chus4x4
19/10/2008, 14:35
Tras no poder llegar a tiempo a la ruta propuesta por Benja, a la que luego se unirían Rodrigo, Caleya y Sellamar, decido unirme al grupo de compis que sale de Foro en dirección a Sevares (Piloña). Por ello, tengo el honor de volver a saludar a mis amigos Gabi (y su cuñado) Fer&Co, MoteteSV, Hectorín, Cency y Cris, a parte de conocer a Tankz.
Poco antes de llegar a Foro recibo un msj de Jandro.GS, quien se unirá a la ruta. Después, los imparables traileros seguiremos la ruta, tirando de papeo campestre junto a una fuente, allí donde se tercie.
Así las cosas, nos ponemos en movimiento desde Foro, cogiendo la "ronda" para evitar atravesar Gijón.
Hectorín abre el grupo con su FZR600, a la que le queda poco en manos del mismo (creo que va a pasarse al trail :risa: ).
Dejamos la autopista y vamos hacia Villaviciosa por la carretera vieja, donde se une al grupo una TDM ¿amarilla? que me pareció que "se picó" con el grupo (no paró hasta adelantarnos -al menos en una ocasión me pareció que muy apurado-) y después dió la vuelta. :?: Tal vez sean imaginaciones mías ::)
En la entrada de Villaviciosa nos desviamos hacia la nueva carretera que une Villaviciosa con Piloña, carretera por la que no pasaba desde el inicio de las obras y que ha perdido mucho valor para mi. Qué fue de sus baches? Y su barro? El grijo? :llanto4:
Pero seguro que muchos no lo echasteis de menos :bc:
El ritmo fue entretenido en todo momento. Lo pasamos muy bien. De esto, hay fotos y vídeo, a parte de una descripción más detallada de la jornada, en la crónica de MoteteSV:
http://www.moterosastures.es/index.php?option=com_smf&Itemid=2&topic=6800.0
Una vez llegados a destino (Sevares) nos aposentamos en una cómoda terracilla a chumar unas mixtas y comentar las mejores jugadas de la jornada.
Aproveché para ir a comprar pan y al poco arrancamos Jandro y yo con rumbo ya definido hacia Ponga.
http://fotos.subefotos.com/390802f680c60c12248d930dc1fdc332o.jpg
Pero al poco de enfilar hacia Moandi Jandro da cuenta de que su GeSita está sedienta. Para no caer en la necesidad de una eventual necesidad de una transfusión octánica, volvemos a Sevares a repostar, coincidiendo con la salida del resto del grupo, y aprovecho para sacar unas fotos a su paso.
Una vez saciada la sed de la BMW, volvemos sobre nuestras huellas, disfrutando de un día otoñal en el que la niebla acompaña al color dorado de las laderas de los valles que recorremos.
http://fotos.subefotos.com/371ecb7d0ec850c43bd3d3706a6420e3o.jpg
Es la temporada del año que más me gusta.
Dejamos una vez más el pueblo de Cazo tras nosotros para salir a Sellaño, a donde he vuelto intermitentemente tras una temporada sin pasar a visitar este pintoresco pueblecito pongueto.
Y seguimos enroscando por la margen del Sella hasta poco antes de San Juan de Beleño. Pero no entramos en él. Seguimos de frente hacia Sobrefoz.
El itinerario sigue siendo de ensueño.
http://fotos.subefotos.com/b46b50e07928fbb348bd13d540cfc647o.jpg
Abandonamos el asfalto y encaramos la subida para llegar al entrañable valle en el que la tradición le da el nombre, según este relato:
"Los árabes tenían cuartel general en León y Gijón, por lo que circulaban mucho de una localidad a otra; entonces, este puerto de Ventaniella se llamaba Puerto Bajo, porque es el menos elevado de los situados entre El Pontón y Galicia.
