Los gobernantes de Barcelona aún no se han dado cuenta que las motos no son un problema, si no una solución para reducir el caótico tráfico en algunos momentos. A pesar de ello no paran de ponerles trabas; primero fuera del carril bus, luego fuera de las aceras (me refiero a las anchas, en las de menos de tres metros lo veo bien bien), pronto vendrá el pago por aparcar en la calle...

Y te quieren imponer un transporte público, aún mejorable y lento para desplazarse, o el bicing propio, pues si vas con tu propia bici tampoco tienes donde dejarla con garantías.

Eso sí, todo abarrotado de coches con una sola persona a bordo.