No fue caída propiamente dicha, fue atasco en fango y al no poder salir la deposité cuidadosamente a un lado.
Me costó dios y ayuda salir de ahí, arrastrándola de lado a lado. Hasta que pasó un ciclista, me echó una mano y al final dijo. ¿Por qué no la enderezas y sales de ahí todo recto?
Y oiga, lo más fácil del mundo, menos chapoteo en el barro y más tirapalante.