Dia 56. Martes 13 junio 2017. Sary tash – Osh. (Kirgistan) 200km.









A las 6:30 ya estoy en pie, algo que no es normal en mi, todo hay que decirlo, y como comparto habitación y no quiero incordiar a mi compañero me visto en silencio y salgo fuera. Toca lavarse la cara en el patio (de la ducha prescindo, ya recordáis la foto de ayer) y salgo a ver los alrededores.


















Anoche cuando llegamos amenazaba tormenta, y tras la lluvia el dia es radiante y el paisaje sigue siendo abrumador, la cordillera del Pamir parece una gran barrera infranqueable y a pesar de todo venimos de recorrerla.


















Me enamoro del pueblo, de sus vistas, de la imagen de pueblo de frontera, de lo que significa vivir a caballo entre tres países y no se cuantas culturas, etnias y religiones …





















Sin ir mas lejos ayer nos acercamos a un pequeño comercio que encontramos junto al “hotel” en busca de unas cervezas, (7 alemanes y yo, casi se agotas las pocas existencias que habían), y para nuestra sorpresa estaba al mando una pequeña de unos ocho o diez años de edad. La niña preguntaba a los clientes qué querían, despachaba, anotaba en la libreta los importes si los parroquianos pasarían otro día a pagar y cobraba a los que pagábamos la compra …Todos nosotros nos quedamos asombrados, menos los clientes locales que ya deben saber cómo es la historia … este es un ejemplo de lo que es espabilarse en la vida y los condicionantes del lugar donde te toca crecer.


Regreso al hotel cuando ya están desayunando, tocan unos huevos fritos con pan y té, después sacamos y cargamos las motos con los equipajes.






















Los dos grupos de alemanes se dirigen a la Pamir, haciendo el camino contrario al nuestro, así que nos despedimos de ellos deseándoles lo mejor y hacemos lo mismo con el dicharachero anfitrión de la casa, que aunque cumplió hace tiempo los setenta y muchos está en plena forma.












Nos acercamos a la gasolinera a llenar los depósitos,(que también hace de oficina de cambio) en la cual tienen que arrancar un generador cada vez que llega un cliente, y dejamos el pueblo destino a Osh, volvemos a la civilización.
















Estamos de nuevo a la carretera, y como ya comenté al cruzar la frontera parece que cambias de mundo, algo parecido a cuando salí de Uzbekistan para entrar en Tajikistan.








































Aquí el asfalto es bastante bueno, al igual que el trazado de las carreteras, los paisajes han pasado del color arena al verde de los pastos,










































los campos están salpicados de blancas yurtas,














































se ve gente continuamente,










hay un incremento considerable de trafico y además debes tener cuidado con el ganado y los caballos, que están por todas partes.










































Los rebaños son un constante






















Además cruzamos pueblos muy a menudo




















































Y como llevamos tiempo fuera de la sociedad nos damos de frente con ella, como despertando de un bonito sueño con un final de pesadilla: Nos para la policía.


Ya he contado que mis experiencias con la policía en este viaje nunca han sido positivas, y esta no será la excepción.


Nos indican que cruzando el pueblo íbamos a exceso de velocidad, pero vamos, es una encerrona a lo película del oeste, nos pueden contar lo que quieran, que de lo que se trata es de sacarnos el dinero, y esta vez quieren mucho.


Para empezar no he visto aun un disco de limite de velocidad en el país, así que podeis imaginar el resto de la historia.












El sistema es el siguiente, un joven policía tiene la pistola de radar y nos para, de ahí nos dirige al coche policial donde un tremendo sinvergüenza nos pide toda la documentación y nos cuenta que debemos pagar 150 EUROS.


Nos quedamos sorprendidos, pues seguramente no lo hemos entendido bien, así que el hijo de puta nos lo repite y para terminar de aclararlo nos enseña un billete de 100€ y otro de 50€ que tiene juntos en el bolsillo de la camisa. Yo le hago entender que antes me tiene que pegar un tiro para sacarme esa pasta, y el tío se ríe y me dice que si no hay dinero no nos devuelve los papeles de la moto y el carnet de conducir, así que yo mismo.


Para intentar convencernos de lo malos que hemos sido corriendo tanto nos saca un papel plastificado en ruso que igual puede ser la lista de la compra como un listín telefónico donde nos señala con el dedo la supuesta infracción, y como yo sigo negándome y le digo que no tengo ese dinero sale del coche y abre el maletero de donde saca un datafono para pagar con tarjeta.


A todo esto veo que en asiento trasero hay dos tíos mas, que sin duda deben ser los jefes de la extorsión mafiosa a la que nos someten, y cuando ven que me los miro atentamente le dicen algo al poli de uniforme y cierran las ventanillas oscuras para que no nos podamos quedar con sus caras.










A esas alturas mi estado es de todo menos tranquilo, me veo pasando como poco el resto del día en una cárcel kirguis, ya que le digo que no me da la gana de pagar, él insiste en lo suyo y yo a poco estoy de escupirle en la cara, diciéndole lo que cualquiera puede entender a pesar de la diferencia de idioma... cuando de repente mi compañero de aventuras ofrece 50€.


En ese momento lo habría matado, pero como ya ha hecho la oferta decido intentar jugar las cartas y añado que eso es por los dos, ya que al tío se le ha iluminado la cara pensando que nos saca 100€. Tras varios tira y afloja da por buenos los 25€ por barba y cuando los tiene en su mano nos devuelve la documentación que tenia dentro del coche.


Esto directamente es un atraco a mano armada, ya que por supuesto llevan pistolas, y por descontado el del asiento trasero se debe estar frotando las manos de alegría, aunque sinceramente creo que la oferta descabellada de mi compañero es la que me salva de nuevo de meterme en un tremendo lio … otra vez me quedaré con la duda de si prefiere pagar y no buscar problemas y simplemente es mas listo que yo.


Salimos como un tiro de ahí y seguimos de mala ostia camino de Osh, poco después se nos pasa la mala ostia, no por los 25€, sino por la situación de impotencia ante los que deberían ser los garantes de la seguridad de la sociedad, y no la lacra.




























Llegamos a Osh y nos dirigimos a un ghesthouse que hemos comentado antes de salir de Sary Tash, “Tes ghesthouse”, y allí nos instalamos, una duchita rápida y salimos a buscar donde comer algo. Será nuestra primera experiencia con la comida nacional, el plov, un arroz con zanahorias y algo de carne que comeremos de ahora en adelante sin descanso los próximos días.
















Después de la comida tardía nos volvemos al ghesthouse a descansar un rato, y estando es ello recibo una llamada de Josh, el chico suizo con el que compartí la salida de Turkmenistán y varios días de ruta por Uzbekistán.


Tras charlar un rato y explicarle donde ando me dice que si quiero tomar una cerveza esta en el parking frente a mi moto, montando su tienda de campaña en el jardín… el mundo es un pañuelo y al igual que ayer con los chicos alemanes que conocí en Irán hoy me lo demuestra con Josh y con la pareja de holandeses de la furgoneta que coincidimos hace un par de días en Murgab y que también han venido a parar aquí .


Así que como podéis imaginar el resto de la tarde lo pasamos en el jardín tomando cervezas y charlando todos juntos.




GASTOS:


GASOLINA 360 SOM (5$) 9 LITROS A 0,6$ LITRO


GHESTHOUSE “TES” 25$






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