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Tema: Surcando las nubes, con caída por día

  1. #1
    Ya lleva tacos Avatar de kitxi
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    16 Jan, 11
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    Ecuador
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    Surcando las nubes, con caída por día

    Este lunes y martes teníamos libre por fiestas de Quito, y como no me gusta mucho a mí la gente y la fiesta, decidí irme a Cuenca, a unos 400 km de Quito dirección sur, con varios motivos en mente: pasear la camioneta porque allí hay mucha afición a ese tipo de vehículos, para ver si la vendía; escalar con mi amigo Juan Gabriel que vive en Cojitambo, e ir el lunes a Guayaquil a hacer unos papeles de la LML que tengo ilegal. Aquí mis vehículos en Ecuador:



    Al final, por motivos varios (y obvios) me fui en la moto, y encima como con las prisas me olvidé los papeles de la vespa ni fui a Guayaquil. Y vaya si salí con prisa: los jueves se juntan los de las KLR por la noche a dar un paseo; ese jueves no fue una excepción, y nos fuimos a hacer una pequeña ruta trail por detrás del Ilaló (un antiguo volcán prehistórico con la caldera caída, en los valles). Luego cervecita y a las doce a casa... imposible preparar el viaje!! teniendo en cuenta además que fue esa misma noche (o sea, a partir de las seis que es cuando se hace de noche aquí) decidí irme en moto.

    Aquí va la crónica del viaje que me eché entre pecho y espalda... espero que la disfruteis. Ya sabeis, como siempre, mucho blablabla

    PRIMER DÍA: viernes, Quito-Cojitambo, 450 km



    El viernes me escapé de la universidad en cuanto pude, a la una de la tarde; voy a casa, preparo un batido de frutas, me lo tomo mientras preparo las cosas, y a las tres y media estoy saliendo de casa después de ajustar el freno trasero y dejarlo bien sensible, que a la mínima que le tocas ya está frenando... pero aún me faltan dos cosas: tensar la cadena donde el Pedro e ir a por mis gatos de escalada al búlder. Con todos los deberes hechos, a las cuatro y media pongo rumbo a Cuenca, con una leve llovizna:





    Aquí se hace de noche sobre las seis y media... ¡¡¡para algo estamos en el Ecuador!!! Por suerte nada más salir de los treinta kilómetros que me llevan a la salida sur de Quito, en Tambillo, milagrosamente deja de llover y puedo subir el páramo del Cotopaxi (sí, ese volcán que si erupcionaba se llevaba por delante a todo Quito y parte del extranjero jajajaja) tranquilamente. Por suerte también aquí el frío no es muy frío, y me puedo secar en el trayecto. La única novedad en este tramo es que... bueno, que casi me mato, jajajajaja. Esta será la primera de dos en este día de viaje. Hasta donde yo sabía en Ecuador las motos no pagan peaje... Simplemente pasan por un ladito. O al menos eso he hecho yo siempre . Además, aquí en Quito hay unos túneles, los túneles de Guayasamin, que unen Quito con los valles y tienen un paso para la gente que tiene una especie de control remoto para pagar. Este paso (el telepeaje) no tiene barrera. Así que llego yo al peaje de Machachi, me pongo en el carril de telepeaje y me pongo a acelerar... si no iba a 80 iba a 100... follada... pensando bah! esto ha de ser como en los túneles de Quito... Hasta que me doy cuenta que de hay barrera y me toca clavar freno doblemente: pisar freno a saco hasta que la moto culea hasta casi tumbar, cuando veo que se va a ir, soltar freno hasta que se endereza, y volver a clavar para, mientras derrapa meterme por la esquina de la valla. Por suerte esta experiencia me ha hecho darme cuenta que puedo hacer una frenada de emergencia a altas velocidades sin matarme jajajajaja Da cierta seguridad saber que puedes hacer algo bajo adrenalina que crees imposible Con el corazón a cien paro en una esquina a coger aire y dar gracias porque no me ha pasado nada.... y me vienen los guardias a reclamar que no he pagado, en fin.

    A la altura de Ambato me llueve lo justo para volver a mojarme lo que ya se me había secado. Ya es de noche, se nota el frío; sigo hasta Riobamba. A las ocho de la noche ya he cruzado la ciudad y estoy dirección a Cuenca. Este tramo del trayecto Quito-Riobamba no es muy agradable porque bueno, es autopista, hay mucho tráfico, no hay señalización y la gente aquí conduce muy mal. En Riobamba paro a cambiarme de guantes y ponerme los de invierno, y cuál es mi sorpresa cuando descubro que se me ha caído el carenado derecho de la moto Que puta mierda. Sí oí algo medio raro por Ambato, incluso me giré, pero creo que el ruido era un coche pisando mi plástico... en fin, ya nada Mi pobre moto... Una pena....



