Pero manteniamos el ánimo.
Con esto llegamos a Cluj. A descansar. Suerte también con el restaurante, en un centro comercial cutre, pero estaba en unos bajos y ambientado. Se comía muy bien. Contundente, pero bueno.
A Pepe se le veía algo raro
Con la sopa de ajos volvió a ser el mismo. Yo, torero, como no.
Al día siguiente la trasera de Pepe llevaba un polizonte metálico de 5 cm. Suerte que la rueda fue noble y no perdió hasta el día siguiente. No me imgino en mitad del monte la tarde de antes.
Otra vez que llueve. Me aburro de ello.
Como era cabezona nos fuimos a comer, sobre las 12, otra vez al mismo sitio. Luego una pequeña vuelta.
Continuamos a la tarde, esta vez por zona llana, mal asunto.
Paso a nivel sin barrera.
Mucha fábrica comunista abandonada.
"Fatídico" valle por el que nos metimos.
Estos apenas 500metros de camino alguien que me se no los olvidará facilmente.
Aunque yo tampoco. Resulta que atropellé un gallo, no sabía si lo había matado o no, pero el animal se cruzó y no pude esquivarlo pese a mis intentos, pese a que yo circulaba tranquilo. Total que al regresar la pueblerina salvaje intentó agredirme con una pala. Suerte que la esquivé, no así el barro. Pepe, al ir detrás, paro. Le pagamos 10 euros y continuamos.
Dormimos en Sibiu.
(Tras la cena continuo).