Todo ha salido mal, hemos conocido muy mala gente, vaya, un fiasco de organización y de todo, para hacer esto me quedo en casa.



A ver si alguien se anima a poner fotos porque ha sido penoso. Hacer tantos kilómetros para comer una cosa verde que hay que pelar con guantes y ponerte un babero ridículo.

En fin. Para quedar bien y que duerma tranquilo, le damos las gracias a Yeyomotero por las molestias de buscar restaurante, organizar una comida tan grande, ensuciar medio pueblo con cartelitos a ver si no encontrábamos el restaurente, y encima traerse a sus colegas.

Ya seguiré que estoy muy cabreado
con tanto calçot que me he embuchado
para no hacer el feo.

No creo que nos volvamos a reunir nunca más.




Esas sonrisas eran solo porque había una cámara delante.