    Una de las características de este viaje es que iba sin GPS, aquí las señalizaciones en las carreteras no son muy buenas, más bien no hay, y me tocaba parar muchas veces a preguntar. Fue muy triste comprobar cómo la mayoría de las mujeres no sólo no saben explicarse, sino que encima son super inseguras y no se atreven ni siquiera a intentarlo. Los hombres también se explican de pena, pero por lo menos lo intentan. Imaginaos una explicación del tipo "siga largo la calle y luego suba hasta la tinaja". Traducción: tienes que continuar la calle por la que vas hasta algún desconocido momento en que tienes que girar no se sabe si derecha o izquierda, pero para arriba, ¡obvio!, hasta (uno deduce que) llegar a una rotonda con una tinaja gigante encima. ¿La solución? preguntas, avanzas dos calles, vuelves a preguntar, y así hasta dar con alguien que te explica bien y llegas al camino correcto.

    Una vez cruzado Riobamba es cuando uno empieza a disfrutar del viaje. El clima... aceptable. La moto... una bestia. La carretera... curvosa, vacía y entretenida, la niebla... la justa, y yo... ¡¡feliz!!! Llegué a las 12 de la noche, y ¡no es para menos!



    El primer tramo desde Riobamba a Alausí me acompañaron las estrellas y Orión a la izquierda, con una tormenta de rayos allá a lo lejos, encima de la selva. El tramo, entre Alausí y Cañar, suele hablar neblina (que dicen aquí)... aunque en realidad no es neblina, sino ¡las mismas nubes! Uno sube tan alto los Andes ¡¡que se mete a nivel del cielo!! ¡Que maravilla! es una sensación indescriptible. Sólo se puede experimentar. ¿¿¿¿A qué huelen las nubes???? ¡¡¡¡A Ecuador en moto de noche!!!! jajajajajaja Una mezcla a azufre y ozono (no sé, me lo estoy inventando, no sé a qué huele el azufre y el ozono, pero era un olor especial) un mojarse sin lluvia, un achachay que frío tan rico, que no hay palabras. Ecuador de noche huele distinto a España. Aquí uno ve las nubes que ve en España allá arriba, a la altura de sus ojos... Intentaré explicar esto en el viaje de vuelta.

    Tuve problemas con la combinación gafas+pantalla del casco+lluvia o niebla. Pero sí hubo un momento que había tanta niebla, estaba la nube tan densa, justo a la altura de la entrada al parque natural de Sangay, y justo cruzando un puente, que ni sin gafas y sin pantalla conseguía ver más de un metro por delante mío. Por suerte sólo duró un ratito. Las curvas son muy pero que muy abiertas, con lo que incita a ir a 80. Hasta que (mecagüen la puta) me pongo a acelerar en una recta y de repente veo que viene una curva cerrada, yo que no creo que pueda tomarla sin salirme de mi carril, y unas luces que veo que alumbran la niebla del otro carril... Hay que bajar el ritmo sí o sí. Leves toques al freno trasero sintiendo como baila un poco la moto de atrás (menos mal que lo había ajustado antes de salir) mientras voy metiendo la moto para mi carril, ayayayayayayay, ¡¡¡salvada!!! y menos mal porque ¡¡¡era un camion enorme!!! Después del susto bajo el ritmo y hago el resto del trayecto detrás de algún bus, algún coche,... alguien que se sepa el camino. Iba demasiado envalentonada para la niebla que había...

    Desde Riobamba uno sube hasta Alausí, se mete en las nubes, las sobrepasa, conduce por encima de ellas, baja y sube hasta llegar a Cañar. En ese punto ya empieza el descenso. Curiosamente Alausí y Cañar están más bajos que Cuenca, pero no Biblián. Ya llegando a Biblián (casi en destino) apenas me llueve un poco para recordarme que en Ecuador, a veces, también llueve. Acabo de cruzarme un buen trozo de Los Andes, he dejado a mi izquierda unos cuantos parques naturales (Llanganates, Los Altares, Sangay), y por fin ya estoy bajando a mi destino. Recordaba que para ir a casa de Juan Gabriel tenía que meterme a la derecha en algún momento frente a Azogues. Me meto en tres salidas equivocadas, la tercera acabo traileando hasta que llego a una casa donde me toca dar la vuelta. Estoy tan cansada que a mitad del giro en U ¡pum! al suelo. Cagüenlaputa!! Sólo podía pensar como el jueves llevando a Alberto de paquete hice giros mucho peores en terreno peor y no nos caímos. Su puta madre, Por no hacerlo con decisión y por no poder sujetar la moto en parado, de la que se me inclina un poco. Tocó levantarla sola; por suerte ¡pude! Ya en la casa, tenía tal subidón de adrenalina de un viaje tan de puta madre, que no tenía sueño. Hasta que comí algo, y la digestión empezó a hacer efecto. Cierto, ¿no? no había comido nada desde prácticamente la mañana.

