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Aunque mi municipio nunca estuvo confinado individualmente, nos pusimos a explorar parte de sus rincones exclusivamente.
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Muy temprano pulsamos el botón mágico que genera un sonido agradable y también cierta excitación. Pisando pista, al poco rato cruzamos un antiguo puente y atravesamos una aldea abandonada.
Escoltados por veteranos carballos (robles) alcanzamos A Ferradura. Es una curiosa roca con petroglifos y grabados varios. Según algunos estudios están relacionados con ciertos jefes y ritos Celtas.
Una foto de la red:
Por una estrecha pista, muy cerca se encuentra O abrigo do raposo (El refugio del zorro). Es una especie de Stonehenge modesto. Existen unas ranuras y un grabado interior relacionado con la alineación arque-astrónomica en los solsticios.
Vamos dejando la zona llana. El río Formigueiro nos lleva a la aldea homónima donde encontramos una loseta de origen castreño. El jinete es ahora símbolo corporativo del municipio.
Tras un breve enlace de asfalto volvemos a los caminos. Estos nos llevan a la Fervenza (cascada) do Viñao. Un pequeño edén.
Salimos de este mágico lugar acelerando el corazón japonés en un cuerpo latino, por una fresca hojarasca hacia el puente medieval de San Fiz. Ya no pasa casi nadie. Lo hacemos hoy nosotros.
El río Barbantiño es la vena fluvial del municipio. Apenas hay aldeas en sus agrestes orillas, por ello su entorno es casi virginal.
Por uno de los pontones llegamos a un esplendido molino, Los caminos son húmedos y resbaladizos, pero vale la pena el pequeño riesgo.
En los 40 kms cuadrados de Amoeiro hay unos 120 kilómetros de caminos sin asfaltar y muchos de ellos solo conocidos por algún que otro betetero, jinete o andarín. Lugareños aparte, claro.
Un rato de pista ribereña y un puente con obstáculo incluido, nos lleva ladera arriba.
Empieza a terminarse el día, menuda paradoja lingüística. Subimos ladera arriba. Nos gustan y mucho las montañas pero los 396 metros de san Xiao, la cota de mi municipio, no es precisamente hermosa.
Anochece. El trail nocturno apenas nos apasiona pero el sol se despide con aires de fuegos artificiales. Disfrutamos del espectáculo.
En un cuarto de hora estaremos en casa, una cosa buena de trailear por el ayuntamiento.