Un momento mágico

[MiguelXR33]

Muy muy buena tu narración, Nina.

Aunque tengo muchas historias en mis "Con el A de plata en el bolsillo", creo que esta simple historia de septiembre del 2011 se adapta, sin la gracia de tu carta, a lo que dices:


Un retorno tranquilo al Desierto de Las Palmas (CS)

Un problema de estos veinticinco años, y que no he solucionado, ha sido el poder viajar lejos. Por desgracia, el trabajo y/o el dinero siempre han sido un problema, por lo que apenas conozco la mitad de España y he pasado sólo tres veces las fronteras en moto.
Pero bueno, para gozar del motociclismo realmente sólo necesitas tener moto... y eso nunca ha faltado en mi vida. Así que aunque sin mucho dinero ni tiempo, siempre puedo darme una escapada solitaria. Y este es uno de los ejemplos.

El objetivo era el Desierto de Las Palmas, en el norte de Castellón. La moto, la que debía haber comprado cuando tenía veintidós años, mi actual Suzuki Big 750. Tiempo, toda una larga tarde veraniega. Y la carretera... bueno, ya que todavía se puede transitar por gran parte de las antiguas N-234 (ahora está la A-23) y N-340 (A-7 y CV-10) ¿porqué no rodar por ellas, evitando las autovías?.



Así que nada más terminar de comer comencé a recorrer aquellas carreteras de doble sentido, con sus lineas continuas, sus curvas de todo radio, sus cruces de caminos agrícolas y sus montones de travesías. Porque lo que tenía claro es que la gracia de este viaje iba a ser eso, las travesías. Esos pueblos que en su momento, cuando no podías ir por otro lado, resultaban un suplicio con sus reducidas velocidades, sus semáforos y, en muchos casos, con camiones que se atascaban en sus retorcidas calles. Y para los más jóvenes, no creáis que solo de pueblos vivían las antiguas Carreteras Nacionales... preguntad a vuestros mayores por El Semáforo de Europa... seguro que alguno os cuenta historias de verdadero miedo...

Bueno, pues la verdad es que fue una verdadera gozada llevar “la Gordi” a 4.000 rpm, contando pistonadas a unos 90 km/h, y pasando despacito por pueblos y ciudades como Estivella, Gilet, Sagunto, La Llosa, Xilxes, Nules (sí, sí, sin antiguas circunvalaciones, por el medio), Alquerías del Niño Perdido (se llama así, palabra, mira un mapa si no me crees) y, en mi caso la última Castellón, a la ida por la Nacional de circunvalación y a la vuelta por la genuina que atravesaba el lado oeste de la ciudad.



Ya estaba en el norte de la Capital de La Plana y enseguida veo mi objetivo "Desierto de Las Palmas” y un maravilloso cartel de “Carretera de montaña” ¡Se me hace la boca agua! Así que toca cambiar el chip... y aprovechar los algo más de quince kms de puerto retorcido. Una subida con precaución (el asfalto tiene tacto raro por el calor, y hay mucho ciclista), una bajada más entonado, otra vez subir más caliente y bajar... ¡a taco! Que bonito, con tramos cerrados de segunda, con zonas rápidas de 130... no me extraña que aquí se hagan Subidas en Cuesta con coches de carreras...

Pero la verdad es que yo a lo que he venido es a ver las ruinas del antiguo Convento... y claro, teniendo una Trail, lo lógico es ir por su camino de tierra. Un par de Mountain-bikers me miraron mal, pero como me suelen decir últimamente.... LMFAO!!!! Bastante tengo con pasar sin incidentes por una bonita zona llena de piedras como patatas...
Las ruinas son impresionantes... lástima de valla que no permite acercarse más... aunque quizá gracias a eso están tan bien...



Ya hay fotos de las ruinas, fotos del “Monasterio nuevo” (del siglo XVIII... diez-y-ocho... ese latín hay que repasarlo!!) y del monumento a “Mater Ecclesiae” (venga, que esto es fácil...). Ya me he hidratado con un buen litro de agua y he vaciado lo que me sobraba dentro... toca volver. Una bajada tranquila, a ritmo de un par de ciclistas y vuelta a la N-340.
En la Nacional, toca deshacer lo hecho, desandar lo andado. Ahora sí paso por la antigua travesía de Castellón, e incluso recorro la más antigua travesía de Almenara... que bello es escuchar el motor petardear a bajas vueltas mientras las paredes te devuelven el eco; donde eres mirado por ancianos sentados en pequeñas sillas de madera y cáñamo a la puerta de casa; donde los chavales pasean con sus bicicletas; donde puedes ver antiguas tiendas junto a modernos supermercados; donde algunos niños te saludan al pasar y tú aprovechas para mirar a su mamá...

Siempre lo he dicho: una autovía es una maravilla, segura, rápida y cómoda... pero sirve para desplazarse rápido de un lugar a otro. Para viajar... siempre estarán las antiguas Carreteras Nacionales... eso sí, tómatelo con calma, vale la pena.