Yo el vicio ese de ir a pie, afortunadamente, lo deje hace tiempo… ahora en serio, a los picos merece la pena ir hasta de rodillas.
En cuanto a lo de la comida yendo solo no se disfruta tanto de mesa y el mantel como cuando se va acompañado, así que bocata chorizo y tira millas. Eso si las vistas desde “mi comedor” inmejorables.
Saludos