Por el Cañón del Río Lobos y Soria, Semana Santa '07

A eso de las 17 horas del miércoles nos reunimos con Zeppe y Covi. Repostamos gasolina y nos ponemos rumbo sur.

Tenemos dudas de si nos lloverá o no, pero se nos disipan a la altura de Pola de Lena, donde recibimos las primeras gotas; para ganar tiempo, decidimos ir por el Huerna en vez de por el puerto Pajares, como era nuestra idea de mano.

Al salir del peaje, pillamos ya una tormenta de órdago, niebla, granizo a lo bestia alternando con lluvias torrenciales, lo que provoca un accidente a un camión cisterna con el que nos cruzamos, y al pasar vemos como sacan un cuerpo envuelto en una sábana… mal comienzo del viaje, pardiez.

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Al pasar el Negrón, el tiempo mejora ostensiblemente y podemos secar al viento, incluso sale el sol tímidamente por momentos.

Seguimos camino, y un buen rato más adelante, cerca de Sahún de Campos, paramos a tomar un cafelito y un mojino para hacer boca y descansar un poco. Mucho viento lateral y frío, según dicen el resto de acompañantes.

Volvemos al ataque, y le damos gas a las máquinas rodantes, que aún nos queda un gran trecho de camino.

Cerca de Burgos Luis nos hace señas para volver a parar. Hay que tomar algo para entrar en calor y descansar un rato. Eva, Covi y Luis coinciden en que hace muuucho frío… pero yo tengo calor juas juas juas.

Así que paramos en un área de descanso, volvemos a dar de beber a las burras (las motos) y entramos a tomar algo y merendar otra vez. Atónitos vemos como empieza a nevar…

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Allí entablamos conversación con unos colegas moteros de Galicia que iban a Francia en una flamante BMW; ellos hacían noche en Irún. Desde aquí les saludo y espero que hayan tenido buen viaje y lo hayan pasado bien.

Nosotros, por nuestra parte, seguimos también rodando (ya de noche). El viento sigue haciendo de las suyas y en algunas zonas altas la carretera estaba helada: la cuneta helada, las señales heladas y granizaba. Nosotros también teníamos los mocos helados.

Duros que somos, seguimos camino y paramos en Salas de Los Infantes, ya cerca de destino. Echamos unas risas (será la sonrisa de la muerte? Esa mueca que queda a las personas que mueren por congelación?) revisamos el mapa, fumamos un cigarrillo y seguimos.

Poco a poco nos vamos acercando a destino, y paramos en San Leonarde de Yagüe. Son las 22:30 y el termómetro marca 0ºC. Que bien, ni frío ni calor!

Nos tomamos unas cervecitas con tortilla y bocatas de jamón para entrar en calor.

Y desde San Leonardo seguimos por una fermosa carretera secundaria, bajando hacia Ucero, donde será nuestra meta. Al cabo de unos cuantos kilómetros de acompañados por la luna llena por unos parajes mágico, llegamos al cañón del río Lobos.

Una pasada.

Nos metemos en el camping (estaba cerrado) y tras llamarnos la atención, damos una vuelta de reconocimiento: elegimos parcela y montamos las tiendas. Es tarde, tenemos sueño y hace mucho frío.

ZZZZZZZZzzzzzzzzzzz...

Al amanecer, unas voces me despiertan. Es Luis diciendo que está nevando, que hay que desmontar los chiringuitos...

¿Como? De eso nada, esperamos tranquilamente a que pase la nevada durmiendo calentitos en los sacos. Pero va a ser que no: Eva casi me fulmina con la mirada y Luis y Covi ya están desmontando su tienda. Resignación, pienso para mis adentros...

A partir de aquí, el grupo de "frioleros" me escuchan rezongar toda la mañana: "sois unos acojonaos" "total dentro de nada va a salir el sol" "valientes aventureros" bla bla bla...

El caso es que yo dormí como un marqués, pero el resto no (hay que ser consecuentes, si yo me hubiese pasado la noche tiritando y sin pegar ojo seguro que estaría pensando igual que ellos)

Así nos despertamos…

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El caso es que desmontamos el chiringuito y nos fuimos a desayunar.

Menudos bocatas de lomo que nos engullimos: de medio metro cada uno. Un buen desayuno, si señor...

Y tras jugar un buen rato con el perro de la señora del camping, hacemos rugir nuestros motores y seguimos ruta.

