Acojonante, 700 motos por asfalto y 300 en off. Organización impecable y ambiente brutal.
Tras el parón de verano tenía muchas ganas de moto.
Cuando por fin conseguimos destapar el tramo en el que estábamos ya pude seguir el recorrido pero estaba desfondado, malditas GS!! como pesan!!
Al principio el terreno era muy pedregoso y me notaba cansado y falto de ritmo, pero las vistas del Pirineo lo compensaban todo.
Tras un buen bocata la cosa cambió y empecé a sentirme cómodo, el terreno estaba impresionante y ya cogí buen ritmo. Me lo pasé de miedo, un recorrido brutal.