La Barcelona-Andorra es la gran clásica, siempre diferente.
De todas las andorradas que hemos hecho esta ha sido una de las mejores. La ruta, como bien dije, era bastante trail pero con la cantidad de km (unos 370 de pistas con algo de carretera secundaria para relajarnos por trayecto) que tenía ha sido un acierto no complicarnos mucho la vida. Aún así hemos acabado todos petados.
Tanto el ambiente, que con la gente que venía era imposible no pasarlo bien, como el tiempo que nos ha hecho que ha sido agradable y nos ha respetada, incluso el poco de lluvia del domingo le ha dado otro encanto a los paisajes. Conducir con niebla en las alturas es algo inexplicable.
Salimos con la primera luz del día. Quedamos a las 7 y cosa extraña, allí estábamos todos pese a los madrugones con puntualidad británica. Después de unos cafés y unos donuts en el bar emprendimos la marcha.
Aquí la foto de los aventureros legañosos.
Separándonos en grupos y cargando los tracks en los GPS.
Amanecer mágico.
Por antiguos caminos
Javi, lo de arrancar una moto a patada no va así…
¿Para donde vamos?
Entre la invasión de los recogedores de setas nuestras motos avanzaban camino del alto Pirineo (hablando de los excursionistas, mucho meterse con nuestros tubos de escape, pero hay que ver los bocinazos que pegan ellos cuando encuentran…)
Bitxo y Nina. La moto más grande y la más pequeñita.
El otoño hace parecer todos los rincones de foto de calendario.
El Pedraforca
En Noves de Segre nos encontramos con Snowbiker que nos acompañó hasta el final de la ruta.
Por fin llegamos al hotel de Andorra, donde disfrutamos de una opípara cena, spa y una merecida ducha.
Como siempre, acabamos cerrando el pub, y eso que veníamos petados.
Al día siguiente decidimos bajar para casa cogiendo un poco de pistas y afilando tacos por unas curvas. La fina lluvia le daba un colorido muy especial a las pistas de ayer.
El nene, aquí luchando contra la tecnología…
Bonitos colores. Pues no hace ni la mitad de justicia a lo que vimos.
Y ya para casa. Si Dios y los Mossos quieren, hasta el año que viene.