Nos adentramos por una carreterilla muy sinuosa a la entrada del cañón. El paisaje es una pasada y no dejaba de mirar a todos los lados: el río nos acompaña por la margen de la izquierda entre la arboleda, mientras que al frente los buitres nos observan desde los escarpados riscos anaranjados que parecen enseñarnos sus mejores perspectivas a modo de bienvenida. Estoy como un niño con zapatos nuevos: desde que unas fotos del cañón cayeron en mis manos hace tiempo, tuve mucha ilusión por conocerlo.

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Enseguida la carretera se termina y dejamos las motos. Nos dirigimos raudos a la caseta del guarda (quien haciendo honor a su cargo nos guarda los cascos y guantes) y nos adentramos en el cañón: que paisaje, que pasada. Y además sale el sol. Que contento estoy...

Durante un buen rato me separo de los demás y voy a mi bola flipando con todo lo que veo. Si bien es cierto que conozco muchos sitios y muy bonitos, este estoy seguro que me quedará grabado en la mente de por vida. La sensación es indescriptible. No hay palabras.

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Un poco más allá me vuelvo a juntar a ellos para, al poco, junto a Eva, cruzar el río por una zona en la que cubre poco y seguir el cañón desde el otro margen.

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A partir de aquí seguimos por el bosque que acompaña al río, en ocasiones avistamos a Zeppe y Covi desde el otro lado.

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Cuando finalmente llegamos a la Ermita de San Bartolomé, uno queda sin palabras para intentar describir el paisaje.

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Disfrutamos del entorno, admiramos la ermita, paseamos entre los árboles, junto al río, deambulamos por las cuevas... y pasamos allí un buen rato. Dejamos para otra ocasión el pateo hasta el puente de los Siete Ojos y el resto del desfiladero, tal vez para la siguiente visita a la zona.


Acerca de la ermita, erigida por la antigua orden de los Templarios, sobre los que os recomiendo que leáis algo, decir un par de curiosidades: Cuenta una leyenda que el Apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde el alto de uno de los farallones del cañón. Los cascos dejaron sus huellas sobre la piedra, cerca del camino hoy utilizado y la espada se le cayó al suelo y allí donde quedo clavada quedó revelado que sería el lugar donde se edificaría la actual ermita de San Bartolomé. La ermita de San Bartolomé, está enclavada en un lugar equidistante de los dos puntos más septentrionales de la geografía peninsular, los cabos de Creus y Finisterre. Este punto central es el "Omphalos" (el centro del mundo). Y si unimos con rectas en un mapa tomando como centro esta ermita con el resto de enclaves templarios, el resultado es un cruz templaria: todo un misterio...


El camino de vuelta lo hacemos otra vez por senderos atravesando el bosque. Pasamos mucha risa a la hora de cruzar el río por varios puntos, jur jur jur.

Vamos a ver el Centro de Interpretación del Parque (una pasada)y damos por terminada la visita al cañón; nos dirigimos al pueblo de Ucero, donde vemos su castillo y alrededores.

Acabamos en el Burgo de Osma. Visitamos la ciudad y el casco histórico, pero no pudimos dedicar todo el tiempo que quisimos a verla debido a estar inmiscuidos en la ardua tarea de encontrar alojamiento en plena Semana Santa. Como era de esperar, todo lleno. Aprovechamos, como no, para degustar el taperío y bebercio local.

De allí, a Calatañazor. El pueblo una pasada, dimos un garbeo por allí disfrutando de las empedradas calles y del aroma que desprendían las infusiones que en vetustas tiendan guardaban para venderlas a precio de oro a los turistas que por la zona pululábamos. Allí tampoco había donde dormir. Nos damos un garbeo por los alrededores.

Tras muchas dificultades, conseguimos encontrar alojamiento en San Leonardo de Yagüe.

A la vuelta paramos a ver mirador que hay desde la montaña y desde el que divisas todo el cañón, aproveché para hacer alguna breve incursión por las pistas que por allí se prodigan (Soria es el paraíso del Trail). Seguro que si le digo a Zeppe que me siga tira p'al monte con la CB, con lo que le tira el trail... juas juas juas.

Nos dirigimos a San Leonardo y, tras subir los bártulos, darnos una reparadora ducha y descansar un buen rato, salimos a cenar.

La cena estuvo muy bien, y tras ella nos tomamos algo, y como los tres frioleros estaban cansados, enseguida retiramos a descansar. Los tres frioleros estaban contentísimos ante las amplias habitaciones con cama blanda y calentita, tele, baño y todo eso que no hay dentro de las tiendas de campaña. Y a dormir...

Aunque de madrugada hubo que salir en calzoncillos a pegar cuatro voces a unos capullos que llegaban de fiesta dando voces y portazos.

Volvemos a dormir: ZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzz...

