No sé lo que me pasa, pero es que me gustan todas, creo que es una obsesión. Cuando me cruzo con alguna, o las veo pasar delante de mí, se me van los ojos, y no puedo evitar volver la cabeza, para lanzar miradas de deseo a sus traseras. Sus ojos brillantes me deslumbran a ráfagas de hipnotismo, y el sonido de su paso me embriaga los sentidos.
Ya hasta miro descaradamente delante de mi pareja, ella intenta asumirlo, porque me quiere, pero sé que los celos no la dejan tranquila.

Me gustan altas, bajas, pequeñas, grandes, delgadas, anchas…y es que no sé qué hacer. A veces cuando alguna está frente a mí, la miro por todos los rincones, sigo todas sus curvas, me dejo llevar por la imaginación y la desnudo con la mente, transformándolas en mi pensamiento en naked.
Mi mirada recorre poderosas ruedas y afiladas líneas deportivas, mi espíritu vuela a lomos de la grandiosidad sin límites y de la sensación única de una trail, la majestuosidad de las turismo me hace imaginarme fusionado con la carretera y con lejanos lugares, el encanto custom ensalza mi picardía, y mi lado más salvaje se viste de tacos para convertirme en un depredador de tierra.

No sé si podré curarme, la verdad es que no quiero, tendré que aprender a vivir con el deseo de quererlas todas, y poseer tan sólo una.


Manuel Suanes Molero. MSM.