Xino Xano, cronica por Asia Central.

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Dia 04. Sabado 22 abril 2017. Igoumenitsa – Alejandropolis (Grecia) 670km

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Tras la experiencia de conducir de nuevo en el sur de Italia llego a la conclusión que Asterix tenia mucha razón, “Por Tutatis, estos romanos están locos”.

Salgo de Italia igual que entré, en barco, dichosos barcos… no pego ojo en toda la noche. La butaca de hace dos días no fue buena idea, pero el quedarme en el sofá de recepción de anoche tampoco fue acertado. En fin, a las 5 de la mañana ya estoy en espera a llegar a puerto, aunque no desembarcamos hasta pasadas las 6.

Al acceder a bodega veo la curiosa estiba de la moto y como la aseguraron.

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Una vez fuera del barco estoy de nuevo en territorio Griego, en un puerto que me trae antiguos recuerdos, tal como ya expliqué ayer. Está todo muy cambiado, pero de algo tienen que servir los mas de 20 años transcurridos desde mi ultima estancia.

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Amanece poco a poco y descubro la charretera que me lleva entre montañas y más montañas, una preciosa carretera que enlaza poco después con una autopista por la que cruzare todo el país, de oeste a este. En mi anterior viaje tardamos dos días en recorrer este mismo camino, pues era una carretera de un solo carril donde los conductores griegos aprovechaban el arcén para convertirla en vía de doble carril. La conducción se hizo difícil. Ahora es autopista de peaje, y como soy de Barcelona y esto ya no es Italia hay que pagarlos todos.

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De momento solo me cruzo con los camiones que salieron antes que yo del barco, nadie más, circulo por la solitaria vía y a pesar de tener depositadas mis esperanzas como un lagarto en la salida del sol la temperatura ambiente no asciende, y la mía tampoco. Frio, mucho frio y muy penetrante, y más tras salir de la panza caliente de la ballena que me ha soltado en tierra, y no ayuda el ascender entre montañas cogiendo cada vez mas altura. Los 2º negativos me obligan a parar y ponerme los pantalones térmicos, y a esa temperatura quedarse en calzoncillos en un arcén de la carretera no es lo mejor para entrar en calor. No pasará de 4º o 5º durante la mayor parte del trayecto de hoy.

Salgo de la autopista para buscar una gasolinera y encuentro un cartel de Meteora, así que decido acercarme y ver de nuevo los peculiares monasterios en lo alto de las peñas. Tras un rato circulando por la revirada carretera logro dar con una gasolinera y decido que no es buena idea dejar la autopista para hacer turismo. Tengo que hacer el máximo número de km, pues mañana debo llegar a Ankara para estar el lunes a primera hora en el consulado de Turkmenistan y me quedan muuuuchos km por delante.

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La gasolinera está en una zona rural, tractores aparcados frente al pequeño bar y dentro paisanos de charla frente a la estufa de leña jugando con un comboloi entre sus manos y preguntándose de donde ha salido este tío con casco. Gente sencilla y curiosa, cruzamos una palabras en idiomas propios maternos, pero con interés mutuo logramos entendernos. Será la tónica del viaje, aquí y en cualquier parte del mundo si dos personas se quieren entender se entienden.

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Retomo la vía rápida y enlazo km tras km sin novedad, solo el precioso paisaje de montaña y el frio que logro remitir tras comer algo y tomar medio litro de té caliente. A partir de Salonica vuelvo a ver el mar y circularé el resto del día junto a él, hasta llegar a Alejandropolis, donde decido hacer parada y fonda. Suficiente por hoy.

Descubro una fea ciudad costera de apartamentos turísticos y ambiente playero, que podéis imaginar la fiesta que tiene a mediados de abril.

Busco un sitio donde quedarme que cumpla mis expectativas, y tras recorrer varios hoteles que hay abiertos fuera de temporada logro negociar una habitación a precio aceptable.

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Un consejo que me dio un amigo viajero fue que regateara siempre los precios de los hoteles, ya que el precio inicial ya te lo dan y de ahí todo lo que puedes logar es un descuento. Así lo hago el resto del viaje, y me inicio en el tema en esta ciudad. Logro un precio ventajoso, pero a cambio me dan una habitación que no le funciona la calefacción. No hay problema, la opción de montar la tienda de campaña en la playa no me seduce, así que ducha muy caliente y salgo a cenar. A la noche pondré dos mantas, y con lo cansado que estoy no me impedirá dormir como un tronco.

Paseo un rato por la zona, por aquello de estirar las piernas, busco un súper donde compro alguna cosa para el desayuno de mañana y compruebo que nos tienen engañados. Ni las mujeres tienen bigote, ni sus yogures son los más buenos del mundo ni se expresan con un “ groña que groña”.

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eso si, no logro descifrar nada de esta placa informativa del faro

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Puerto de mar ...

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En fin, de vuelta al hotel me refugio en las mantas buscando el calor que me ha faltado durante todo el día.


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Mañana más.




GASOLINA: 28€ 17,26 LITROS
30€ 18,9 LITROS

PEAJES 6 X 1,70€ + 0.80€ TOTAL 11€

HOTEL 30€