Pelayo se encontraba en Arcenoriu y con él la hermana, que venía de este puerto a Ventaniella en alguna misión, pero entre esta vega y El Xerru en un lugar que se llama El Cantarillón la yegua que montaba dio un resbalón y al caer lo hizo sobre una pierna de la amazona, a la que se la rompió; arrastrándose como pudo, nuestra heroína llegó a la cercana Ventaniella, donde el casero la acogió; entonces arribaron y pidieron posada unos árabes que iban camino de León a Gijón (el territorio estaba en poder de los moros, pero éstos no se habían asentado en él); se la concedieron y en la conversación el casero se dio cuenta de que uno de los árabes hablaba mucho de medicina, pensó que sería médico (parece, además, que en esa época los árabes en medicina estaban mucho más adelantados que los españoles) y le propuso curar a una parienta suya que tenía la pierna rota.
Fueron a la habitación donde estaba la hermana de Pelayo, pero al charlar con ella el médico no se creyó que fuera familiar del ventero, pues vio que era una mujer con una cultura superior a la de éste: cuando llegó a Gijón informó a Munuza -uno de los jefes árabes- de que al pasar por el Puerto Bajo se había encontrado a una señora culta con la pierna rota; por consiguiente, Munuza encargó a tres personas de su confianza que fueran allí con el objetivo de traerse a la herida, quien seguramente era la hermana de Pelayo.
Los tres moros llegaron a Ventaniella y pidieron posada (que allí debe darse forzosamente, aunque no se tenga dinero). Ya concedida, se estaban calentando, que el fuego se atizaba en el medio de un local grande con la gente sentada en la orilla; el casero estaba sentado al pie del fuego sobre una pila de leña ya preparada en astillas para desde allí ir alimentándolo.
Entonces, los moros informaron al casero de que tenían orden de Munuza de llevarse a la mujer a Gijón. El casero alegó que era parienta suya, con lo que comenzó una discusión; en esto, uno de los moros agarró dos astillas, empezó a hacer fuego con ellas en un rincón situado junto a la puerta de la cocina -que, al igual que un tabique, era de madera- y amenazó al casero:
-¡O nos das la doncella o quemamos la casa, así que escoge: o la venta o ella!
Pero el casero, que era un hombre de agallas, agarró la astilla más larga y a los otros dos moros que estaban sentados al pie de él les propinó un golpe a cada uno en la cabeza y otro al otro, con lo que abatió a los tres, pero no los mató. Al asestar el primer astillazo a uno en la cabeza, proclamó: «¡Pues ni la venta ni ella!», y desde entonces el lugar se denomina Ventaniella, pero ellos, de todas maneras y a pesar de los golpes, pues reaccionaron, lo llegaron a dominar y se la llevaron, porque se quedó Munuza con ella y fue amante de éste, al que antes no conocía. Según otra versión, el ventero oyó que venía gente, creyó que eran individuos de Sobrefoz que lo podían defender, se armó de valor y entonces fue cuando agarró la estaca de leña y proclamó: «¡Ni la venta ni ella!», en esto llegaron los otros y aquí terminó la historia.
Para dar el asalto en Covadonga, Pelayo reunió sus fuerzas en Arcenoriu y entonces una parte de éstas bajó por el «ríu» Ponga y otra por el Sella con el fin de juntarse en Santillán para desde allí remontar la montaña y por los puertos de Covadonga llegar a Covadonga para dar la batalla a los moros. Después estableció su corte en Abamia y más tarde en Cangues y, que se sepa, a Ponga no volvió, pero de aquí salió.
Quien estaba de casero debía dar un puesto en la lumbre, incluso al que fuera más enemigo suyo, le tenía que entregar agua, sal, vinagre y fuego; también decían que la campana de la capilla de Ventaniella era milagrosa, el casero la tocaba todas las tardes para que la gente se orientara.
