Pues yo entiendo perfectamente las dos posturas: una enduro es una enduro, una trail es una trail, y cambiando de aquí y de allá se pueden acercar posiciones.

Cuando era joven y me llevaron a ver una prueba de enduro lo flipé bastante: “...¿esa moto sube por ahí?...pues sí que sube.”, “...¿y después de ese ostión vuelve a coger la moto? ... ah, pues sí...”. Y cuando esa gente se quitaron los cascos raros que llevaban, casi todos eran jóvenes con pinta de bestias pardas. Alguno entradito en años había (viejos, para mí en aquel entonces). No ganaban pero se caían poco. Eso es para mí el enduro, tener la fortaleza (física y mental) para hacer animaladas con una moto por donde Dios no había pensado que se podía ir.

El trail lo descubrí bastante más tarde, y lo entiendo como esa necesidad de llegar hasta donde Cristo perdió la boina pero sin buscar los problemas adrede. Que se pueda llegar, vamos, pero sin hacer el cabra.

A todo esto llega mucho usuario con más o menos edad, con más o menos capacidad y con más o menos ganas de hacer el cabra que entiende el trail en su vertiente más bestia o el enduro en su forma más light.

¿Es necesaria tanta sub-segmentación? Hombre, igual no de manera general pero como opción individual, ¿por qué no? ¿Qué ocurre si uno sólo se siente a gusto justo entre una 500 y una 701, o en el espacio que hay entre una 701 y una 790? Que ya es afinar, pero vaya, es cuestión de gustos muy definidos y pasta para gastar.


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