Yo fui otro de los que vio "eso". Está claro que parte de "nuestro colectivo motero" lo componen ese montón de descerebrados que, en esta época de bienestar, colocan el SuperPepino (y el TDI) en la hipoteca a cuarenta años. Esos que no utilizan ningún tipo de protección que no sea de marca, eso sí, desabrochada o sin colocar, para que se les vea bien el bronceado. Son ese grupo que gusta de destruir sus motores, neumáticos traseros y rodamientos de dirección coreados por otros como ellos, que acuden a verlos en esa orgía de ruido y destrucción. Los que se saltan lineas continuas porque no existen, los que consideran que los otros vehículos solo son molestias para su pilotaje, los que les importa dos OO los tímpanos de niños, ancianos y enfermos. Son la parte que llama la atención con su comportamiento y, no os equivoqueis, es lo que hoy en día es un "motero" en España. Solo hay que ver un Gran Premio en Jerez o Valencia, para verlos a la gran mayoría. Atrás, muy atrás quedó la época del Barbour de lona engrasada, las paradas bajo un árbol a repasar la mecánica, el saludarse en ruta y el parar al ver un motero en la cuneta. Aquello ya no existe.

Teniendo en cuenta esta triste realidad, es lógico que "esa cosa" haya estado enfocado en ellos. Pero parece ser que no han querido mirar más allá para descubrir que hay otros tipos de gente que viven la moto de otras formas. No han visto un club de megascooters. Ni han visto el Campeonato de MotoTurismo. Ni a una pareja haciendo un viaje de tres mil kms. A pilotos federados entrenar y competir. A fuerzas policiales que hacen hasta 50.000kms. en un año sobre dos ruedas. A amantes de la naturaleza recorriendola con el respeto que se merece, ella y sus usuarios. A ese matrimonio mayor que recorren el pais en su turística. A mensajeros, repartidores o carteros. Al quinceañero que prepara con ilusión su primer viaje en ciclomotor. A su colaborador Jesús Calleja preparando el Rally de los Faraones. A los que se manifiestan para que nos quiten las cuchillas asesinas. A aquellos que, no pudiendo, sueñan con tener algún día una moto con la que cumplir miles de sueños. Al que llega a su hora a trabajar o estudiar, pese a jugarse la vida entre coches, bordillos, manchas de aceite y energúmenos varios. No han visto nada, porque nada han buscado.

Así que nos queda redoblar esfuerzos para demostrar que hay una parte, mucho mas grande aunque menos visible, que vivimos la moto, sentimos la moto y queremos la moto, que renegamos de mamarrachadas, ruidos y temeridades. Debemos demostrar día a día, a todo el mundo que la palabra "motero" es mucho mas que todos esas animaladas... o quizá debemos dejar ese término y utilizar la que ahora nos queda mejor: no somos moteros, somos MOTORISTAS.

P.D.: Quiero señalar que cuando digo "superpepino" me refiero tanto a una RR como a una custom, una campera o un scooter de moda. Ya sabeis a quien me refiero, son los que casi en la puerta de la tienda le cambian "el tubo", les quitan los retrovisores y colocan la matrícula de la forma menos visible posible... y sus usuarios cumplen las características arriba indicadas.