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Teníamos ganas de meter la trail de nuevo por tierras Lusas. Las previsiones anunciaban lluvias a partir de mediodía. Salimos oteando un cielo azul que invita al optimismo.
Rodando muy a gusto y oliendo ya la frontera toca una parada para repostar. A la chica de la gasolinera le caen dos monedas en el cubrecarter. Con habilidad solventa el incidente y nos deseamos buen día con unas risas.
En el embalse de Salas tenemos un par de dólmenes, uno a cada lado de la presa. Siempre que pasamos suelo presentarle mis respetos a nuestros antepasados.
En un momento indeterminado de la subida a la sierra do Pisco cambiamos de país. Llegamos a Pitoes y aunque merece una detenido paseo vamos directamente a los restos del monasterio de Santa Maria das Junias.
(Foto de la red)
La belleza natural de su entorno poco puede hacer con su abandono.
Vamos en busca de la moto pues el último tramo de la pista me intimidó estando solo.
Atrás queda Pitoes das Junias, investigamos una pista, volvemos al asfalto y atravesamos la presa de Paradela. Que no sea hoy, pero tiene que llover y mucho.
Poco después ya estamos transitando por una pista que no esté prohibida.
Unos negros nubarrones ponen mas énfasis a la sobria belleza de estas alejadas montañas.
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