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Tema: Surcando las nubes, con caída por día

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  1. #11
    Ya lleva tacos Avatar de kitxi
    Fecha de ingreso
    16 Jan, 11
    Ubicación
    Ecuador
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    Quinto día: Cojitambo-Quito, unos 400-450 km, 8h también

    A ritmo de Vivaldi, me dispongo a escribir la última parte de este viaje tan maravilloso que emprendí en solitario. Lo hago hoy porque mañana hay ruta de despedida de fin de año. Casi la hago en solitario pero al final ayer se empezaron a apuntar unos cuantos (aquí el ritmo es diferente, la gente no se casa con nadie, así que por mucho que insistí lunes y miércoles, hasta ayer todos me ignoraron y no dijeron ni mú a la salida, pero ayer ya empezaron a nombrarse y parece que vamos mínimo 3-4 motos). Así que ya os contaré cómo fue, es una ruta que hace rato quiero hacer en moto, y he hecho ya unas cuantas veces en camioneta.

    El martes con la calma, aunque no muy tarde tampoco, me dispuse a preparar los bártulos y la moto para rehacer el camino de vuelta. Después de engrasar cadena, ajustar el paramanos izquierdo que con la caída se había desplazado y no daba juego al embrague (así volví de Gaulaquiza a Cojitambo el lunes), poner WD40 en el caballete que no se recogía con fluidez debido al barro y polvo que se le había metido, revisar la presión de las ruedas (bajísimas!!! 0.5 atrás y 0.7 delante) llenar el depósito e inflar las ruedas a 1 atrás y 1.5 delante, me dispuse a realizar el regreso.

    Ya que iba a conducir de día, decidí modificar un poco el camino. Había varias carreteras que sabía de su existencia pero nunca había pasado por, y como todas me pillaban de camino, decidí descubrirlas. El primer tramo hasta Guamote sin novedad, subí por el mismo camino por el que bajé: mucha niebla (y de día! creo que prefiero la niebla de noche, me dió la impresión que se veía más), me mojé sin llover, cada rato gotas de agua resbalaban por la pantalla de mi casco, con mucho tráfico de camiones y buses, realmente sentí que entraba en el cielo. Disculpad que no hice fotos, pero iba con prisa... el caso es que según subes de Cojitambo a Cañar,



    llegando a Cañar se ven los valles encajonados por donde discurre la ruta hacia el norte. Bueno, más bien se intuyen, porque lo que uno ve es una nube tragandose todo el valle, una nube blanca y hermosa chocando contra las montañas, queriendo pasar sin poder elevar altura, en pausa obligatoria. Una densa nube blanca, en la que cuanto más al norte subes, más te vas metiendo. A veces estás por encima de ella, otras en ella, y otras está justo sobre tu cabeza. Pero siempre es la misma nube, esa que vislumbraste en Cañar luchando por traspasar las montañas sin conseguirlo.

    Ya en Guamote siempre he cogido el camino de la izquierda para subir a Riobamba. Se pasa por la laguna de Colta y la iglesia de Balbanera (con b), que fue la primera iglesia construida en Ecuador por españoles cuando llegaron.




    Aquí empezaba el descubrimiento en esta ruta de vuelta: iba a coger el camino de la derecha para llegar a Penipe, de ahí tomar una carretera que habían hecho nueva hasta casi Baños (aquí también se puede hacer un poquito de trail por otra vía mucho más interesante, pero no ví la entrada, siempre la he hecho en sentido contrario CRONICA TUNGURAHUA-CHIMBORAZO) y después... bueno, después la idea era ir a visitar a la abuelita de mi ex-, que hacía un año que no veía, y como siempre me trataron muy bien sabía que me iban a recibir con los brazos abiertos. El tramo Guamote-Penipe mereció la pena, sin duda mucho más bonito que el otro. La carretera discurre entre un valle, el nevado Chimborazo (el monte más cercano al sol y más alto desde el centro de la tierra) te saluda majestuoso según te vas acercando a Riobamba, y son todo curvas abiertas. A la hora en la que estaba pasando yo los niños estaban regresando a casa de la escuela, y era increible encontrarte en medio de una supuesta nada niños de 4 a 6 años caminando por el arcén vestidos de uniforme de colegio. Lo malo fue que la carretera termina en Riobamba y me costó un poco encontrar el camino a Penipe, pero preguntando se llega a Roma.

    Desde Penipe a Baños, la verdad es que se me hizo un poco largo, incluso pensé que me había equivocado de camino y me estaba yendo demasiado al oeste, ¡pero no! Crucé a la montaña del frente del Tungurahua (el volcán que erupcionó el año que llegué yo a Ecuador) y de nuevo un volcán me saludaba con toda su majestuosidad.
    El desvío mereció la pena. Sin duda. Buenas carreteras bien asfaltadas y señalizadas, con unos paisajes increibles; pero no hice fotos, aunque hubo un momento en que no pude resistirme y grabé un video para que vierais cómo se ven las nubes aquí arriba. Ojalá podaís ver lo rápido que se mueven, y podais entender que esta nube que estaba sobre mi cabeza son las nubes de agua que veía, allí arribota desde la playa de Gorliz, en Euskadi:




    Una vez a la altura de Baños (en realidad no se llega hasta el mismo Baños) me fui a Pelileo y dudé si tirar para Ambato o subir a Los Andes (así se llama el pueblo de la familia de mi ex-) a saludar a la familia Soria. Son gente de campo que viven en un sitio precioso. El caso es que como había hecho muchas veces esos caminos en coche, sabía perfectamente cuál era el camino para, desde Baños, irme hasta casi Latacunga, un poquito más arriba de Ambato, sin tener que cruzar por esta ciudad. Es un valle precioso y la carretera merece la pena. Así que cuando llegué al cruce, sin pensarlo mucho, tiré para Patate y Los Andes.

