La primera crónica de nuestro Comando Secarral (espero perdonéis la inexperiencia) es la realización de un proyecto que llevábamos tiempo planeando. En esta ruta que hicimos el pasado viernes día 27 de junio (yo pedí el día en el trabajo y Jason es laboralmente bohemio), elegimos una jornada con pleno sol y una agradable brisa que transportaba los aromas de un campo vestido con sus mejores galas tras las todavía recientes y abundantes lluvias. Kilómetros y horas de aventuras tranquilas con nuestro campechano estilo.
PROLEGÓMENOS: Miguelo (otro secarral boy que no pudo venir en esta ocasión), ayudando a adaptar el desarrollo para la ocasión (Johnnie Walter me ayudó a convencerle para que lo hiciera)

La exhaustiva preparación física y mental de la noche anterior viendo el España-Rusia, whisky in the jarr (al fondo Gustavo, otro buen fichaje, entristecido por no venir).

CONSECUENCIA:A causa de ello y de otros compromisos, salimos tarde, muy tarde, a eso de las 11 de la mañana, pero LA AVENTURA ES LA AVENTURA…
CRÓNICA (Narración&Ripio Style)
Por estas nuestras alcarrias clareaban ya las mieses
deseando en nuestra mente no sufrir grandes reveses



Los charcos también refrescan el polvo de los caminos
Las piedras nobles resisten entre grandes desatinos


Tras una buena tanda de kilómetros por largas pistas, llegamos a esta atalaya donde abandonaríamos la Alcarria para adentrarnos en la campiña




En este camino recibimos una pedagógica charla pseudojurídica por parte de un guarda forestal que circulaba en un ecológico convoy de tres 4X4. Al final afortunadamente, con educación y buen rollo, eludimos el cadalso, la guillotina o el garrote vil en los que podíamos haber terminado merced a los incumplimientos que presuntamente estábamos llevando a cabo.


En la villa medieval nos aprovisionamos y comimos de forma improvisada embutidos y pan de la zona en una agradable área con fuente y techado que estaba decorada con buenas vistas de las tierras que el Cid (que también era campeador), retomó al sarraceno.


Ya por las tierras sorianas, cabalgaban las monturas
Por campos llenos de paz y alejados de la espesuras

Las fuentes mitigaban los calores estivales
Que frescor nos aportaban de sus hondos manantiales

Aquí nos adentramos por un valle cuyo camino se convirtió en senda y en la nada tras cortos pero profundos vadeos






Reconozco que este camino lo conozco de un documento de peregrinos a pie (es lo que tiene) al final el sofocante y húmedo calor (no corría el aire) y el propio sentido común nos aconsejó la media vuelta (cosa siempre desagradable) e intentarlo por otro lugar.


El camino que nos indicaron en un pueblo, empezaba con una carreterilla que se tornó en un camino por una dehesa con encinas


Kilómetros adelante nos adentramos en un mágico bosque de enebros y sabinas



Aquí consultando el mapa, no sabíamos donde estábamos, pero comprobamos que no era lejos del siguiente punto previsto.
¡Primavera soriana, primavera
humilde, como el sueño de un bendito,
de un pobre caminante que durmiera
de cansancio en un páramo infinito!
(A. Machado)

En cualquier rincón podía saludarnos la espadaña de una ermita

A continuación bajamos a la vega para cruzar el Duero, caudal de historia y sangre de las viñas.

Como siempre, el mejor GPS son las amables gentes del lugar indicando siempre el camino o las bondades de la fuente. Este señor a pesar de su malaugúrico aspecto, guadaña al hombro, así lo hizo.

El camino fue haciéndose cada vez mas divertido




desembocando en una carreterilla entre pinares frondosos, arroyos y fuentes donde refrescarse





Aquí un pequeño homenaje al viejo Randy…

Continuamos por una pequeña carretera que ofreciendo variedad de bonitas escenas y paisajes.



Hasta llegar donde Gerardo Diego dijo aquello de:

...Mástil de soledad, prodigio isleño
flecha de fe, saeta de esperanza
hoy llega a ti, riberas del Arlanza
peregrina al azar, mi alma sin dueño…




Tras la obligada parada y las indicaciones de un gentil anciano tomamos un bello camino rumbo hacia uno de los mejores panoramas de toda la ruta donde fueron rodados los exteriores de uno de los mas afamados espaguetti western.




Hasta que fuimos bajando para cruzar pueblecitos, puentecillos bajo la luz de la tarde.




Las lavandas silvestres nos evocan el aroma de nuestras alcarrias

Esta iglesia evoca considerablemente las del románico catalán, no en vano estamos cerca del camino de Santiago, sendero de cultura el influencias lejanas durante siglos.

Según avanzaba la noche, empecé a sentir fresco pero, ¡oh, problema!, no he echado la chaqueta en la mochila. Bueno, pues como siempre de buenos modos se solucionan los problemas: Tras explicar la situación esta buena gente me ofreció atuendo para elegir y salir del paso: GRACIAS CUEVAS DE JUARROS (así se llama el pueblo)

Anocheciendo y ataviado con mi nueva cazadora visitamos esta surgencia de agua gélida y pura del mismo pueblo, no sin antes haber tomado alguna consumición en tan venturoso lugar.

Enfilamos el último camino del día dado que, como se dice castizamente, era ya de noche para todo el mundo.

En esta aparecemos sonrientes con nuestro atuendo genuinamente campechano dispuestos a afrontar los últimos 90 km.

Y tras una parada para tomar un café caliente, atravesar algunas nieblas y mantener el ritmo de una BMW que circulaba a esas horas en un puerto, llegamos a mi casuca cántabra tras 501km y 15 horas de moto.

Obsérvense los efectos del sol y la postura adquirida tras la larga jornada motera.
Al despertar, comprobamos que habíamos logrado el objetivo de unir las sobrias tierras alcarreñas con los frondosos valles de Cantabria en una jornada al mas puro estilo trail-campechano.