Este sábado pasado el amigo Melero y yo surcamos las altas tierras del Señorío molinés. Como yo me encuentro sin moto pues no me quedó más remedio que hacer una salida con el todo terreno acompañando a Melero en su preciosa zanahoria. Las fotos son pocas porque me quedé sin memoria en la tarjeta, pero menos da una piedra.

Mi menda a punto de iniciar la ruta.



Aquí podemos ver desde dentro del coche como Melero trailea como un descosido.




Primera parada, donde Melero tuvo que evacuar para poder seguir agusto el camino.


Aquí podemos ver las dos máquinas aparcadas en lo alto de un mirador. La subida a este mirador aunque no la pude fotografiar por no poder parar en el cuestarro, os aseguro que impresiona.


Una vista desde el mirador.


Yo y la máquina de 4 ruedas.


En primer plano la preciosa zanahoria de Melero.


A esta construcción autóctona de la zona la llaman chozón. Se usaba para guardar el ganado. Actualmente ya no se usan, pero han sido reconstruidos varios para el disfrute del ganado humano.


Por esta carretera, que hasta hace poco era un camino, pusimos rumbo al gran río que atraviesa nuestra tierra. Melero se me había perdido de vista porque tenía ganas de darle gassss a la zanahoria.


Los dueños de los cielos en estos parajes. Los buitres leonados.


Siguiente parada. Como ya había evacuado, tenía que repostar. Por cierto, el agua estaba helada, lo que agradecimos, bueno Melero más que yo, porque yo llevaba aire acondicionado. Menudo lujo.


Fin del reportaje. Me quedé sin memoria (en la cámara me refiero). Estábamos al pié del río y desde aqui abajo podíamos contemplar unas montañas alucinantes. Para otra vez será.


Bueno, en total serían unos 150 km. Yo no pasé ni gota de calor, iba como un señor mayor. Pero tengo que decir que tengo unas ganas locas de que me den la moto. La emoción y el sentimiento de libertad no es el mismo.