Iniciado por
bell212
Buenas de nuevo,
Este parón se ha alargado más de lo deseado, lo siento, además hoy toca empezar con una reflexión personal, así que entenderé que paseis del post hasta nuevo aviso.
Cuando inicie la búsqueda de información para realizar el viaje que poco a poco os estoy narrando recibí la inestimable ayuda del forero “Ximetric”, que como había estado con otros amigos unos meses antes por parte de la zona que me interesaba recorrer me pudo dar información de primera mano.
Tras un primer contacto a través del foro pasamos a las conversaciones telefónicas, para finalmente brindarme su amistad y abrirme su casa, su familia y sus amigos durante una reunión en la que pasé de intruso a sentirme rodeado de gente como si la conociera de toda la vida.
Inicie mi viaje, cree un grupo de whatsapp en el que narraba mis “aventuras” diarias y ahí estaba “Ximetric” para aportar su granito de arena, sus opiniones, su ayuda cuando era necesaria y su inestimable colaboración desde la distancia. Cada vez que me metía en un lio en la ruta, no sabía qué camino seguir, o tenía dudas mecánicas, allí estaba él que me daba su opinión, basada en las experiencias pasadas para que me pudieran servir de ayuda en ese momento.
Cierto es que en ciertas ocasiones lo eché de menos y no entendí que no diera señales de vida hasta pasados unos días, pero no era cuestión de pedir explicaciones por su falta de colaboración.
Una vez de regreso contacté de nuevo con él, y me confesó que había pasando por una mala enfermedad, de la que estaba recuperándose. Por motivos varios nunca nos cuadró vernos, pues mi agenda siempre estaba ocupada, y nos conformamos con llamadas periódicas y ofertas para juntarnos que yo nunca podía aceptar.
No os podéis imaginar lo que ahora me pesa en el corazón no haber tenido un orden de prioridades diferentes, haber hecho ese hueco para podernos ver, charlar junto a un café, recordar el viaje y finalmente despedirnos con un fuerte abrazo.
Por desgracia hace unas noches recibí un privado donde me comunicaban que “Ximetric” había partido a ese viaje que nos espera a todos, del que no regresamos y el que deja un vacío muy grande en el corazón de los que nos rodean.
No pudo ser, no nos volvimos a ver, y quedo pendiente esa comida juntos en el bar de Marc Antoni que dejamos en el aire tras nuestra última conversación.
Tal vez alguno piense que este no es el lugar adecuado, y aunque nunca lo podrá leer, desde aquí quiero agradecérselo públicamente y dejar claro que este viaje que me cambió la manera de ver la vida nunca hubiera sido lo que fue sin su inestimable ayuda.
Gracias de todo corazón LLorençs,
Ismael M.