Después de engañar a dos amigos nos fuimos a reconocer una antigua vía de tren actualmente en desuso la cual había echado el ojo en excursiones anteriores.
El track comenzaba en un circuito de motocross y nada más empezar la AT probó el barro con la consiguiente puesta a masa de piloto y moto. En su segunda salida Trailera el piloto de la AT pudo comprobar que esto del trail no es para tomárselo en broma y que las caídas duelen, después de esta caída el piloto se replanteo su conducción asumiendo los mínimos riesgos posibles. LECCIÓN APRENDIDA.
Aquí podemos ver el charco que provocó la caída con consecuencias leves para el piloto. Muñeca torcida y golpe en el hombro.



El circuito que estaba vacío tenía una pinta estupenda y estaba muy bien cuidado





Desde aquí nos fuimos en busca de un túnel del tren donde desde hace años no hay raíles. La idea era comenzar desde este punto y circular varios kilómetros por el trazado de la vía.

Como podéis ver en la foto los senderos que nos conducirían hacia el comienzo de la vía discurría por cortados y cañones. La dificultad de algunos tramos nos hizo que recalcular el track por zonas más aptas paras nuestro tipo de moto.



En este punto y tras el susto del comienzo de la ruta, la AT decide no seguir por los senderos e ir en nuestra busca en sentido contrario de la vía. Nos encontraríamos más adelante.



Tras la tensión que produce ir por un camino estrecho perpendicular a una ladera con gran caída, por fin llegamos a la entrada del túnel donde habíamos quedado con la AT. En la foto podemos ver a la derecha la inclinación del camino que nos conduciría hasta aquí.



Vista del comienzo del túnel esperando a la AT



La AT llega por fin llega y el piloto se quita el casco para echar un cigarrito.



Aquí os dejo otras fotos del oscuro y fresco túnel








La otra cara del túnel




Tras unos kilómetros rodados por piedras de granito salimos de la vía por senderos parecidos a los que no habían llevado hasta allí.



Desde allí nos encaminamos hacia Madrid, pero la ALP a la altura de La Granja decide pinchar la rueda trasera. Usamos el bote que llevábamos de repara pinchazos pero solo nos valió para llegar hasta Valsain donde de nuevo la rueda perdió todo el aire que llevaba.



Visto lo visto decidimos parar a comer y ya de paso llamar a la grúa para llevar la moto hasta un taller.
La grúa llegó justo a tiempo, después de los cafés.




Como la grúa tardaría en llegar más que yo al taller decidí pararme poco antes de coronar el Puerto de Navacerrada a contemplar la que seguramente sean las últimas nieves del año, esperemos que el próximo año nieve más.




Saludos