Quedamos Enreda, Chino y un servidor para dar una vuelta por Ávila. En total 300 Km, 100 por lo marrón y 200 por carretera.
El sol de los últimos días a secado el campo y me parece que en toda la excursión debimos pillar un charco. Una pena para todos.
El inicio de la ruta la hicimos sin track. Es una zona que conozco un poco y además quería guiar solo con el topohispania.

Que quede claro que el topo es una pasada y que estoy encantado con el pero…justo esa zona de Ávila viene en blanco…hay que jod****. Es una zona con un montón de pistas, muy chulas por cierto, y no aparece ni una. Asi que me perdí.
Y claro, una vez que te pierdes empieza el desparramo…que si hay que dar la vuelta justo donde está un perraco que no veas, que si se pierde a los compis y das la vuelta y justo entonces aparecen, que si para arriba, que si para abajo…

Menos mal que pude seguir el rumbo por pistas paralelas y al final encontré el principio del track.
Después de una zona de pistas amplias, pero reviradas, llegamos a un sendero franqueado por muros de piedra que llegaba al pueblo de “avituallamiento”. A mi los senderos revirados con algo de piedra, pero no mucha, y algo de arena, pero no mucha, me gustan un montón así que disfruté como un enano.

El avituallamiento fué, como casi siempre, una pasada así que el principio del segundo track, lo hicimos muy tranquilos Enreda y yo…a el Chino le da lo mismo comer, que no comer, va a saco y punto.
Una zona preciosa que habrá que hacerse con el estómago menos lleno en el futuro. Cuando parecía que se acababan los senderos y empezaban las pistas llegó la sorpresa de una pista muy revirada en caída libre en la que mis brazos dijeron “hasta aquí hemos llegado” y casi la bajo rodando.

Una vez acabado “el campo” llegó la hora de la vuelta a casa por carretera que ya se nos había hecho de noche.

Un gran día de moto…aunque cuidadito con fiarse al 100% del topohispania y con acabarse los menús de los restaurantes autóctonos.
V-es