En Cazu (otro pueblo de Ponga) me contaron que Pelayo venía de Castilla, es decir, de León, con la hermana (llamada Hormesinda o Hermolinda) y con otra mujer (Gaudeosa, que era la novia), pasó por Sellañu y, entonces, al vadear el río de allá para acá a una la llevó en «llombu» -a la espalda-, pero al volver a por la otra, como él estaba en medio del río, vino uno por una orilla y llevó una y, además, llegó otro por la otra y llevó la otra; los raptadores eran el conde Gudila, que estaba casado con Gaudeosa, y el otro parece que Munuza, quien se llevó a la hermana."
Aun sin dificultad alguna, la pista tenía bastante más piedras sueltas desde nuestra última visita al valle, sin duda debido a que las últimas lluvias arrastraron la tierra que las unía, formándose pequieños pedregales en algunos tramos.
Las vistas siguen siendo deliciosas. Alimentan el espíritu. Desgraciadamente borré algunas de las mejores fotos por error. Pero algunas quedan.
http://fotos.subefotos.com/0a997e7292e34dbc4754441aa7810f10o.jpg
http://fotos.subefotos.com/951a3e5a1310ff34fdeb5f8bc3943868o.jpg
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En el centro, nuestra meta:
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http://fotos.subefotos.com/c011773cda012ff01f1f9b0c4495702do.jpg
Al llegar a nuestra meta, este peculiar personaje nos estaba esperando, tal vez pidiendo auxilio político de cara a estas Navidades :motofartura:
http://fotos.subefotos.com/2dd5641209c17bca7bbdcc35c5f51062o.jpg
Las motos.
http://fotos.subefotos.com/d1fa0a21db04a852fc2c4d0a5eff0821o.jpg
Y nos ponemos a jalar junto a la funete, como estaba previsto.
http://fotos.subefotos.com/ba485ab03196a36226726a2ca7bc4f3eo.jpg
Había algún coleguilla esperando a ver si se les caía algo. Y algo se llevaron, pero poco. Que al posadero no le gusta que les den de comer a sus animales.
http://fotos.subefotos.com/20591b6475282d76217c461ff09c6b01o.jpg
Vaya pasada de mastinín, eh?
Se ponía de lo más pesao pa intentar sacanos más papeo, y como se ponía tan pesau, tuve que poner el bocata que me quedaba a la espalda. Momento el cual aprovecha la sagaz galina para arrancarme de las manos, a mis espaldas, lo que me quedaba de bocadillo. Que sustu!
Y menuda risa. Nos partíamos, y más viendo como el mastín perseguía a la gallina pa quitai el tesoro, pero sin éxito. Teníeis que ver el espectáculo: la gallina corriendo con el bocata en el picu, el perru detrás, y la gallina a 200 por hora perdiendo plumel por el camino. Al final pudo metese al gallineru a salvo del can glotón y dar buena cuenta del inesperado refrigerio, mientras los allí presentes nos seguíamos meando de la risa.
Tras el piscolabis, desandamos el camino, siguiendo embelesados con el panorama.
http://fotos.subefotos.com/3ee7f32ce6c486564eb8fb27c89129e4o.jpg
http://fotos.subefotos.com/aa2233731b5a9f6323f03435a8d312f8o.jpg
Subimos en la dirección opuesta tras dejar a un lado a Beleño y vamos a ver el mirador y unas pistas cercanas. Como antes decía, muchos de los senderos (casi todos) son ahora restringidos.
Desde las inmediaciones, tomamos esta instantánea, útima de la jornada.
http://fotos.subefotos.com/040bdecd88875a403e7bdb70f40f6d26o.jpg
Tras esto, intentamos atravesar una carretera en obras, pero ahora están haciendo en ellas voladuras para un túnel y no es posible llegar a nuestra meta ni a pie. Retrocedemos pues hasta la capital del concejo.
Volvemos a retorder el mango hasta llegar a Cangas de Onís.
