Hay una falta de perspectiva ambiental muy relevante e institucionalizada alimentada por la ignorancia y la conveniencia de los políticos. Cualquier actividad que desarrollemos tiene un impacto sobre el medio, mayor o menor, pero todo tiene su precio ambiental, desde comprarse unos zapatos a escalar una montaña pasando por cultivar un campo o hacer un crucero. El hombre forma parte del medio y como mucho aspiramos a no cargarnos el planeta. Como no vamos a volver a la tecnología pre-revolución industrial por lo menos debemos minimizar las actividades de gran impacto promoviendo fuentes de energía renovables y reduciendo la expansión demográfica y urbanística entre otras. El impacto de las motos en el campo es meramente anecdótico aunque la percepción es diferente.