Xino Xano, cronica por Asia Central.

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Dia 37. Jueves 25 mayo 2017.Khiva.











De nuevo sale el sol y ya calienta… esto es brutal, no se lo que será pasar por aquí en julio o agosto, pero a finales de mayo a mi ya me sobran grados de temperatura ambiente…


Desayunamos un copioso en la terraza con preciosas vistas a la vieja muralla, y tras ayudar a Josh a cargar su moto nos despedimos deseándonos lo mejor.
















Otra vez solo me dedico a pasear la ciudad sin prisa, sin buscar nada en particular, observando sus calles y sus chiringuitos de recuerdos para los turistas. Si, esta ciudad ya es turística, normal, es preciosa y tiene un encanto tremendo, pero para alguien que viene de la Barcelona masificada por el turismo el paréntesis que he hecho durante estos países anteriores ha sido de agradecer.










Los turistas que encuentro son de nuevo básicamente franceses, pequeños grupos, nada de grandes grupos de japoneses con sus banderolas para no perderse, así que a gracias a eso se pasea sin dificultad y los vendedores solo te ven pasar sin animarte a comprar ofreciendo sus mercancías.










Busco la oficina de turismo y me informo para comprar un billete de avión para ir a Tashkent, pero finalmente ante la opción de recorrer 100 km entre ida y vuelta para comprar el billete en Urgench decido pagar los 5$ de comisión que se lleva la oficina. Hace demasiado calor para pasar la mañana sobre la moto, así que decido descansar, pasear y admirar los trabajos en madera que decoran puertas y columnas.


































































Igualmente busco un hotel donde alojarme con mi mujer, ya que el guesthouse donde estoy no cumplirá sus expectativas. Tras recorrer la ciudad vieja encuentro un acogedor hotel regentado por una familia muy simpática que me parece ideal, además me ofrecen guardar la moto en el almacén hasta que regrese.


Con ese tema liquidado me acerco al bazar a cambiar dinero. Localizar a los cambistas es sencillo, solo hay que buscar al que lleva grandes bolsas de plástico donde iran los miles de billetes atados con gomas en paquetes de cientos de ellos. Esta vez el cambio a sido a 8000 SOM, siempre me preguntan si quiero cambiar 100$, pero cuando me rio y les enseño el billete de 10 o como mucho de 20$ se dan cuenta que hoy no será el gran día de negocios que esperan.


Una vez con cientos de billetes que resulta imposiblr guardar en los bolsillos me dedico a buscar una bolsa donde llevar las cosas a Tashkent. Tengo que hacer sitio en la moto, así que dejaré en la capital los forros interiores de chaqueta y pantalón, la ropa de abrigo, tienda, saco dormir y un largo etc. que llevo conmigo y que no serán necesarios durante estos días que pasemos juntos.




Hora de comer, el calor aumenta de mala manera, así que hay que ir al guesthouse a refugiarse tras el aire acondicionado y esperar a que pasen unas horas antes de salir de nuevo.












A la tarde vuelvo a encontrarme con los chicos de Madrid con los que coincidí en Moinaq, y de nuevo me intentan extorsionar para conseguir el fuet de reserva que llevo en la moto ( no quiero ni pensar como estará tras tantos días, km y las altas temperaturas… de ahí que sea para un caso de emergencia). Esta vez me tientan con la oferta de llevarme una alfombra en su furgoneta hasta mi casa, claro está que será después de que consigan llegar hasta Japón y regresar de nuevo… uhmmm… no lo tengo muy claro, la oferta es buena, pero en este viaje todo lo que me llevaré serán vivencias, grandes experiencias, amistades inolvidables y paisajes en la retina que espero no olvidar nunca. Dejo los objetos materiales para otros, así que nada más lejos de mis intenciones que buscar y comprar una alfombra.


Se lo agradezco enormemente pero declino la oferta, nos despedimos deseándonos lo mejor y con la oferta de alojamiento si pasan un día por Barcelona seguimos cada uno nuestro vagabundeo por la ciudad.


Subo a las murallas y observo cómo al caer la tarde se vacía la ciudad de turistas y cierran las puestitos de recuerdos cutres… de nuevo las calles vuelven a ser de sus habitantes, de los gatos que recorren los tejados y de algún guiri despistado como yo que aun callejea sin rumbo disfrutando del momento.


















































GUEST HOUSE ALIBEK 20$

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Que gran idea!! ya podian hacer aqui algo asi en vez de gastarse millonadas en superadares y helicopteros!!

Supongo a quel que pasa por primera vez lo engañan, pero si eres de la zona ya sabes que son de mentira ... eso si, aquí no durarian ni una semana, al cabo de unos dias estarian llenos de pintadas.

Saludos y buena ruta!

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Unas fotos de los campers,










no recuerdo el precio de ellos, pero como todos sabemos no son baratos. Casualidades del camino semanas mas tarde coincidí con un aleman amigo suyo, y los volví a ver varios paises mas adelante ... pero no adelantemos acontecimientos, todo llegará.

saludos y buena ruta!

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Dia 38. Viernes 26 mayo 2017. Khiva – Urgench – Tashkent. Transportes públicos.