Desde allí, exploramos unas pistas que nos acercan a la capital parraguesa. Son divertidas, subidas, bajadas, algo de barro, algún vadeo...
Al final, junto a una capilla y una casa abandonada, unas antiguas escuelas rurales sirven como local de ensayo para un joven aficionado al folk-rock.
Nos hacemos un ligero tentempié y volvemos al ataque.
Todo por lo negro ya, volvemos hacia Gijón tomando otra vez a la vuelta la carretera de Infiesto a Villaviciosa. como es ya algo tarde, enfilamos la autopista en dirección hasta nuestras respectivas casas.
Un poco de agua nos acompañó parte del camino, pero no llegó a ser lo suficientemente persistente como para empaparnos. Mucho mejor así.
Otro bonito día.
Vssssssss,
Chus.
Poco antes de llegar a Foro recibo un msj de Jandro.GS, quien se unirá a la ruta. Después, los imparables traileros seguiremos la ruta, tirando de papeo campestre junto a una fuente, allí donde se tercie.
Así las cosas, nos ponemos en movimiento desde Foro, cogiendo la "ronda" para evitar atravesar Gijón.
Hectorín abre el grupo con su FZR600, a la que le queda poco en manos del mismo (creo que va a pasarse al trail :risa: ).
Dejamos la autopista y vamos hacia Villaviciosa por la carretera vieja, donde se une al grupo una TDM ¿amarilla? que me pareció que "se picó" con el grupo (no paró hasta adelantarnos -al menos en una ocasión me pareció que muy apurado-) y después dió la vuelta. :?: Tal vez sean imaginaciones mías ::)
En la entrada de Villaviciosa nos desviamos hacia la nueva carretera que une Villaviciosa con Piloña, carretera por la que no pasaba desde el inicio de las obras y que ha perdido mucho valor para mi. Qué fue de sus baches? Y su barro? El grijo? :llanto4:
Pero seguro que muchos no lo echasteis de menos :bc:
El ritmo fue entretenido en todo momento. Lo pasamos muy bien. De esto, hay fotos y vídeo, a parte de una descripción más detallada de la jornada, en la crónica de MoteteSV:
http://www.moterosastures.es/index.php?option=com_smf&Itemid=2&topic=6800.0
Una vez llegados a destino (Sevares) nos aposentamos en una cómoda terracilla a chumar unas mixtas y comentar las mejores jugadas de la jornada.
Aproveché para ir a comprar pan y al poco arrancamos Jandro y yo con rumbo ya definido hacia Ponga.
http://fotos.subefotos.com/390802f680c60c12248d930dc1fdc332o.jpg
Pero al poco de enfilar hacia Moandi Jandro da cuenta de que su GeSita está sedienta. Para no caer en la necesidad de una eventual necesidad de una transfusión octánica, volvemos a Sevares a repostar, coincidiendo con la salida del resto del grupo, y aprovecho para sacar unas fotos a su paso.
Una vez saciada la sed de la BMW, volvemos sobre nuestras huellas, disfrutando de un día otoñal en el que la niebla acompaña al color dorado de las laderas de los valles que recorremos.
http://fotos.subefotos.com/371ecb7d0ec850c43bd3d3706a6420e3o.jpg
Es la temporada del año que más me gusta.
Dejamos una vez más el pueblo de Cazo tras nosotros para salir a Sellaño, a donde he vuelto intermitentemente tras una temporada sin pasar a visitar este pintoresco pueblecito pongueto.
Y seguimos enroscando por la margen del Sella hasta poco antes de San Juan de Beleño. Pero no entramos en él. Seguimos de frente hacia Sobrefoz.
El itinerario sigue siendo de ensueño.
http://fotos.subefotos.com/b46b50e07928fbb348bd13d540cfc647o.jpg
Abandonamos el asfalto y encaramos la subida para llegar al entrañable valle en el que la tradición le da el nombre, según este relato:
"Los árabes tenían cuartel general en León y Gijón, por lo que circulaban mucho de una localidad a otra; entonces, este puerto de Ventaniella se llamaba Puerto Bajo, porque es el menos elevado de los situados entre El Pontón y Galicia.