    DIAS DE DESCANSO: sábado y domingo, escalada, 0 km.

    En esta zona del Ecuador estaba, antes de la llegada de los Incas (y después de los españoles) la civilización de los Cañaris. Hay varias ruinas, unas se llaman Ingapirca en Cañar (las más conocidas) pero la montaña de Cojitambo también tiene sus ruinas. Es más, estos tipos se dedicaban a alisar las cimas para hacer planicies en ellas y usarlas para indicar las vías al oriente (la amazonía), a la costa, etc. Tenían trato comercial con la etnia de los Shuar en el oriente y distintas otras (no me acuerdo el nombre) en la costa. Fueron de las civilizaciones que más pelearon a los incas, creo recordar que incluso fueron los que ayudaron a los españoles en contra de los Incas (que llevaban 50 años de colonozación pre-hispánica en el Ecuador cuando llegaron los españoles), y se nota porque en esta zona hay mucho más mestizaje que en Quito. Quiero decir: si vas a un pueblo 100% indígena, algunos parecen europeos, cosa que no pasa en la zona de Quito.

    La montaña de Cojitambo es una de las tres montañas sagradas de los cañaris de esa zona. La otra se llama Fasaiñan (camino de lágrimas) y guaguayumi o algo así. El pueblo de Cojitambo es pueblo de picapedreros, al estilo tradicional:



    Este es el Cojitambo, y ese día nos subimos la vía que se ve limpia y clarita que empieza en la base, hace una curva hacia la derecha y sube hasta la cima. Aquí os presento a Juan Gabriel, una leyenda de la escalada en Ecuador, y uno de los primeros en incentivar el turismo de aventura allá por los años 80-90:



    En la noche de celebración nos bebimos una botella de Pecho Suco! o sea, de tequila, podríamos decir, jajajaja y el domingo escalamos un poco más.
    Última edición por kitxi; 08/12/2016 a las 05:06

    Es bueno tener amigos, pero es mejor tener amigos moteros

  2. #2
    Ya lleva tacos Avatar de kitxi
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    Bueno gente, aún me faltan dos días de moto: el paseo que me pegué el lunes, y el retorno del martes. Ocho horas cada día, las cuales todavía me están pasando factura, jejejejeje

    En cuanto pueda os cuento la segunda parte. Mañana no creo porque vienen estos locos de las KLR a casa a tomarse la otra botella de pecho suco que compré

    Saludos, buenos días para vosotros, yo en cambio me voy a dormir ahora mismo.

    Gabon!!!

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  3. #3
    De lejos tu mejor crónica desde que vives en las nubes.

  4. #4
    Veterano mototrailero Avatar de josemari
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    Buen relato de tu ruta/aventura nocturna.
    Suzuki DRZ400E Ex-Dominator650 88 - DRBIG 750 - DR 600 Djebel - XT 600 88

  5. #5
    Ya lleva tacos Avatar de kitxi
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    ¡Sigo!

    Cuarto día: Cojitambo-Gualaquiza-Sigsig-Cojitambo, 350 km, 8h

    Bueno, a ver si me acuerdo de todo, jejejejejejeje

    Este día era día de moto, y había muchas ideas y planes. La inicial era ir hasta Sigsig para ir a visitar una cueva y un castillo preincaico de los cañaris, o sea, poca moto y más paseo. Iba a venir mi amigo de paquete, pero cuando en la noche me dijo "mejor vamos en coche" le dije que no, que mejor me iba sola jajajajajajaja Esa no es la actitud!!. Al final él se fue a pasar el día con su familia y yo, con la calma, una buena dormida, un contundente doble desayuno, sin tener muy claro qué mismo iba a hacer... cuando cogí el mapa un poco antes de las doce e hice un estudio profundo decidí que ¡¡¡a tomar por culo!!! me iba a hacer un rutón. Y peazo rutón me hice



    ¡¡No importaba nada!! aunque fuera tarde... aunque no tuviera ni puta idea de cómo eran las carreteras... por lo menos sí sabía que iba a bajar de la sierra a la amazonía, y subir, y entre medias el mapa marcaba 120 kilómetros por el oriente... esto me hacía reflexionar en que si no iba a ser demasiado... pero rápidamente me lo quitaba de la cabeza vaya que me hiciera cambiar de idea jajajaja Es lo bueno de rodar sola, no hay que discutir, convencer ni complacer a nadie jajajajaja. Resumiendo, me iba a hacer dos pasos de montaña sierra-oriente, uno desde Gualaceo a Pan de Milagro (antes de empezar a bajar hacia el sur hacia Gualaquiza) y otro desde Gualaquiza a Sigsig (éste marcaba 100 kilómetros).