El viernes lo dedicamos a visitar los alrededores: Visitamos San Leonardo y su peculiar castillo (palacio-fortaleza del siglo XVI). Una auténtica pasada...

De allí a Abejar y Vinuesa, no sin antes parar en el embalse de la cuerda del pozo para ver aquella pasada de sitio, y Playa Pita, donde aproveché dándole a la Freewind por el arenal y pistas que allí había...

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Se nos quedó para otra ocasión subir al Pico Urbión, Laguna Negra y las lagunas de Neila. Estaban los accesos cerrados por las intensas nevadas... así que nos fuimos a Soria capital.

El día hoy estaba bastante bien, aunque llovió en algunos momentos la mayoría del tiempo aguantó, y además, por fortuna no hacía sol. Con lo que molesta...

Nada más entrar en la ciudad nos paramos a ver el edificio de la Diputación con sus esculturas en bronce. Después subimos a ver el parque del castillo y tomamos un café en el Parador Nacional. El edificio no me gustó nada, pero he de decir que el emplazamiento es precioso, y desde sus acristalados salones tienes unas vistas hacia el valle impresionantes: los buitres y águilas vuelan majestuosamente frente a nosotros ajenos a nuestras miradas.

Luego pateamos un poco por el parque y alrededores. Allí encontramos a uno de los poquísimos moteros que nos encontramos en el viaje: una pareja en una BMW R1200GS, y a los que nos encontraríamos sucesivamente en numerosas ocasiones...

Jalamos unas tapas por allí, pateamos un poco por el centro, y volvemos a San Leonardo, que se nos hace tarde.

Volvemos sin novedad y del tirón.

Nada más llegar entramos a reservar mesa para darnos un homenaje en forma de parrillada en un sugerente mesón que tenemos cerca de donde nos hospedamos, y aprovechamos para tomarnos unas limonadas (peculiar y sabrosísima especie de sangría que por Castilla y León tienen por costumbre degustar en Semana Santa y cuya ingesta se denomina "matar moros").

Tras la primera limonada, pedimos directamente una jarra. Y luego otra. Después le decimos al camarero que nos atiende que puede disponer de la mesa que le habíamos reservado. Y pedimos otra jarra... y otra... y otra...

El caso es que nos lo pasamos pipa jugando a "la abuela", "un limón y medio" y otras cosillas que me reservaré. Los efluvios del etílico ya se hacen notar. Explotan carcajadas a cada nuevo error en los juegos (el que se equivoca tiene que chumar) y a cada nueva ocurrencia para aumentar las dificultades de nuestras prácticas...

Seguimos con la juerga por el barrio y pedimos unas tapillas de frintanga típica: morros y torreznos, sin dejar que la limonada se nos aleje.

Momento telefónico y juerga constante... seguimos nuestras gamberras andanzas por los baretos del lugar. Llama la atención un bar que durante el día es el Hogar de Jubilados, y de noche se convierte en un garito animadísimo con la música al alto de la lleva y petao de gente.

Allí nos tomamos una copichuela y las damas sugieren (ordenan) retirada aunque a algunos nos picaba el niki bastante...

Y vamos p'al catre...

ZZZZZZZZZZZZZZzzzzzzzzzzzzzzzzz...

En contra de todo pronóstico nos despertamos bastante temprano, y mientras esperamos a Zeppe y Covi para desayunar, aprovechamos para colocar los bártulos en la moto y secar la tienda de campaña.

Después nos fuimos todos a desayunar potentemente a nuestro conocido bar de las tortillas y bocatas de jamón... y arrancamos ya de vuelta con intención de ir parando por pueblos para ver cosas.

La primera parada que hacemos, ya en la provincia de Burgos, es en un pintoresco pueblo llamado Hacinas; un viaje en el tiempo, donde pudimos visitar su secular iglesia, un atípico campanario-santuario tallado en una peña y uno árbol fosilizado. Bello lugar.

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A continuación nos adentramos por una sinuosa y ondulada carretera que nos lleva a Santo Domingo de Silos. Aquí el llevar una trail es una gozada, las suspensiones trabajan absorbiendo las irregularidades pudiendo viajar cómodamente y disfrutando del entorno. El tramo final, antes de llegar al pueblo, para mi ha sido lo más bonito. Al cabo de varios kilómetros y muchas curvas, se presenta ante nosotros el pueblo, el cual atravesamos para llegar al monasterio. Petao de gente... por supuesto. Visita rápida donde entablamos conversación con un motero custom de Ribadeo.

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La siguiente parada prevista era Covarrubias y un Museo de la Prehistoria en Salas de los Infantes, pero se nos empieza a echar el tiempo encima y, para ver el museo, al ser domingo y las 14 h como que no; queda pendiente para futuras ocasiones.