Hoy es el día “D”, al salir de casa hace 37 días tenia la agenda libre para ir y venir, pararme, seguir o rascarme la barriga donde más me gustara, pero lo que tenía claro es que debía estar esta noche en el aeropuerto de Tashkent para recoger a mi mujer, que llega con el vuelo de las tres de la madrugada. Así que más vale que no llegue tarde.


Días atrás me recomendaron una aplicación muy útil para viajeros, IOVERLANDER, donde averiguo que no muy lejos de donde estoy hay una oficina que puede tramitarme un seguro para la moto, pues no tengo ninguno contratado para este país. Así que como tengo tiempo de sobra decido acercarme a ve que me ofrecen.










Podéis imaginar, yo pregunto y ellos me contestan, eso si, cada uno en su idioma pero nos logramos entender, que es de lo que se trata. Finalmente creo salir de allí con un seguro para dos semanas a terceros por 3$, eso si, las condiciones ni idea de lo que dice…
























Zanjado el tema vuelvo al guesthouse y recojo los trastos, los monto en la moto de cualquier manera y busco la manera de llegar hasta el nuevo hotel, donde dejaré aparcada la moto.


El hotel está dentro de la ciudad vieja, así que tengo que buscar una entrada autorizada de vehículos, pues aunque con la moto podría entrar por cualquier lado no se trata de ir haciendo el cafre.












Rodeo la muralla hasta encontrar el camino, y tras alguna vuelta de orientación finalmente logro dar con él. Al llegar ya me están esperando para indicarme donde aparcar, pero como no es una bicicleta resulta imposible meter la moto en el almacén, así que me conformo con subirla a la acera en lugar de meterla en el comedor como me indican. No es necesario montar un circo, así que ahí se queda hasta que vuelva.










Lleno la bolsa que compre ayer con todo lo que quiero llevarme a Tashkent, me despido de todos en el hotel y me dirijo a la puerta norte de la muralla, donde está la parada de taxis compartidos.


Sigo las indicaciones que me han dado, pido ir al aeropuerto de Urgench y pregunto el precio, coincidiendo con el que me habían dado orientativo para que no pagara de más.


Subo delante, atrás dos mujeres y una niña, que junto con otro que llega un poco más tarde hace que el taxi esté lleno y por fin nos movemos.


Hay unos 40 km hasta el aeropuerto de Urgench, pero el taxista debe creer que hoy es el ultimo día de este mundo y quiere llegar a casa antes de comer … la conducción se vuelve temeraria y absurda, y yo soy el único que me he puesto el cinturón … como si ero me pudiera salvar.


















La niña de unos tres años va constantemente de un lado a otro en la parte trasera, eso cuando no va peligrosamente asomando la cabeza en medio de los asientos delanteros… en caso de frenada brusca se estampará contra el parabrisas.


Milagrosamente llegamos al destino sin incidentes… Ala es grande y Mahoma su profeta.




Tras dejar a los otros ocupantes en la ciudad llegamos al flamante aeropuerto. Aquello parece desierto, pero un control de seguridad previo al acceso a la terminal me demuestra que hay vida.












Son la una y mi avión sale a las cuatro de la tarde, así que con toda la ilusión del mundo me creo afortunado porque podre comer algo antes de salir.


Una vez dentro descubro que estoy solo en el aeropuerto, bueno, no, que también está el de seguridad que me mira preguntándose qué hago yo ahí a esa hora, pero desgraciadamente el bar está cerrado porque se han ido a comer.














Poco a poco va llegando gente, y curiosidades de la vida aparece una pareja de Bilbao, con los que mantengo una agradable charla hasta que toman el avión anterior al mío.




Finalmente llega mi turno y subo a un Ilyushin II 114, lo miro con detenimiento y descubro agradablemente que aquí el servicio es infinitamente mejor que en las compañías que uso frecuentemente, pues me dan un sándwich y una bebida.
















El vuelo dura algo más de dos horas, así que es una buena oportunidad de ver el paisaje desde la ventanilla.



























Llegamos a Tashkent sin novedad,








A la salida negocio un taxi que me lleve al hotel reservado desde Barcelona hace semanas por mi mujer, y tras una ducha bajo a cenar al restaurante.

























Resulta que en el hotel no tienen licencia para vender bebidas alcohólicas, pero me ofrecen llamar a un taxi para que me traiga una cerveza. Me parece una solución genial, pero como me parece un despropósito pregunto y me indican que la tienda no está lejos, así que si quiero ir yo dando un paseo ellos me van preparando la cena.




La tienda no tiene perdida:








La cerveza es de tamaño generoso, pero no es cuestion de desperdicirla, nunca se sabe cuando podré beber otra


















Ahora ya solo toca esperar










Aprovecho para dormir un rato antes de ir al aeropuerto, y como en Uzbekistan cualquier coche es un taxi, (solo tienes que estirar el brazo y un coche te preguntará a donde vas) el recepcionista ya ha hablado con su primo para que me lleve al aeropuerto.










