Había estado en Marruecos hace unos 20 años, en varias ocasiones, en coche y moto (entonces una Yamaha XT 600), nació mi hija y dejé de ir, hacía unos 15 años desde la ultima vez.
Ahora desde que me compré la mt-03, no hace mucho, me rondaba por la cabeza viajar de nuevo por Marruecos en esta moto, y a finales de Julio sin pensarlo demasiado una tarde decidí que al día siguiente me ponía en marcha, me fuí a comprar un kit de esos para reparar pinchazos, preparé una mochila con algo de ropa, la bolsa sobre deposito con la cámara de fotos, y un saco de dormir por si alguna noche pernoctaba en algún sitio que no me diese mucha confianza.
El día 30 de Julio salía de Sevilla sin un plan muy definido de cuantos días ni a que sitios iría, solo tenia claro que pasaría de nuevo por los bosques de cedros y quizás el desierto.
Han sido 7 días y 2500 km, como cada vez que viajo a este país vengo lleno de sensaciones, de estampas en la memoria, de la geografía, la gente, y formas de vida que me traen recuerdos de infancia de la Andalucía de los años 60, me entusiasmaría hablando de todo ello, pero sólo voy a comentar uno de los momentos mas dulces de cada día del viaje: por la mañana, temprano, tras un buen desayuno a base de leche, delicioso pan de Marruecos con miel y un gran vaso de zumo natural de naranja (todo por 1,50 o 2 €), arrancar la moto, escuchar las primeras explosiones del motor, rodar los primeros kilómetros, con todo un día por delante para disfrutar de la sensación de viajar, conocer, descubrir,..... de esa forma que sólo los viajes en moto proporcionan.
Sobre la moto comentar que ha ido perfecta en todo el viaje, la MT-03 sin ser un vehículo todo-terreno la considero como el equivalente en motos a esa categoría de coches que llaman “todocaminos”, algunos kilómetros han sido por pistas de tierra, moderando la velocidad y si va a ser mucha la distancia, bajando la presión de los neumáticos, se puede llegar a cualquier parte incluso por pistas.

Las fotos las podeis ver en mi web:
http://www.tmoto.es

saludos