La verdad es que ha sido una de las salidas más complicadas, por no decir la que más. Si con una moto como la TTR más ligera en peso, y más compacta para moverse por esos sitios, en muchos momentos te las veías y te las deseabas, con las motos más gordas era normal que la cosa se complicase todavía más. A su favor decir, como he pensado siempre, que no todo es la moto, ya que las manos hacen mucho. Disfrute como un enano durante un rato que iba detrás de Gildo, viendo como hacía derrapar su BMW GS 1200 al llegar a cada curva, o por no hablar como Jose-Lc8 controla su KTM. En fin, a seguir cogiendo experiencia, y me imagino, que lo que este año es una salida de sudar la camiseta, el año que viene será algo más sencillo. En el campo si los problemas crecen, es cuando realmente se nota los compañeros con los que has salido, y así entre todos, el día se hace inolvidable. Con estas salidas se cierran los parques de atracciones, esto si que es quemar adrenalina, desconectar de todo, y pasar un rato estupendo con gente que comparte una misma afición que tú. Hasta la próxima, de aquí al infinito. La crónica y las fotos estupendas.