Hola a todos.

Os cuento un poco lo que hice este sábado 28. Con decir que sobreviví es suficiente, jejejejejejeje.
La ruta que quería hacer discurría por Guadalajara y el alto Tajo. Esta zona, segun el tiempo, estaría despejada y la temperatura subiría a lo largo del día.
La cosa empezaba mal. A las 5 de la mañana, al asomarme a la ventana veo que nieva. No hacía mucho, pues no cuajaba. Salgo, no salgo, el tiempo dice que estará limpio por donde voy......., bueno, hago una intentona y si veo que la cosa no para me vuelvo. Tras 30 km había dejado de nevar. Tenía por delante 300 km más. El termómetro no miré lo que marcaba, pero hacía mucho frio, creo que de -4 a menos 6. Había pasado por estas temperaturas pero nunca con tantos km por delante.

Poco a poco te vas acostumbrando al frio. Las manos las vas moviendo, la nariz se acostumbra, te mueves muy poco porque enseguida entra la brisa; respiras lo justo porque con una inspiración profunda notas como penetra le aire frio por todos tus bronquios, adquieres una especie de letargo, de invernación, tu cuerpo se enlentece......

A los 100 km oigo un ruido como de cadena, pero pequeñito, momentaneo. Como estoy en plena curva no le doy importancia, pienso que es la cadena....... ¡arrggggggggg!, ¡el velocímetro con el trip!!!!, ¡me he quedado sin el por que se ha jodido una vez más el reenvio!..... lo que no consigue el frio está apunto de hacerlo esta pequeña avería. ¿Cómo iba a seguir el rood-book sin el trip?, es una locura hacer tantos km para ir calculando las distancias a ojo. Después de acordarme de la pieza varias veces me calmé y pensé que con el GPS ya me arreglaría, más incómodo y sin costumbre con su trip pero sigo adelante.

En Alfajarín paré por gasolina. Fue peor. Al iniciar la marcha 15 minutos largos de tiritona, hasta que volví a acostumbrarme a tan gélida temperatura.
A las 8 salió el sol. Dios existe....., te viene a la mente que la vida es un milagro. No se noto mucho en la temperatura, pero el verlo me inyectó moral.

A las 9 de la mañana el termómetro marcaba 5 bajo cero. Aun me quedaban 30 km hasta Alcolea del Pinar. En estos momentos estaba en posición totalmente letárgica. No me estraña que se diga que no se duerma uno en la nieve...., pero esa letargia te lleva, supongo, al sueño...... Notaba algo que nunca me había pasado antes: No es que me molestara el frio en los dedos de los pies, es que me dolían las plantas, las dos. Curioso. Las manos ya no las sentía mucho, ni me atrevía a moverlas. Lo mismo que cualquier parte de mi cuerpo, ni respirar más de lo mínimo, eso suponía una nueva inyección de frio. Los dientes apretados, fina inspiración nasal con fina espiración por la boca, jodeerrrrrrrrr.

¿Sabeis la diferencia entre calor y frio para un motero?. El calor es molestia, incomodidad. El frio es dolor.
En Alcolea, tras pedirme un vaso de leche, vino lo típico, la secuencia de descongelación: fuerte dolor de manos, nariz y pies, temblores generalizados, 10-15 minutos en total. Esperé a beber la leche, no fuese a escaldarme sin darme cuenta (me habría pasado sin dudarlo).
Ya algo recuperado, pero con la sensación del frio metido en el cuerpo, me puse en marcha.

Cosas que pensé: No se si he tocado mi límite pero rozarlo seguro. No merece la pena sufrir para esto, pero seguro acabo repitiendo. A Elefantes hay que ir más preparado aun de lo que iba.

Primer contacto con las pistas. Tras Luzaga.