Cansada tras recorrer toda Europa y media Asia, finalmente aparece mi mujer con la bolsa colgando del hombro, y junto con el primo taxista nos volvemos al hotel.






HOTEL GRAND ART 46$






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[josemari]

Vaya currada la talla en la madera, ya sea de las columnas como de las puertas.

Con los Camper la aventura adquiere otra dimensión más relajada.

[josemari]

Tienes razón una litrona no se puede desperdiciar.

Que vacíos los aeropuertos, donde lo normal en cualquiera de los europeos están llenos de gente.

[luismi07]

Una pasada de viaje. Pero lo tuyo del arroz con poyo, va a cambiarte la cara, seguro que viniste con rasgos orientales.

[jaimev]

Sigo enganchado. Gran viaje y relato!!

Y si... un pickup/camper de esos... Mmmmm

[bell212]

Josemari, a una moto de segunda mano llego, pero a uno de esos camper me resulta inalcanzable.
Cierto que se puede uno consolar con algo inferior, pues lo importante son las ganas y el salir a ver mundo. Durante el viaje coincidí con varios tipos de campers, desde esos tremendos camiones a viejos mercedes customizados, la vanette de los amigos de Madrid, toyotas varios, la incondicional vw california y el impresionante Unimog, por poner unos ejemplos, y a pesar de que son otra dimensión hay sitios por lo que habiendo estado con la moto ahora mismo no volveria en un vehiculo de dos ejes.

luismi07, fuera de nuestro mundo el arroz es como aquí el pan para nosotros, la verdad es que terminé algo cansado de arroz, pero para mi la comida fue algo secundario y necesario, las rutas gastronomicas las dejo para los restaurantes temáticos de mi ciudad.

Jaimev , gracias por seguir ahí!


saludos y buena ruta!

[bell212]

Día 39. Sábado 27 mayo 2017. Tashkent - Urgench - Khiva . Transportes públicos.












Hoy somos dos, se hace un paréntesis en el viaje, se terminó la individualidad, la toma de decisiones unilaterales, el viaje global y el viaje personal y el más importante de todos, el viaje que hago yo dentro de mi mismo… se terminó el hacer lo que quiero y no dar explicaciones.


Yolanda está de nuevo conmigo tras este paréntesis y me siento totalmente responsable de ella. Está fuera de contexto, totalmente perdida tras todo un día y parte de la noche recorriendo mundo en avión, y yo le llevo ventaja en este camino, así que me toca tomar el control y explicar los planes inmediatos y futuros, pues 10 días pasan rápido, tal vez demasiado.




La idea es volver lo antes posible a recoger la moto para iniciar de nuevo el camino, así que toca buscar unos billetes de avión. Los precios que ayer encontré por la red ya no están disponibles, desconozco si se han agotado, pero resulta imposible poder hacer ninguna reserva para hoy, y no quiero seguir en Tashkent ni un día más, hace demasiado que no me muevo en moto y ya lo echo de menos.


Tras preguntar en el hotel nos indican una agencia donde informarnos sobre los billetes, y allí tras intentar explicar lo que queremos y algún que otro malentendido logramos salir con dos billetes de ida a Urgench.


Así que de vuelta al hotel, recoger las cosas y de nuevo al aeropuerto en el primer coche que pasa, esta vez un viejo Lada de los que nosotros conocimos como SEAT 124.


















Actualmente quedan pocos de esos por las carreteras Uzbekas, pues la casi totalidad de coches que circulan son Chevrolet, el pequeño Spark y el familiar Cobalt, además de una pequeña furgoneta que cierra las opciones del parque automovilístico del país.


Como es de suponer hay una fabrica Chevrolet en el país, y no quiero daros pistas de a quién pertenece, solo añadir que cualquier otro coche que quiera ser importado al país tiene que sufrir unos aranceles de un 150% del valor … pues sí, o le compras el coche a él o vas en bicicleta.


De nuevo en el aeropuerto, esta vez el vuelo es con un avión más grande y rápido, así que llegamos antes a Urgench.










Allí negociamos con los taxistas, y como yo vine ayer juego con la ventaja de saber cuál es el precio justo, no el que me quieren cobrar. A pesar de la dura negociación no subo mi oferta, que es algo superior a lo pagado el día anterior, así que finalmente el chofer acepta y se va a buscar más clientes que meter en el taxi, algo que se le da mal ya que no consigue llenarlo. Nos vuelve a insistir en que es un precio muy bajo y discuto con él. Además de enfadado empiezo a estar preocupado, pues el aeropuerto se ha quedado vacío y si finalmente decide que no nos lleva nos quedaríamos allí colgados como dos tontos y el precio sería mucho más caro.


Logramos ponernos en marcha y con mala cara nos lleva a Khiva, donde vamos en busca de algún sitio donde comer antes de ir a descansar al hotel… el calor es extenuante.




















La tarde la pasamos paseando la ciudad, mañana la visitaremos a fondo antes de ponernos de nuevo en movimiento.










































































































































Nos encontraos con los componentes de un rally chino alojados en un hotel del centro de la ciudad, ellos recorren Asia central de este a oeste, terminando en Italia.
















HOTEL KALA 30$


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