Pelayo se encontraba en Arcenoriu y con él la hermana, que venía de este puerto a Ventaniella en alguna misión, pero entre esta vega y El Xerru en un lugar que se llama El Cantarillón la yegua que montaba dio un resbalón y al caer lo hizo sobre una pierna de la amazona, a la que se la rompió; arrastrándose como pudo, nuestra heroína llegó a la cercana Ventaniella, donde el casero la acogió; entonces arribaron y pidieron posada unos árabes que iban camino de León a Gijón (el territorio estaba en poder de los moros, pero éstos no se habían asentado en él); se la concedieron y en la conversación el casero se dio cuenta de que uno de los árabes hablaba mucho de medicina, pensó que sería médico (parece, además, que en esa época los árabes en medicina estaban mucho más adelantados que los españoles) y le propuso curar a una parienta suya que tenía la pierna rota.
Fueron a la habitación donde estaba la hermana de Pelayo, pero al charlar con ella el médico no se creyó que fuera familiar del ventero, pues vio que era una mujer con una cultura superior a la de éste: cuando llegó a Gijón informó a Munuza -uno de los jefes árabes- de que al pasar por el Puerto Bajo se había encontrado a una señora culta con la pierna rota; por consiguiente, Munuza encargó a tres personas de su confianza que fueran allí con el objetivo de traerse a la herida, quien seguramente era la hermana de Pelayo.
Los tres moros llegaron a Ventaniella y pidieron posada (que allí debe darse forzosamente, aunque no se tenga dinero). Ya concedida, se estaban calentando, que el fuego se atizaba en el medio de un local grande con la gente sentada en la orilla; el casero estaba sentado al pie del fuego sobre una pila de leña ya preparada en astillas para desde allí ir alimentándolo.
Entonces, los moros informaron al casero de que tenían orden de Munuza de llevarse a la mujer a Gijón. El casero alegó que era parienta suya, con lo que comenzó una discusión; en esto, uno de los moros agarró dos astillas, empezó a hacer fuego con ellas en un rincón situado junto a la puerta de la cocina -que, al igual que un tabique, era de madera- y amenazó al casero:
-¡O nos das la doncella o quemamos la casa, así que escoge: o la venta o ella!
Pero el casero, que era un hombre de agallas, agarró la astilla más larga y a los otros dos moros que estaban sentados al pie de él les propinó un golpe a cada uno en la cabeza y otro al otro, con lo que abatió a los tres, pero no los mató. Al asestar el primer astillazo a uno en la cabeza, proclamó: «¡Pues ni la venta ni ella!», y desde entonces el lugar se denomina Ventaniella, pero ellos, de todas maneras y a pesar de los golpes, pues reaccionaron, lo llegaron a dominar y se la llevaron, porque se quedó Munuza con ella y fue amante de éste, al que antes no conocía. Según otra versión, el ventero oyó que venía gente, creyó que eran individuos de Sobrefoz que lo podían defender, se armó de valor y entonces fue cuando agarró la estaca de leña y proclamó: «¡Ni la venta ni ella!», en esto llegaron los otros y aquí terminó la historia.
Para dar el asalto en Covadonga, Pelayo reunió sus fuerzas en Arcenoriu y entonces una parte de éstas bajó por el «ríu» Ponga y otra por el Sella con el fin de juntarse en Santillán para desde allí remontar la montaña y por los puertos de Covadonga llegar a Covadonga para dar la batalla a los moros. Después estableció su corte en Abamia y más tarde en Cangues y, que se sepa, a Ponga no volvió, pero de aquí salió.
