, hay consumismo. Hay trabajo para muchos miles de personas gracias a la automoción, hay montones de residuos imposibles de reciclar.

Ay las formas de vida tradicionales... mantenerlas supone una realidad inalterable: el ser humano siempre ha necesitado esclavos por su tendencia innata al mínimo esfuerzo, al menos mientras las máquinas no se han desarrollado. O bien animales de tiro, o bien cautivos de otras razas y religiones como los negros animistas que todavía hoy en día son cazados con lazo en Sudán y que trabajan grandes propiedades agrícolas o sirven a sus amos en Arabia Saudí o Londres, o bien mujeres compradas y vendidas a sus padres como propiedades, sin más derecho que parir y servir en régimen de esclavitud no nominal a sus esposos e hijos, que a su vez son también propiedades para trabajar, comprar y vender, y sobre las que los varones tienen derecho incluso sobre lo único que tenemos, nuestras vidas.

En general, donde no existen las máquinas (soy más de andar por casa: lavadora, plancha, agua corriente, tractores), para que prosperen unos tienen que aprovecharse y rapiñar a más de la mitad de la población. Puede ser mejor o peor, pero nunca es justo porque los que pagan el pato son siempre los mismos: los débiles, los enfermos, las mujeres, la infancia.
A veces (no siempre) los que piden que se mantenga el status tienen una jeta que se la pisan... siempre tendrán la esclavita que les limpie, les planche, les ***** con dolor de cabeza, recién paridas o no... ahora, si piden mantener las tradiciones y además aplicar a rajatabla los derechos humanos, los de la mujer y los de la infancia, perfecto.

Me parece que muchos saldrían ganando con sociedades como las nuestras, aunque no sean demasiado sostenibles.

Lo siento, me ha salido la vena feminista...