Este domingo en previsión de que el día estará caluroso nos vamos hacia el Moncayo pensando que por esas tierras hará más fresquito. Nada más lejos de la realidad.

Las primeras fotos cruzando un río.






Unos km mas adelante, al fondo nuestro primer objetivo.






Seguimos por caminos con mucho polvo y el majestuoso Moncayo cada vez está mas cerca.








Al pasar por un pueblo vemos la temperatura de un termómetro y ya marca 31º, “anda que no vamos a pasar calor hoy”
Una vez llegados al Moncayo ascendemos por la ladera de su parte soriana.






Aprovechando que a esta altura el aire es un poco más fresco hacemos una breve parada.






Y desde aquí, al fondo a la izquierda, divisamos la sierra que será nuestro próximo objetivo.




Cruzamos campos sorianos encontrándonos con numerosa maquinaria agrícola, es tiempo de cosecha y los domingos son un día de trabajo como otro cualquiera.






A juzgar por lo que se ve este año habrá una buena cosecha.








Al fondo ya se ve la sierra a la que nos dirigimos.




Y en poco rato estamos ascendiendo por ella.




dejando a nuestros pies los campos y las gentes que en ellos laboran.




Desde lo alto y mirando a la izquierda, el paisaje del monte que domina esta región es espectacular.










Si desviamos la vista a la derecha,………… “ancha es Castilla”.




Atravesamos el parque eólico y antes de bajar vemos la siguiente sierra a la que nos dirigimos, ya en tierras aragonesas.








El siguiente tramo es en bajada y con varios cruces de caminos, el polvo hace que vayamos separados y para cuando me quiero dar cuenta Eduardo y Chato no vienen detrás. Vuelvo al último cruce y después de un rato de espera volvemos a juntarnos y seguimos ruta.








Este tramo de camino es un poco machacón con continuas curvas a derecha e izquierda y pequeñas rectas que al llevar un ritmo alegre nos obligan a continuos cambios de marchas y a tener que tirar de frenos con decisión.










Si a esto le unimos el sol que nos cae a plano, llega un momento en que por obligación
hay que parar a descansar un rato a la sombra.








Después del descanso continuamos hacia un pantano cercano donde tenemos previsto comer.










Hay que ver como le ha cambiado la cara al amigo Chato en cosa de media hora.










Después de los calores que hemos pasado, sentados a la sombra en la terraza del chiriguito se está en la gloria.








Pero no hay más remedio que iniciar la vuelta, así que nos vamos en busca de un camino que muy amablemente nos ha indicado el dueño del bar.










Como es de suponer llega un momento en que ya no sabemos si vamos por el buen camino, ó para ser sinceros, ya nos hemos perdido.






Por intuición seguimos adelante hasta que el camino que hemos elegido desaparece. Con el sol apretando sin duelo nos metemos en un marrón que nos hace sudar la gorda, pero al final conseguimos salir.




Ya en zona conocida nos acercamos al bar de un pueblo donde unos refrescos y unas cervecitas sacian nuestra sed.




A estas horas de la tarde ya estamos hechos polvo, así que decidimos hacer los últimos km por carretera hasta llegar a casa.





La ducha hoy es más que merecida ya que hemos pasado calor para dar y vender. 182km y más de 8 horas de moto bajo el sol de agosto nos han dejado exhaustos.

Un saludo y hasta la próxima.