Dia 63. Martes 20 junio 2017. Almaty – Shymkent (Kazajastan) 700km










Por mucho que lo intento nunca consigo salir pronto, y hoy no iba a ser menos. El “desayuno continental” con todos los extras del bufete me han tenido enganchado largo rato y han sido la parte positiva del sitio. Hoy no tenia en el plato huevos fritos con te verde y pan de ayer… valla, parece que este viaje empieza a perder parte de su encanto!




Salir de Almaty me ha llevado una hora, que se dice pronto! Y no es que me haya perdido, que bien podría ser, la explicación es más sencilla y estúpida.










En todos los pueblos siempre hay una especie de parada de furgonetas donde suben pasajeros y carga que tienen su punto de reunión en la carretera principal, donde además de subir y bajar viajeros a las furgos también se paran los coches, ya que aquí todo coche es un taxi.










Sería algo así como una parada central de viajeros, pero improvisada desde antes de que pasara marco Polo con su caravana de camellos. Digo improvisada porque no hay nada que lo indique, no hay un gran edificio, o un descampado, o unas marquesinas, o locales de las diferentes empresas de transporte … nada, simplemente en la carretera principal se paran todos en el mismo punto, descargan, esperan a que se llene la furgoneta antes de iniciar de nuevo el camino, suben los bultos a la baca, se fuman un cigarrito o se toman un te, y claro, todo eso dejando la furgoneta en medio de la carretera.










Como es lógico y previsible eso multiplicado por tropecientas furgonetas genera unos atascos considerables, pero lo de hoy, siendo una gran ciudad, superaba todo lo visto hasta ahora.










Tremendo, caótico, esperpéntico, increíble y a todas vistas normal para ellos que lo sufren a diario, tal como me comentaba a través de la ventanilla un señor parado a mi lado en el monumental atasco.










Una vez pasado el tapón el resto ha sido fácil, carretera en muy buen estado y luego una autovía el resto del trayecto, devorando km de estepa kazaja.






































































Por otro lado sigo con mis problemas en este país con las sombras, no hay, sencillamente, y así no puedo parar a hacer unas fotos y estirar las piernas, pues con 38 grados no apetece parar al sol.


Los muy cachondos de los kazajos ponen unos preciosos carteles de zona de descanso con un arbolito y una mesa, pero cuando llegas lo que hay es un wc al que no me atrevo a asomarme y una rampa para subir el coche y mirarle los bajos. Esto es muy común en todos estos paises ex-URSS, los empecé a ver en Georgia y no he dejado de verlos en todos los "tanes" visitados hasta hoy, pero como yo no necesito de su servicio para la moto agradecería mas una sombrilla o algún sitio donde resguardarme un rato del sol abrasador.
























La carretera va de este a oeste por el sur, y es curioso que con las montañas nevadas a tan corta distancia haga el calor que deshace las piedras.






















Llevo la chaqueta que trajo Yolanda a Uzbekistan, una de verano llena de agujeros para ventilar y soportar mejor el calor, pero aquí es insufrible, no pasa ni aire. Así que me veo obligado a parar en gasolineras, donde compro agua y disfruto un rato de la sombra.




















tambien paso el rato disfrutando de las nubes y sus formas




































otra area de descanso al sol
















Siempre hay algo que te recuerda que no te puedes despistar
































Con esa dinámica no tengo muchas fotos del día, salvo las realizadas desde la cámara del casco, por cierto tan monótonas como el paisaje.










Inicialmente tenía pensado quedarme en Taraz, a unos 500 km de Almaty, pero poco antes de llegar y viendo la hora he decidido continuar un trozo mas hasta Shymkent, haciendo al final 700 km.
























A pesar de que la carretera era una autovía o carretera convencional en muy buen estado, a unos 100 km antes de llegar a mi destino una cruda realidad en forma de conos en medio de la carretera me han hecho recordar donde estoy. Las obras no están finalizadas, así que hay cambios de sentido, circulación por el carril contrario e incluso zonas sin asfalto donde casi muero asfixiado por el polvo de la pista.












Finalmente llego a Shynkent y gracias al GPS solo doy un millón de vueltas a la ciudad y sus barrios colindantes para llegar al hotel que he buscado en una de las paradas en las gasolineras del día.






















Es una especie de casa en una zona residencial, de donde gracias al aparato de aire acondicionado ya no saldré el resto de la tarde.






















Gracias al google translator logramos entendernos y puedo escoger dentro de las opciones que me ofrecen para cenar, así que junto a unas cervezas ya tengo la noche completa.








Mañana más!






GASTOS:




HOTEL 12600 TENGE. (35€) CENA, CERVEZAS Y DESAYUNO.




GASOLINA 2903 TENGE (8€) 18.5 LITROS A 155 TENGE (0.43€)


2370 TENGE (6.5€) 15 LITROS.










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