Cogemos la autopista y ya no paramos hasta Sahagún, en la Tierra de Campos leonesa, donde nos ponemos moraos a pizzas, único papeo caliente que encontramos en todo el pueblo.

Volvemos a coger la autopista y sigue bastante buen tiempo, a excepción de esas ráfagas de viento que tanto dan por donde empiezan los cestos...

Del tirón ya hasta nuestra querida Asturias.

Como es de esperar, en El Negrón, el túnel nos devuelve a nuestra dimensión habitual, y en concejo de Lena nos da la bienvenida con nubarrones, niebla, viento, mucha lluvia e incluso granizos por momentos.

En el peaje, Luis se encontró con su tío, y tras hablar con ellos un rato, decidieron ir juntos para Oviedo.

Nosotros, tras despedirnos de ellos, hacemos una paradita en Mieres para visitar al gran amigo McCharly, y apuntamos a casita, que ya estamos cansadillos de tanto tute.

Una pasada de viaje.

Una pasada la compañía.

Pero sobre todo, una pasadísima de sitio el Cañón del Río Lobos, que volveré a visitar espero que no muy tarde, al igual que todos los sitios que nos quedaron por ver en Soria, esa gran desconocida y a la par un paraíso para el trail.

Saludos a todos, y hasta la siguiente.

Chus.

...estupenda crónica escrita, Chus4x4 !!

Quién dijo frio, coooño? Lo que pasa es que hay mucho madiquita y un poquito de nieve les encoje los esfinteres :-D

Conozco la zona (a patita) y es preciosa...y con nieve, más ;-)

V´ss!

Muy chula la cronica chus, no os cortais con nada, los teneis bien puestos. Al igual que miguel he estado por la zona y es preciosa. En la cuerda del pozo he estado con la piragua y con la tabla de Windsurf, las pistas de la zona por esos pinares tan bien cuidados son una gozada.
Un saludo y gracias por hacernoslo llegar. "Soria, ni te la imaginas"

Estupendo el viaje que habéis realizado Chus.
Suscribo lo que todos ya habéis comentado también he estado por la zona y es una pasada bien merece un viaje.

buena cronica, no me meto yo en una tienda con ese frio, ni de coña, preferiria estar dando vueltas en la moto toda la noche. bonita zona.

Pero que te voy a contar yo de mi tierra, todo lo que diga no va a ser nada objetivo............... De todas formas, me alegra escuchar crónicas como esta en las que personas de fuera de Soria, valoran de esa forma todos los encantos de esta tierra.

Por lo que respecta al viaje, ha sido estupendo, le habéis pegado un repaso de "no te menees" al noroeste soriano. Aunque además de los sitios en los que habéis estado, y que son preciosos, por esa zona, la provincia alberga otros lugares de no tanto renombre pero de una belleza tremenda. Próximo a Covaleda se encuentra "Castroviejo", un paraje que nada tiene que envidiar a la Ciudad Encantada de Cuenca.......Y muy cerquita de Calatañazor, donde estuvísteis, se encuentra "La Fuentona", un paraje natural precioso.....

Pero bueno, para la próxima será ¿no?

En esta me alegro que lo hayáis pasado bien.

Ah, por cierto, se me olvidaba, la crónica estupenda.....

Un saludo.

me alegro un monton que os gustase esta bonita zona por tierras sorianas yo aunque no soy de aqui pero vivo en ellas un saludo y unas cervecitas para todos los que las visitais

Vaya, parece que os ha pasado casi de todo, desde luego que eso es la aventura, y por lo visto la habeis disfrutado de lo lindo, de lo cual me alegro.
Gracias por compartir esta estupenda crónica y esas fantasticas fotos :birra:

Habeis elejido un buen lugar para pasar la semana santa, a pesar de que el tiempo no os acompañó.

EL Cañon de rio Lobos es precioso para patearlo sobre todo cuando no hay mucha gente, y si al atardecer pinchas la tienda en cualqier rincón (no sé si ahora estará prohibido) y pasas alli la noche no te digo nada.

No dudeis en volver a los sitios que no os dio tiempo a visitar, no os arrepentireis. Soria tiene magia y tener cuidado por que engancha.

Un saludo.

He pasado un buen rato leyendo tu cronica de semana santa.Pase unas vacaciones por la zona y me has hecho recordarlas.Las hice en coche y pense lo mismo que Tu, Soria es un paraiso para recorrerlo en moto trail ¿seguira sin un Km de autovia? seguro que si.

Gracias por compartirlo... :birra: