Se nos acaban las vacaciones, y todavía con el culo lleno de agujetas de la Transpirenaica (una DRZ250 tiene bien duro el asiento) todavía teníamos ganas de más moto, así que decidimos coger la tienda de campaña y hacer una excursión con la Africa Twin y la BMW F650.
En la cara norte del Pirineo hay lugares y regiones llenas de carácter propio y belleza natural que vale la pena visitar. Hemos hecho una pequeña excursión por el departamento del Aude, que está cerca de Andorra con la intención de conocer un Relais Motard, uno de los múltiples establecimientos franceses que acogen motoristas y hemos descubierto una región que visitaremos con calma en otro momento: el país de los cátaros.





Subiendo el Port d’Envalira, uno de nuestros favoritos, a casi 1800 m, para cruzar la frontera de Andorra con Francia.



El paisaje es una maravilla. Pero si ya la mañana era fresquita, el atardecer pirenaico a esta altitud nos “regalaba” 15 graditos…




Con el chubasquero bien calado por si las moscas llegamos al Relais tras pasar la atestada ciudad turística de Ax-Les-Thèrmes en busca de Ascou. La carretera llena de curvas y los paisajes son de maravilla. Una gozada para viajeros en moto.



Para hacer tiempo preguntamos a Jean-Pierre, el dueño del Relais y motero de los de toda la vida, por una buena ruta antes de cenar. Sabia decisión, nos encamina por el Col de Chioula hacia Quérigut, una pequeña ciudad amurallada y la carretera que pasa por el desfiladeros de las Gorges d’Aude.
Aquí arriba, a más de 2300 metros hay nieves eternas, menos de 10 grados y un viento que tira hacia atrás.







Si la subida era espectacular, la bajada fue de vértigo, curva tras paella y contracurva. Muy bonita… si llevas bien los frenos.





El camino estaba bordeado por castillos y ruinas de castillos de los cátaros.



Los pueblos parecían como los de los mosqueteros.





Tras una buena cena hablando en lenguaje motero en compañía de dos viajeros alemanes que venían de nuestro país en sendas Ducatis, nos fuimos a dormir con un frío que pelaba. A la mañana siguiente nos enteramos que había nevado por allí cerca.
Con un buen desayuno en el cuerpo nos despedimos de los alemanes y de los dueños del Relais y continuamos ruta.



Fazer, desviando el tráfico hacia el barranco





Y tras una sucesión de curvas por nacional en dirección Andorra dimos por finalizada la ruta.