Lo curioso es que cuando me subo a esta moto desaparece la sensación de volumen. Sin darme cuenta intento llevarla como si fuera mucho más ligera, haciendo cambios de dirección con la rueda delantera en el aire para salvar los regueros o las piedras. Es muy fácil llevarla, da mucha confianza y me siento muy bien acoplado a ella, no me había pasado nunca en una moto de ese volumen.
Por descontado que esas suspensiones ayudan muchísimo, pero incluso con las originales ya me sentí bien con ella desde el primer momento. Ahora que la tengo tan adaptada a mis gustos mucho más.
Si, la estoy disfrutando mucho, por eso no he caído en la tentación de la 890... de momento