[size=large]Lo siento, Mario, última entrega...

DIA 5: Luarca-Santoña

Amanece, cargo la moto, desayuno y a tirar millas.

Primero me dirijo desde Luarca hacia Cudillero, también por carreteras de costa no principales. Muy divertidas, aunque me toca algún tramo en obras, y a veces hay que ingeniárselas para no acabar en la autovía.

Paso por Cudillero, pero no paro, porque había un mercadillo y bastante jaleo, así que continuo hacia el Cabo de Peñas, donde visitaré el faro.










Después de esto, he de confesar mi pecado... ¡¡ ME METI POR LA AUTOVÍA !! para acortar camino ya que quedaban todavía muchos km. Fui hasta Ribadesella, donde me tomé un pincho y saqué un par de fotos.






De Ribadesella, volví a Arriondas, Cangas de Onís y volví a coger la carretera de Cabrales.



El picu Urriellu visto desde otro sitio:




Esta carretera (digna de pilotarse y de admirable paisaje montañoso) desemboca (o empieza) en Panes.

Una vez en Panes, me dirigí otra vez dirección Potes, atravesando el espectacular desfiladero de la Hermida, llegando al pueblo del mismo nombre.



Allí, menu del dia, con cocido montañés, filete de ternera, postre y vino. Todo rico rico y en cantidad, por solo 10 € (que gozada...).



De la Hermida, cojo una carretera muy comarcal que me dirige a Puentenansa y el valle de Cabuérniga. Os recomiendo totalmente esta carretera. Poco transitada, en buen estado, y naturaleza salvaje por doquier.






Ya en Cabezón de la Sal, por carreteras más generales y algún trozo de autovía, llego a Santoña, donde ese fín de semana participaré en una KDD homenaje a un compañero fallecido recientemente en accidente de moto.







DIA 6: Buen rollo, homenajes gastronómicos (más aún) y alguna rutilla dirección Santander.



La bahía de Santander:




Me consuela saber que no fui el único loco con maxitrail, maletas y toda la parafernalia





DIA 7: Vuelta a casa:

Pasando por Balmaseda, Amurrio, Vitoria, puerto de Azazeta, Estella y por fín Pamplona. Unas carreteras también muy bonitas, ya sabeis, huyendo de la autovía como de la peste.



En definitiva. 2000 km de curvas durante 7 días. Buena compañía cuando la hubo y unos parajes espectaculares. A veces no nos damos cuenta de lo cerca que tenemos sitios realmente dignos de admirar.

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