    Salgo a las doce y media, pero hasta la una y media no llego a Gualaceo porque me paso el cruce, me voy hasta Cuenca (no consigo dar la vuelta, cuando encuentro un puente resulta que está cerrado por obras...) y acabo haciendo unos 70 kilómetros de más antes de ponerme en ruta hacia Gualaceo por fín. Lo mejor de todo (lo siento no saqué foto) es que entrando a Gualaceo hay un cartel que pone "Gualaceo, pueblo de buenos esposos" y un hombre cocinando jajajajajaja Está clarísimo, tengo que buscarme un hombre de allí jajajajajajaja Para llegar al camino que me llevaba hacia el oriente, preguntando preguntando me indicaron que cruzara el puente. Qué pena que se ve tan lejos porque era espectacular:




    El primer tramo desde Gualaceo hasta Pan de Milagro (os juro que se llamaba así el pueblo) son unos 100 o 150 kilómetros (ya no me acuerdo) de una carretera a ratos asfaltada y a ratos pista con mucho grijo. Subo hasta 4000 metros de altura (Cojitambo está a 2800m y Cuenca a unos 2400m creo) por una carretera que está a medias, entre asfaltada y sin asfaltar. Yo diría que un 25-30% de asfaltado. Aquí los gobiernos nunca han invertido en infraestructura, y cuando llegó Correa se puso a asfaltar como loco muchas rutas principales, entre ellas rutas que unían costa-sierra y sierra-amazonía. Por ejemplo, ésta ya la han arreglado, alisando, ensanchado, y está en proceso de asfaltado. Por eso tanto grijo, como se ve en la foto:



    ¡¡¡menuda curvita la de la foto!!! en vivo impresionaba... y donde no se ve había un río por el que pasaba la carretera, menos mal que el caudal estaba bajo. Nada más empezar este trozo desde Gualaceo hasta Pan de Milagro hay un cartel que pone "usted circula por esta vía bajo su responsabilidad". Tengo que decir que un cartel así acojona. Verdaderamente. Porque en este país es difícil luchar contra los procesos naturales, y hay muchos derrumbes, los ríos se desbordan fácilmente e invaden la vía, y encima hay movimientos de tierra que también hunden la carretera cada cierto tiempo. Toda una aventura jejejejejeje. Por suerte tuve buen clima.

    El inicio del camino es muy bonito, esta zona se parece mucho a Euskadi y el norte, mucho verde, colinas, valles,





    hasta que se llega al páramo, o sea, al llano en la cima antes de empezar a bajar. No pude hacer muchas fotos porque iba con el tiempo pisandome los talones, y tenía que darme prisaaaaaaaa. Como veis, me puse el reloj en el manillar para ir controlando la hora.





    Este tramo y casi toda la bajada ya era puro grijo, de ese en el que si vas sentado en la moto no puedes ir rápido porque van bailando las dos ruedas, y por tanto como iba con prisa para dar gas había que ponerse de pie... Quería ahorrar energía porque aún estaba en el comienzo de la ruta, no sabía qué iba a pasar y prefería ir sentada, pero al final tocó levantarse en los estribos y empezar a dar un poquito más de gas... ¡¡Bonita ruta!!






    Aquí ya empieza la bajada.




    Y se nota, porque empieza a cambiar la flora, se ven más árboles tropicales y más colores también. Hay muchas cascadas y ríos, no quiero imaginarme cómo será con lluvia esta ruta. Una cosa curiosa que me pasó fue que cada rato veía nubarrones oscuros en un lado, y sol y cielo azul en el otro. Y pensaba "por favor, que mi ruta no pase por las nubes..." y siempre siempre siempre, según iba avanzando, siempre el camino me llevaba al sol y al cielo azul (¡¡gracias a diós!!). Así que pude disfrutar de un día espectacular, con un clima inmejorable:





    Casi fin del primer tramo...



    ¡¡Espectacular!! ¡¡Que maravilla!! ¡¡Diós santo cómo pueden existir lugares tan hermosos!! ¡¡las fotos no dan crédito!! al llegar a la curva ¡¡me quedé extasiada!! ¡¡Yo estaba en el cielo, y la tierra y los humanos estaban bajo mis pies!!



    Bueno, tal vez no...



    Una vez bajado hasta el valle, y empieza el segundo tramo, dirección sur hasta Gualaquiza. Son las tres o cuatro de la tarde (ya no me acuerdo). Las señales me indican que tengo unos 80 kilómetros hasta el segundo destino antes de empezar a subir noroeste hasta Sigsig. La carretera está de puta madre, recién asfaltadita. Tengo mil imágenes en mi mente a las que no pude sacar foto porque no había tiempo... Necesitaba llegar... me dicen que el camino Gualaquiza-Sigsig no es tan bueno como el que acabo de hacer. Me importa un pimiento, no pienso volver por donde vine, ¡¡hay que hacer ruta circular!! El camino es muy agradable, con curvas muy abiertas que se pueden coger a 80km/h, poco tráfico, muchas señales de "cuidado derrumbes", "atención falla geológica", "peligro hundimiento de la vía". Descubro que estoy en territorio Shuar (los que a nosotros nos enseñaron como jíbaros, pero aquí es una ofensa llamarlos así). Lo más espectacular es ver cómo la selva se come a la carretera, parece que estás pasando por un tunel de vegetación, los árcenes están limpios, pero las copas de los árboles invaden el cielo. De repente, me encuentro con un peñón enorme, espectacular, impresionante, majestuoso, encima de un pueblo llamado Pan de Oro. Resulta que el peñón también se llama así. No paro a hacerle una foto cuando mejor se ve su magnificencia, pero en cualquier caso, y después de bordearlo y subir un poco, le hago esta foto que no da cŕedito a lo que realmente ví:



    Después de esto ya no hago más fotos hasta llegar al ínicio del último tramo. Llego al siguiente cruce a las cinco.



    He pasado Gualaquiza y de repente me doy cuenta que no he comido nada desde que salí. No sé con qué me voy a encontrar ahora. No hay tiempo, he quedado a las siete con otro amigo (motero, de los de KLR de Quito) en Cuenca. Tengo que darme prisa. Me quedan 100 km, con suerte los hago en dos horas, más media hora hasta Cuenca, siete y media estoy ya con mi amigo. Paro en el cruce para mandar dos sms, y avisar tanto al escalador como al motero dónde estoy y que llego tarde.





    Luego mi amigo de Cojitambo me dice que la gente en Cuenca para decir que algo está muy lejos dice que está en Gualaquiza. Y piensa... "se ha debido de confundir, a de estar en Gualaceo" jajajajajajajajaja

    Este tramo de carretera, el último, es el mejor de los tres que he hecho, con diferencia. Carretera 100% trail. Qué gozada. También lo están asfaltando, pero no están tan avanzados, así que aún se mantiene en su estado más puro un 90% del tramo. Una de las cosas que me asustaban en España y que aquí no me asustan es andar sola por caminos así, porque por suerte aquí siempre te encuentras con un bus, un camión, un coche, un pueblo, una casita,... este país está superpoblado y eso me da mucha seguridad. Además, por lo general en la sierra la gente del campo tiene buen corazón, así que voy bastante tranquila. Los de ciudad son peor gente jajajajajaja

    No puedo explicar cómo disfrute, por fin, esta ruta, pero aquí van unas fotitos:








    Aquí me acojoné. Me acordaba de IndarKTM y su viaje a Rusia. ¿No eran los puentes parecidos, aunque más grandes? Había dos opciones, o hacer el vadeo (no creo... ¿solita? por suerte 100 metros más atrás había una familia tomando el sol en frente de su casa y sabía que a las malas podía ir a buscarles) o pasar por el puente... Decidí que por el puente:



    Decidí trazada, "venga Oihane, esto se hace de una vez, no titubees, te metes en el carril de madera de la izquierda, enfilas, y una vez encima del puente ya estás a salvo." La teoría todo correcto, sabía que en cuanto me pusiera encima del puente todo iba a estar controlado... La práctica, ¡¡una puta mierda!! Llegué a las piedras, me acojoné, desaceleré, la moto se tumbó un poco, y ¡a la mierda! al suelo. Dudé entre si ir a pedir ayuda o no, pero al final intenté subirla sola y... ¡prueba superada! sin montarme subí la moto al puente (y me pasó lo que me hizo titubear y caer, la rueda de atrás derrapó en las rocas y casi me caigo otra vez, y eso que no iba montada) y una vez encima del puente ya todo correcto, me monté y ¡¡a continuar con la ruta!!

    Más adelante estaban con obras y camiones. Supongo que ese puente estaba bien hasta que empezaron a usarlo los de las obras, algún camión cedería los pilares del puente y así se quedó. Supongo que ahora los camiones cruzan por el río y por eso las huellas tanto en el río como en el puente. En este tramo me encontré algún que otro puente como éste pero en buen estado (por caminos por los que yo no cogí, ¿a dónde irán?) y con ríos igualitos a los ríos que tenemos en Pirineos (pero igualitos igualitos, os lo juro, por eso no saqué fotos). A veces me encontraba con cruces y dudaba por dónde seguir, pero siempre me encontré con alguien a quién preguntarle si iba por buen camino.

    Un poquito más allá de la mitad del camino empezó a anochecer:





    Y todavía me faltaba lo mejor: ¡¡subir!! la subida era como un camino de tierra típico de Pirineos o Euskadi: curvas cerradas, piedras, roderas, algún que otro barro, pero con una excepción: en este caso de nuevo estaba ¡¡surcando las nubes hacia el cielo!! Subí con niebla, pensaba que debía estar ya a la altura de la mole del pan de oro, ¡quién sabe! ¡incluso hasta podría estar pasando justo por detrás suyo! Crucé las nubes y llegué ya de noche a camino despejado, ¡¡otra vez estaba volando con la moto por el cielo!! conduje, conduje, conduje, hasta que volví otra vez a empezar a bajar a la tierra. Ya era de noche. Me acuerdo que me encontré con un autobús dando la vuelta en un sitio imposible. De repente empecé a ver más vehículos. Eran las siete. Ostia, ¡igual me da tiempo a llegar y todo!






    Pero ya estaba cansada, empezaba a notar el hambre, y decidí escribir a mis amigos para decirles que estaba a unos 30 kilómetros de Sigsig, pero que iba a comer algo allí y marchar para la casa. Absolutamente convencida de que ya estoy casi a punto de acabar la ruta, de repente me encuentro con una voladura por las obras de asfaltado:



    ¿Veis las piedras? Toca esperar como quince minutos a que venga la máquina a quitar las piedras, y otros quince a que las quite.



    A las ocho estoy en Sigsig. El trozo desde la voladura hasta Sigsig una puta mierda: obras, obras y obras, fábricas,... en fin.

    Con una sonrisa de oreja a oreja llego a Cojitambo sobre las nueve, sin comer nada, me preparo un guacamole y después una buena pasta con brocolí y tomate, porrito y a dormir, que mañana toca regresar a Quito. Fin de las vacaciones, aún me queda un día más por disfrutar. Al día siguiente también quería hacer otros dos pasos Sierra-Oriente más al norte (por Paute y hasta Guamote, casi Riobamba) pero con el día de hoy ya había tenido suficiente, así que por la noche antes de dormir me replanteo la ruta de subida, que ya os contaré otro día cómo fue

    Buenas noches amigos.

    Es bueno tener amigos, pero es mejor tener amigos moteros

  6. #6
    Va por buen camino
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    14 Jan, 11
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    Que grande eres y valiente, niña, como te atreves tu sola por estos mundos de Dios. Me alegra saber que sigues disfrutando de las dos ruedas...

  7. #7
    Veterano mototrailero Avatar de Carlos75
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    08 Jun, 14
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    Para la moto parece un país espectacular.... Por cierto el puente de Gualaceo si que es guapo:




    Gracias por mostrar tantas cosas que no conocemos

  8. #8
    Ya lleva tacos
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    Joder Kitxi muy buena cronica.
    Muxus

  9. #9
    Entre esa pedazo de DR y los increíbles paisajes no me extraña que pienses que estas en el cielo

  10. #10
    Ya lleva tacos Avatar de kitxi
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    16 Jan, 11
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    Quinto día: Cojitambo-Quito, unos 400-450 km, 8h también

    A ritmo de Vivaldi, me dispongo a escribir la última parte de este viaje tan maravilloso que emprendí en solitario. Lo hago hoy porque mañana hay ruta de despedida de fin de año. Casi la hago en solitario pero al final ayer se empezaron a apuntar unos cuantos (aquí el ritmo es diferente, la gente no se casa con nadie, así que por mucho que insistí lunes y miércoles, hasta ayer todos me ignoraron y no dijeron ni mú a la salida, pero ayer ya empezaron a nombrarse y parece que vamos mínimo 3-4 motos). Así que ya os contaré cómo fue, es una ruta que hace rato quiero hacer en moto, y he hecho ya unas cuantas veces en camioneta.

    El martes con la calma, aunque no muy tarde tampoco, me dispuse a preparar los bártulos y la moto para rehacer el camino de vuelta. Después de engrasar cadena, ajustar el paramanos izquierdo que con la caída se había desplazado y no daba juego al embrague (así volví de Gaulaquiza a Cojitambo el lunes), poner WD40 en el caballete que no se recogía con fluidez debido al barro y polvo que se le había metido, revisar la presión de las ruedas (bajísimas!!! 0.5 atrás y 0.7 delante) llenar el depósito e inflar las ruedas a 1 atrás y 1.5 delante, me dispuse a realizar el regreso.

    Ya que iba a conducir de día, decidí modificar un poco el camino. Había varias carreteras que sabía de su existencia pero nunca había pasado por, y como todas me pillaban de camino, decidí descubrirlas. El primer tramo hasta Guamote sin novedad, subí por el mismo camino por el que bajé: mucha niebla (y de día! creo que prefiero la niebla de noche, me dió la impresión que se veía más), me mojé sin llover, cada rato gotas de agua resbalaban por la pantalla de mi casco, con mucho tráfico de camiones y buses, realmente sentí que entraba en el cielo. Disculpad que no hice fotos, pero iba con prisa... el caso es que según subes de Cojitambo a Cañar,



    llegando a Cañar se ven los valles encajonados por donde discurre la ruta hacia el norte. Bueno, más bien se intuyen, porque lo que uno ve es una nube tragandose todo el valle, una nube blanca y hermosa chocando contra las montañas, queriendo pasar sin poder elevar altura, en pausa obligatoria. Una densa nube blanca, en la que cuanto más al norte subes, más te vas metiendo. A veces estás por encima de ella, otras en ella, y otras está justo sobre tu cabeza. Pero siempre es la misma nube, esa que vislumbraste en Cañar luchando por traspasar las montañas sin conseguirlo.

    Ya en Guamote siempre he cogido el camino de la izquierda para subir a Riobamba. Se pasa por la laguna de Colta y la iglesia de Balbanera (con b), que fue la primera iglesia construida en Ecuador por españoles cuando llegaron.




    Aquí empezaba el descubrimiento en esta ruta de vuelta: iba a coger el camino de la derecha para llegar a Penipe, de ahí tomar una carretera que habían hecho nueva hasta casi Baños (aquí también se puede hacer un poquito de trail por otra vía mucho más interesante, pero no ví la entrada, siempre la he hecho en sentido contrario CRONICA TUNGURAHUA-CHIMBORAZO) y después... bueno, después la idea era ir a visitar a la abuelita de mi ex-, que hacía un año que no veía, y como siempre me trataron muy bien sabía que me iban a recibir con los brazos abiertos. El tramo Guamote-Penipe mereció la pena, sin duda mucho más bonito que el otro. La carretera discurre entre un valle, el nevado Chimborazo (el monte más cercano al sol y más alto desde el centro de la tierra) te saluda majestuoso según te vas acercando a Riobamba, y son todo curvas abiertas. A la hora en la que estaba pasando yo los niños estaban regresando a casa de la escuela, y era increible encontrarte en medio de una supuesta nada niños de 4 a 6 años caminando por el arcén vestidos de uniforme de colegio. Lo malo fue que la carretera termina en Riobamba y me costó un poco encontrar el camino a Penipe, pero preguntando se llega a Roma.

    Desde Penipe a Baños, la verdad es que se me hizo un poco largo, incluso pensé que me había equivocado de camino y me estaba yendo demasiado al oeste, ¡pero no! Crucé a la montaña del frente del Tungurahua (el volcán que erupcionó el año que llegué yo a Ecuador) y de nuevo un volcán me saludaba con toda su majestuosidad.
    El desvío mereció la pena. Sin duda. Buenas carreteras bien asfaltadas y señalizadas, con unos paisajes increibles; pero no hice fotos, aunque hubo un momento en que no pude resistirme y grabé un video para que vierais cómo se ven las nubes aquí arriba. Ojalá podaís ver lo rápido que se mueven, y podais entender que esta nube que estaba sobre mi cabeza son las nubes de agua que veía, allí arribota desde la playa de Gorliz, en Euskadi:




    Una vez a la altura de Baños (en realidad no se llega hasta el mismo Baños) me fui a Pelileo y dudé si tirar para Ambato o subir a Los Andes (así se llama el pueblo de la familia de mi ex-) a saludar a la familia Soria. Son gente de campo que viven en un sitio precioso. El caso es que como había hecho muchas veces esos caminos en coche, sabía perfectamente cuál era el camino para, desde Baños, irme hasta casi Latacunga, un poquito más arriba de Ambato, sin tener que cruzar por esta ciudad. Es un valle precioso y la carretera merece la pena. Así que cuando llegué al cruce, sin pensarlo mucho, tiré para Patate y Los Andes.

    Hacía un solecito muy rico cuando llegué sobre las cuatro de la tarde. Saludé, nos alegramos de vernos, me encasquetaron unas clases de matemáticas a una prima jejejejejeje que resulta que acaba de empezar en la uni y vive muy cerca mío, tomamos un jugo, recordé lo feliz que había sido siempre en esa casa, y a las cinco de la tarde puse rumbo a Salcedo, con la confianza de saber el camino.

    A mitad camino me encuentro en un pueblo con que la carretera principal está así:



    Veía huellas, pensé que sería por ahí, no ví ningún cartel que indicara que no, y como aquí a veces te encuentras cosas que en España no ocurrirían (como que te hagan pasar por un sitio así o peor en coche)... pensé que iba bien. Pero después de 200 metros me dí cuenta que no podía ser por ahí, y antes de darme la vuelta me dispuse a sacar una foto. De la que estoy sacando la cámara...



    ¡¡¡¡Fiesta!!!! y aquí, una vez más, descubrí que la gente de pueblo es amable. Una señora pasó por al lado mío ignorandome, hasta que le pedí por favor que avisara a aquellos chicos jóvenes que estaban en el comienzo de las obras (y que me vieron pasar pero nunca me indicaron que por ahí no era) que vinieran a ayudarme a levantar la moto, porque esta vez, por mucho que lo intenté, no lo conseguí. La señora muy amable llamó a dos viejecitos que estaban por ahí, me echó la bronca por meterme por ahí (¿no vió las indicaciones?, me dijo), y entre los tres la levantamos. Media vuelta y a seguir camino, hasta que ya camino a Latacunga empezó a caer la noche, hermoso atardecer, como casi siempre aquí en Ecuador:





    Con el Tungurahua al fondo:



    Tuve que parar a ponerme el traje de agua porque empezaba a chispear y ya tocaba subir el páramo del Cotopaxi. La vuelta, fue un delicioso infierno de tres carriles atiborrados de salvajes que conducen como el culo. La mayoría va por el carril central, así que toca adelantar o bien por la izquierda (no recomendable porque van los que van un poquitito más rápidos que los del carril central) o por la derecha (tampoco recomendable porque a veces va un camión muy-muy lento y te atoras). Encima no sé qué les hacen a los coches de aquí que en cuanto empiezan a subir una cuesta no pasan de los 60-70 km/h. Así que me sentí conduciendo en un videojuego (con todas las vidas agotadas) lleno de obstáculos que yo iba evitando a unos 100-120 km/h. Sólo una vez me atreví a pasar entre dos coches, a veces alguno que sí podía ir a mi velocidad se picaba conmigo y yo me picaba más aún... y lo más suicidamente espectacular fue la bajada; esquivando coches, s-s-s-s-s-s-s y más ssssssssss. Justo cuando llegué a Tambillo (el sitio donde dejó de llover cuando estaba yendo de Quito a Cuenca) se puso a jarrear y la verdad es que ese trozo hasta Quito (la famosa Simón Bolivar) siempre está con mucho tráfico, así que imaginaos lloviendo, mucho peor. Aquí pasa como en Granada que la gente conduce aún peor de lo normal (es como si el agua les volviera más salvajes todavía), así que decidí conocer otra nueva vía, y es la que une el sur de Quito con los valles. La idea era esquivar la Simón Bolivar y en vez de subir hacia el norte por ella, subir por los valles que están al oriente de Quito. ¡¡Muy buena elección!! aprendí dónde están todos los moteles del sur de Quito de los que me habían ya hablado (aquí como lo normal es engañar a tu mujer o a tu marido hay un montón de sitios de esos que llegas con tu coche, lo aparcas en un garaje que te lleva directo a una habitación, haces lo que tengas que hacer y te vas discretamente), no había tanto tráfico, sólo al principio, y además dejó de llover. Como colofón, aparecí cerca de un restaurante de tacos de un amigo escalador, decidí parar a secarme, cenar, y saludarlo. A las siete de la tarde ya estaba allí. Cenita y a casa, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz y con ganas de contarlo

    Y así termina la crónica de este viaje.
    ¡Salud!
    Kitxi

    PD: aún no he probado esos moteles..........
    PD2: después de este viaje he descubierto que mi tanque de gasolina me proporciona una autonomía de 450 kilómetros antes de entrar en reserva, ¡¡lo cuál está muy bien!!
    Última edición por kitxi; 17/12/2016 a las 22:04

    Es bueno tener amigos, pero es mejor tener amigos moteros

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