Como sabeis, a Nina le publican artículos en Dailymotos y en Motoviva, así esta semana le ha metido caña a la forma en que nos atendieron cuando dimos aviso del accidente de Javi (Amotero).


En estos tiempos de competencias autonómicas descentralizadas y de servicios públicos subcontratados, un número de emergencias único, el 112, nos permite recibir atención urgente sin tener que ser unos expertos en materias de competencias.
Mientras todo queda dentro de la comunidad autónoma, la cosa no pasa a mayores, pero en cuanto se da la posibilidad de que se vean implicadas dos o tres autonomías, como sucede en algunas carreteras comarcales o nacionales, mejor no salir de casa sin un GPS, porque es el artefacto que puede procurarnos una rápida asistencia. Como lo leen. Hace una semana, un gran amigo nuestro sufrió un gravísimo accidente de moto que precisó de un equipo de rescate en una de esas carreteras suspendidas entre dos autonomías y un barranco de 100 m de talud.

Una señorita del 112 insistía, al principio con amabilidad, y después de muy malas maneras, que era muy importante que le concretase en qué provincia estábamos situados. Esa carretera atraviesa Teruel y Castellón, y si servidora es de Barcelona y es la primera vez que pasa por esos caminos, ¿cómo demonios lo voy a saber?, ¿qué tal si primero viene la ambulancia y luego hacemos el cursillo de geografía? Su respuesta fue un “paso aviso, adiós muy buenas” y me colgó.
Por suerte un compañero llevaba un GPS y le pudo proporcionar las coordenadas exactas del accidente –encima tuvo que oir que le habían dado aviso, pero que las explicaciones estaban mal dadas-. Para ser justos, la ambulancia llegó en muy pocos minutos, aunque sin equipo de rescate, pese a haber insistido en que el accidentado estaba en medio de un barranco y que el médico que venía con nosotros recomendaba inmovilización, y también vino una patrulla de la Guardia Civil que se comportó maravillosamente con nosotros, y eso que pertenecían a otra autonomía y no estaban seguros de si debían hacer este servicio o no, pero que venir era una cuestión de principios.

Respecto a la señorita que me cogió el teléfono, no comprendo por qué motivo atiende esta clase de llamadas una persona que no sabe que CV-110 quiere decir carretera vecinal de la provincia de Castellón, Comunidad Valenciana, ni por qué, en vez de tranquilizarme, se dedicó a ponerme más nerviosa con una pregunta estúpida. Digo estúpida, porque cualquiera con dos dedos de frente deduce que si recibió en Valencia capital la llamada de un móvil perdido en la nada, era porque estaba dentro de la Comunidad Valenciana. Y que alguien que avisa de un accidente posiblemente mortal puede estar en estado de shock, y necesita una palabra amable y tranquilizadora, no que la presionen con las consecuencias de no ser más precisa con sus indicaciones.

Porque las piedras no llaman por teléfono, sino las personas.