Comparto también con vosotros esta ruta.
El amanecer y el comienzo de una nueva ruta se acompasan a la perfección.
Inicialmente nos acompaña una fresca niebla por el asfalto. La dejamos abajo al ascender por las pistas de la primera sierra de hoy.
Las cumbres de la sierra de Faro de Avión apenas superan los mil metros de altura, sin embargo dan mucho juego visual.
Pero las autopistas de los eólicos no son precisamente un estímulo para la trail.
Pero las panorámicas compensan.
La vegetación se reduce a monte bajo, apenas tiene arbolado. Al menos envuelve al refugio.
Descendemos en busca de la siguiente sierra, eso si un tanto perplejos por un personaje que en cuanto nos acercamos pierde todo su misterio.
En el valle del río Avia vuelve a esperarnos la niebla. Esta zona del vino del Ribeiro va adquiriendo colores propios del otoño.
La ermita de la Virgen del Rosario marca el comienzo de la subida a la sierra do Suido además de punto de partida para la llamada ruta de los Chozos.
Ascendemos por una serpenteante pista asfaltada con un fuerte desnivel.
Enlazamos con una pista herbosa que termina en el chozo de Mangoeiro.
En estos altos abundan los pastizales, que desde época medieval han sido aprovechados para alimentar el ganado en época estival. Como hogar temporal para los ganaderos surgieron unas edificaciones conocidas como “chozos”.
Cada pueblo de la ladera tenía uno con su prado y cierre correspondiente. Ocasionalmente también se construyeron pequeñas cuadras para las crías. Los lobos estaban al acecho.
Este en concreto es ya una ruina pese a su sólida construcción.
Proseguimos por la pista siempre con muchos boletos para una caída. Los contiescape le tienen alergia a la hierba húmeda.
El chozo de Abeleda es un buen ejemplo de esta arquitectura popular.
Los chozos se construyeron en granito y son de una sola planta. Su interior de aproximadamente 20 m2 dispone de bancos corridos, hornacinas para almacenar objetos, lareiras y un pequeño ventanuco probablemente para hacer el tiro de las hogueras. La construcción se cubría con grandes losas apoyadas en arcos de medio punto. En el exterior los gruesos muros laterales estaban apoyados en contrafuertes para sujetar las presiones de los arcos.
Volvemos a la trail para seguir rulando por esta sierra cuya vertiente oeste es pontevedresa y la este ourensana.
El Suido es un conjunto montañoso sobrio que agudiza la sensación de soledad.
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