Día 35. Martes 23 mayo 2017. Nukus – Moinaq - Nukus. 410 km.
Hoy tenemos intención de dirigirnos a Moynaq, antiguo puerto pesquero del desaparecido mar de Aral.
Esta vez cambiamos moneda en la recepción del hotel a mejor precio, dejamos los trastos en la habitación, algo que se agradece, pues siempre voy cargado, y buscamos gasolina sin éxito.
Aquí la gran mayoría de coches funcionan con gas, y por algún motivo que desconozco hay desabastecimiento de gasolina, asi que en las gasolineras no hay y toca preguntar por ahí como conseguir llenar os depósitos.
Tras varias vueltas localizamos un paisano que vende gasolina, es mi primera vez, pero ya veo como funciona el tema, preguntando siempre te saben indicar, y al llegar a la zona suele haber un embudo en el suelo, unas botellas de colores sobre una mesa o un paisano en el arcén con unas hojas de palmera indicando el puesto “alternativo” de venta de gasolina. Insisto, parece más preocupante de lo que realmente es, pero incluso en el lugar más recóndito de este mundo hay un motor que funciona a gasolina, y al motor hay que alimentarlo… eso sí, dependiendo de la disponibilidad el precio será uno u otro.
En este caso nos piden 4500 SOM por litro, a lo que Josh accede sin ningún tipo de problemas, llena el depósito de su GS y se cuelga en la parte trasera de las maletas dos botellas de agua de litro y medio rellenas del preciado liquido. Con eso tendrá suficiente para los poco mas de 400 km que tenemos en la excursión de hoy.
Yo le llamo la atención por no intentar negociar el precio y aceptarlo tal cual, lo cual me obliga a mí igualmente a pagar ese precio, pero me pide disculpas entre risas y me dice que como suizo le resulta difícil intentar regatear… cuestión cultural.
Por mi parte lleno el depósito, pero al pagar el “gasolinero” no me devuelve los 500 SOM de cambio que me corresponden, pues dice que Josh le dio 500 de menos… tras un cambio de parecer con mi compañero de viaje me insiste que no le vale la pena ponerse de nuevo a contar los 135 billetes de 500 SOM que ha entregado por la gasolina, y que si yo quiero contarlos el me espera a la sombra…
Como comprenderéis arranco sin discutir por mis 10 céntimos de $ que se queda el amigo en pago, y maldigo al imbécil que gobierna este país por no hacer una devaluación de la moneda y quitarles tres ceros, o al menos fabricar billetes mas grandes…
El camino no presenta ninguna dificultad, es la carretera que conecta con el sur de Kazajistán, y hay una estupenda autopista de dos carriles con perfecto asfalto que se dirige hacia el norte del país.
En cierto momento tomamos un desvío y continuamos nuestra ruta hasta llegar a Moinaq, nuestro destino.
Allí encontramos un pueblo polvoriento, sin asfalto en las calles, muchos agujeros en el camino y muchos niños a la salida del colegio.
Por lo leído por ahí no recomiendan permanecer demasiado en el pueblo, pues tiene poco o nada de atractivo, y aparte de ser una especie de pueblo fantasma con algunos habitantes dispone de un pequeño museo dedicado al desaparecido mar que tenían junto al pueblo y del que vivía todo el pueblo de la actividad pesquera.
Todo ello desapareció cuando un lumbreras de la antigua Unión Soviética decidió en la década de los 50/60 del siglo pasado desviar el cauce de los dos ríos que suministraban el agua a este mar interior para multiplicar el cultivo de algodón que necesitaba la patria, generando el mayor desastre ecológico de la historia conocida.
Actualmente queda una minúscula cantidad de agua en la zona, a más de 200 km, y algo más parecido a un pequeño lago en la zona Kazaja.
La desertización de la zona unida a los pesticidas utilizados durante tantos años para tratar los cultivos del algodón han multiplicado exponencialmente las enfermedades en la zona que sufren los habitantes que encontramos al cruzar el pueblo.
Nos dirigimos a las afueras, al lugar donde estuvo el puerto pesquero, y allí encontramos una serie de barcos oxidados que han puesto para disfrute de los cuatro colgados que llegamos hasta allí.
Hay que señalar que el mar se fue retirando poco a poco, por lo que cuando la pesca terminó siendo imposible, los barcos estaban muy pero que muy lejos de aquí. Así que posteriormente los arrastraron hasta las afueras de pueblo creando una especie de museo al aire libre de barcos varados en medio de un desierto de arena llena de conchas marinas.
Allí coincidimos con un par de chicos de Madrid que viaja en una pequeña furgoneta de gasolina, Y claro, están secos tras atravesar el sur de Kazajistán, pues realizaron la travesía que cruza el mar Caspio en el barco desde Acerbayan.
Echamos unas risas cuando descubren que tengo un “fuet” de mi tierra, y me lo intentan comprar a cualquier precio, pues a pesar de haber salido cargados de comida desde casa arrasaron con todo antes de entrar en Irán, pues les habían contado que no podían entrar con ningún alimento que contuviera cerdo.
Les pido tres litros de gasolina a cambio de mi pequeño tesoro, pero ante tamaño precio tienen que desistir de sus intenciones.
También hay un camión con una familia austriaca, así que por cuestiones ligústicas hacemos dos grupos y Josh intercambia anécdotas con ellos.
Tras un rato por la zona nos despedimos de los nuevos amigos, pues se quedan a pasar la noche allí y nos dirigimos de nuevo al pueblo. Damos varias vueltas sin lograr dar con el pequeño museo, que posteriormente descubriremos que está en el interior de un edificio que confundimos con un colegio, así que nos vamos sin más.
Regresamos por el mismo camino sin novedad, salvo que tras varios km recorridos y con un fuerte olor de gasolina paramos y vemos que Josh ha perdido la mitad de la gasolina que llevaba en las botellas de agua … no sabe si con lo que le queda llegará al pueblo, pero el ir acompañado da tranquilidad.
Una vez en Nukus toca cambio las pastillas de freno traseras, pues la limpieza de ayer no ha servido de nada y sigo sin freno trasero, (llevo un juego de recambio).
Tras una buena cena de nuevo con unas estupendas cervezas, terminamos el día recostados en los cojines del bar donde ya nos tienen por clientes de toda la vida.
Qué bueno es viajar!
GASOLINA 14000 SOM (2€ ) 3 LITROS
(el precio variará dependiendo del cambio conseguido ese día)
HOTEL RATMINA 35$