Quien estaba de casero debía dar un puesto en la lumbre, incluso al que fuera más enemigo suyo, le tenía que entregar agua, sal, vinagre y fuego; también decían que la campana de la capilla de Ventaniella era milagrosa, el casero la tocaba todas las tardes para que la gente se orientara.
En Cazu (otro pueblo de Ponga) me contaron que Pelayo venía de Castilla, es decir, de León, con la hermana (llamada Hormesinda o Hermolinda) y con otra mujer (Gaudeosa, que era la novia), pasó por Sellañu y, entonces, al vadear el río de allá para acá a una la llevó en «llombu» -a la espalda-, pero al volver a por la otra, como él estaba en medio del río, vino uno por una orilla y llevó una y, además, llegó otro por la otra y llevó la otra; los raptadores eran el conde Gudila, que estaba casado con Gaudeosa, y el otro parece que Munuza, quien se llevó a la hermana."
Aun sin dificultad alguna, la pista tenía bastante más piedras sueltas desde nuestra última visita al valle, sin duda debido a que las últimas lluvias arrastraron la tierra que las unía, formándose pequieños pedregales en algunos tramos.
Las vistas siguen siendo deliciosas. Alimentan el espíritu. Desgraciadamente borré algunas de las mejores fotos por error. Pero algunas quedan.
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En el centro, nuestra meta:
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Al llegar a nuestra meta, este peculiar personaje nos estaba esperando, tal vez pidiendo auxilio político de cara a estas Navidades :motofartura:
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Las motos.
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Y nos ponemos a jalar junto a la funete, como estaba previsto.
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Había algún coleguilla esperando a ver si se les caía algo. Y algo se llevaron, pero poco. Que al posadero no le gusta que les den de comer a sus animales.
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Vaya pasada de mastinín, eh?
Se ponía de lo más pesao pa intentar sacanos más papeo, y como se ponía tan pesau, tuve que poner el bocata que me quedaba a la espalda. Momento el cual aprovecha la sagaz galina para arrancarme de las manos, a mis espaldas, lo que me quedaba de bocadillo. Que sustu!
Y menuda risa. Nos partíamos, y más viendo como el mastín perseguía a la gallina pa quitai el tesoro, pero sin éxito. Teníeis que ver el espectáculo: la gallina corriendo con el bocata en el picu, el perru detrás, y la gallina a 200 por hora perdiendo plumel por el camino. Al final pudo metese al gallineru a salvo del can glotón y dar buena cuenta del inesperado refrigerio, mientras los allí presentes nos seguíamos meando de la risa.
Tras el piscolabis, desandamos el camino, siguiendo embelesados con el panorama.
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Subimos en la dirección opuesta tras dejar a un lado a Beleño y vamos a ver el mirador y unas pistas cercanas. Como antes decía, muchos de los senderos (casi todos) son ahora restringidos.
Desde las inmediaciones, tomamos esta instantánea, útima de la jornada.
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Tras esto, intentamos atravesar una carretera en obras, pero ahora están haciendo en ellas voladuras para un túnel y no es posible llegar a nuestra meta ni a pie. Retrocedemos pues hasta la capital del concejo.
Volvemos a retorder el mango hasta llegar a Cangas de Onís.
Desde allí, exploramos unas pistas que nos acercan a la capital parraguesa. Son divertidas, subidas, bajadas, algo de barro, algún vadeo...
Al final, junto a una capilla y una casa abandonada, unas antiguas escuelas rurales sirven como local de ensayo para un joven aficionado al folk-rock.
Nos hacemos un ligero tentempié y volvemos al ataque.
Todo por lo negro ya, volvemos hacia Gijón tomando otra vez a la vuelta la carretera de Infiesto a Villaviciosa. como es ya algo tarde, enfilamos la autopista en dirección hasta nuestras respectivas casas.
Un poco de agua nos acompañó parte del camino, pero no llegó a ser lo suficientemente persistente como para empaparnos. Mucho mejor así.
Otro bonito día.
Vssssssss,
Chus.