Día 14. Skjak - Kirsarvik. 400 Km. 10h



Con el regustillo dulce del día de ayer nos levantamos felices. La verdad es que nos sentó de maravilla. Junto con el día de la llegada a Cabo Norte, creo que fue claramente de las mejores etapas

La etapa de hoy no sé si será tan tremenda, pero aun así tiene tres puntos muy llamativos. Por un lado la carretera turística 55, luego la iglesia de Borgund y finalmente la abominable Carretera de las Nieves. Vamos allá!

La alegría nos dura poco, cuando empezamos a cargar las motos ya chispea y en nada empieza a llover de verdad... chubasqueros y a la carretera!

Es una auténtica pena, pero me parece que nos vamos a chupar la carretera 55 lloviendo...



A ratos para un pelín, pero ni por asomo como para quitarse el plástico. De todas formas la temperatura no para de bajar, así que tampoco molesta demasiado.



Disfrutamos del entorno aun así y cuando nos damos cuenta la tropa no viene detrás. Habrán parado en algún mirador?

Nosotros nos detenemos en uno a contemplar el paisaje y disfrutar de la compañía de los borregos y de los 4ºC que hace.



Tras cinco minutos largos nos empezamos a preocupar, así que decidimos dar media vuelta e ir al encuentro de la tropa. Nos los encontramos de cara subiendo.

Resulta que Manolo ha tenido una caída en un tramo de obras. Había caído al cruzar un puente de madera provisional. Cuando lo pasamos nosotros ya vimos que tenía mala pata, porque estaba pensado para la rodadura de los coches, si te salías de las tablas de los lados estabas perdido y más con el agua que caía... y fue justo lo que pasó.
Consecuencias para el piloto: contusión en el hombro y un arañazo en la mano.
Consecuencias materiales: chubasquero roto, raspones aquí y allás y lo peor de todo... estribera derecha arrancada

Como puede seguimos por la carretera hasta llegar a algún sitio civilizado donde pensar una solución.

Disfrutar de los paisajes se hace difícil con el panorama.



Cada vez más nieve y más frío, hasta 3ºC. Si este no es la carretera de las nieves, cómo será la de las nieves?



Al bajar del puerto encontramos una gasolinera que además tiene un taller adyacente, lo cual nos da un poco de esperanza porque confiamos en que tengan herramientas y materiales en caso de necesitarlos o nos pongan una grúa si no hay solución.

Tras examinar los desperfectos, los mecánicos MotoRutones deciden que lo mejor será desmontar la estribera del pasajero y montarla delante.



Bingo! Funciona! Queda un poco guachapera, pero hará el papel hasta Valencia.

Ahora solo nos queda encontrar un chubasquero de reemplazo, suerte que la gente de la gasolinera nos indica un lugar donde hacernos con uno.

Después de haber salido del paso y visto que Manolo se encuentra con fuerzas y ánimos, continuamos hacia el siguiente objetivo, la iglesia de madera de Borgund, del siglo XII.



Es espectacular su construcción escalonada y su color negruzco, adornada con dragones y otros motivos



La vimos por fuera bajo la lluvia, para entrar hay que pagar y no teníamos demasiado tiempo, pero parece que dentro hay un pequeño museo y que el interior está muy bien conservado.

Volvemos a la carretera y dicen los demás MotoRutones que un policía agazapado nos echa una foto con su radar! A día de hoy no nos ha llegado nada, espero que siga así

De camino, en una gasolinera nos encontramos una de las numerosas áreas de carga de Tesla. Sorprende ver la cantidad de coches de esta marca que hay por este país.



Seguimos hacia la carretera de las nieves, a la que tildamos de abominable a priori, pero que se irá ganando ese calificativo.

Se trata de otra carretera turística poco transitada. Existe una opción para evitarla que pasa por dentro de la montaña empleando un túnel psicodélico con un montón de luces que también llama la atención a los turistas.

Empezamos el ascenso tras discutir si la hacíamos o no por la climatología, pero decidimos liarnos la manta a la cabeza. Resulta ser una carreterita estrecha y muy bacheada. Elena a la primera de cambio dice NOOOONNNN! Su espalda no está para trotes, así que Borja y ella se dan la vuelta para pasar por el túnel.

Los demás seguimos con el plan. La subida espectacular y llegar arriba increíble. Gélido! Me recuerda a las fotos de Islandia, no he estado (de momento :P ) pero Jose corrobora que le da un aire.



Nos encantó! Una auténtica gozada!



Al ir bajando encontramos un mirador flipante que nos ofrece vistas al fiordo Aulands donde encontramos un montón de moteros variopintos.







La idea era encontrarnos con los desertores cuando confluyeran el túnel y la carretera de las nieves, pero no nos entendimos y se hizo la hora de comer, así que decidimos encontrarnos en el camping.

¿Qué os parecen las vistas desde el camping?










En fin, un día de emociones fuertes pasado por agua, si no que se lo pregunten a Papá Noel



Acupuntura para el magullado y descanso para los demás, que falta nos hace. Mañana más