Hola nois/es:


Este jueves me he podido escapar por unas pocas horitas...
Me habían hablado de la Serra dels Bufadors entre las comarcas de la Garrotxa, Osona y el Ripollés, de sus impresionantes bosques de hayas y robles, de su maravilloso paisaje rocoso cubierto de musgo y sobre todo, de unos extraños agujeros silbadores, es decir justamente de todo aquello que me podía impulsar a dar una vueltecita por allí.
Salí de casa no sin antes tener el presentimiento de lo que me iba a encontrar pues el otoño ha vuelto a nuestro país, con sus colores alucinantes...




M despedí del viejo castaño que sobrevive a pesar de todo anclado en el cemento al que tanto quiero...

tomo la carretera que por la Fullaca me llevará hasta el Eix Transexual y de allí a la que une Vic-Ripoll, subiré hasta Sant Quirze de Besora, cogiendo el desvío que lleva a Santa Maria de Besora i Vidrà...mmm... Cuantos recuerdos!...
Coincidiendo con las últimas casas del pequeño pueblo hay un rótulo que pone Ripoll, enseguida te metes en una pista forestal encementada que te sumerge inmediatamente en otro mundo... que no?... mirad!... mirad!...








Después de un magnífico rato, llego al Coll de Bellís, donde aparco a “Llibertat”, aprovechare para estirar un poco las patas por aquellos magníficos y curiosos entornos...
Cuando me alejo, no puedo dejar de girarme para despedirme de mi fiel compañera de tantos buenos momentos...



al cabo de una media hora de seguir un pequeño y ascendente sendero, me encuentro literalmente inmerso en unos lugares que parecen sacados de un cuento de hadas





en la parte inferrior izquierda podéis ver uno de esos famosos agujeros por los que circula un airecillo fresco y que en ocasiones sopla (bufadors) como si silbase




Otro de los bufadors...



El tiempo pasaba demasiado rápido -como casi siempre- y yo tenía que volver a casa a la hora de comer, así que deshaciendo el camino me reencontre con “Llibertat!”



Ya la veo, como una criatura del bosque, escondida entre las hojas...



Del Coll de Bellís hasta Llaes el camino mantiene una espectacular belleza



lentamente el bosque hasta entonces cerrado se va abriendo ampliando la variedad de colores





hasta llegar a Llaes,




Me habían recomendado ir a comer a Cal Teixidor, però lo tendré que dejar para otro día -Tempus fugit-...
Por el camino encontre a lado y lado del camino diversos indicadores a gargantas, cascadas que me llamaron la atención y de los que tomé mentalmente nota para otras ocasiones, en particular uno que señalaba bajo el sugerente nombre de Panteó lo que parecía ser un pequeño circo de montañas rodeado de impresionantes paredes rocosas... no se no como, ni cuando, peró volveré... (juuuaaasss, parece un bolero)
Desde Llaes la pista continúa para desembocar al cabo en la carretera que une Sant Joan de les Abadesses con Ripoll, el paisaje conforme llegamos al final, sin perder un poderoso atractivo va perdiendo el encanto de las tres primeras cuartas partes...


En fin, una ruta breve pero entretenida, sin complicaciones ni dificultades, apta para hacerla solo o a dúo, no será la última vez que vaya por allí...
Os la recomiendo.

V’sssssssssss