    Hacía un solecito muy rico cuando llegué sobre las cuatro de la tarde. Saludé, nos alegramos de vernos, me encasquetaron unas clases de matemáticas a una prima jejejejejeje que resulta que acaba de empezar en la uni y vive muy cerca mío, tomamos un jugo, recordé lo feliz que había sido siempre en esa casa, y a las cinco de la tarde puse rumbo a Salcedo, con la confianza de saber el camino.

    A mitad camino me encuentro en un pueblo con que la carretera principal está así:



    Veía huellas, pensé que sería por ahí, no ví ningún cartel que indicara que no, y como aquí a veces te encuentras cosas que en España no ocurrirían (como que te hagan pasar por un sitio así o peor en coche)... pensé que iba bien. Pero después de 200 metros me dí cuenta que no podía ser por ahí, y antes de darme la vuelta me dispuse a sacar una foto. De la que estoy sacando la cámara...



    ¡¡¡¡Fiesta!!!! y aquí, una vez más, descubrí que la gente de pueblo es amable. Una señora pasó por al lado mío ignorandome, hasta que le pedí por favor que avisara a aquellos chicos jóvenes que estaban en el comienzo de las obras (y que me vieron pasar pero nunca me indicaron que por ahí no era) que vinieran a ayudarme a levantar la moto, porque esta vez, por mucho que lo intenté, no lo conseguí. La señora muy amable llamó a dos viejecitos que estaban por ahí, me echó la bronca por meterme por ahí (¿no vió las indicaciones?, me dijo), y entre los tres la levantamos. Media vuelta y a seguir camino, hasta que ya camino a Latacunga empezó a caer la noche, hermoso atardecer, como casi siempre aquí en Ecuador:





    Con el Tungurahua al fondo:



    Tuve que parar a ponerme el traje de agua porque empezaba a chispear y ya tocaba subir el páramo del Cotopaxi. La vuelta, fue un delicioso infierno de tres carriles atiborrados de salvajes que conducen como el culo. La mayoría va por el carril central, así que toca adelantar o bien por la izquierda (no recomendable porque van los que van un poquitito más rápidos que los del carril central) o por la derecha (tampoco recomendable porque a veces va un camión muy-muy lento y te atoras). Encima no sé qué les hacen a los coches de aquí que en cuanto empiezan a subir una cuesta no pasan de los 60-70 km/h. Así que me sentí conduciendo en un videojuego (con todas las vidas agotadas) lleno de obstáculos que yo iba evitando a unos 100-120 km/h. Sólo una vez me atreví a pasar entre dos coches, a veces alguno que sí podía ir a mi velocidad se picaba conmigo y yo me picaba más aún... y lo más suicidamente espectacular fue la bajada; esquivando coches, s-s-s-s-s-s-s y más ssssssssss. Justo cuando llegué a Tambillo (el sitio donde dejó de llover cuando estaba yendo de Quito a Cuenca) se puso a jarrear y la verdad es que ese trozo hasta Quito (la famosa Simón Bolivar) siempre está con mucho tráfico, así que imaginaos lloviendo, mucho peor. Aquí pasa como en Granada que la gente conduce aún peor de lo normal (es como si el agua les volviera más salvajes todavía), así que decidí conocer otra nueva vía, y es la que une el sur de Quito con los valles. La idea era esquivar la Simón Bolivar y en vez de subir hacia el norte por ella, subir por los valles que están al oriente de Quito. ¡¡Muy buena elección!! aprendí dónde están todos los moteles del sur de Quito de los que me habían ya hablado (aquí como lo normal es engañar a tu mujer o a tu marido hay un montón de sitios de esos que llegas con tu coche, lo aparcas en un garaje que te lleva directo a una habitación, haces lo que tengas que hacer y te vas discretamente), no había tanto tráfico, sólo al principio, y además dejó de llover. Como colofón, aparecí cerca de un restaurante de tacos de un amigo escalador, decidí parar a secarme, cenar, y saludarlo. A las siete de la tarde ya estaba allí. Cenita y a casa, con una sonrisa de oreja a oreja, feliz y con ganas de contarlo

    Y así termina la crónica de este viaje.
    ¡Salud!
    Kitxi

    PD: aún no he probado esos moteles..........
    PD2: después de este viaje he descubierto que mi tanque de gasolina me proporciona una autonomía de 450 kilómetros antes de entrar en reserva, ¡¡lo cuál está muy bien!!
    Última edición por kitxi; 17/12/2016 a las 22:04

    Es bueno tener amigos, pero es mejor tener amigos moteros

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