La semana pasada Pepepower, Zwo y Rock nos enseñaron las primeras nieves y consiguieron darme envidia, así que este domingo, después de mas de un mes en el dique seco debido a “problemas técnicos“ en la moto, me fui en busca del sólido elemento.
El dia estaba inmejorable y aunque voy en dirección contraria, las primeras nieves que veo son las del Moncayo.
Las últimas lluvias nos regalan estas bonitas estampas.
Unos km. más adelante me adentro en la pista que me llevará a las alturas.
Por lo que se ve, muchos árboles no aguantaron el peso de la nieve.
Conforme voy ganando altura el suelo empieza a teñirse de blanco.
Los últimos tramos antes de llegar arriba se van poniendo mas complicados.
Pero merece la pena.
Al llegar arriba me acerco a un mirador que hacia tiempo que no visitaba. Las fotos no hacen justicia pero os aseguro que las vistas son espectaculares.
En la lejanía, el Moncayo vuelve a hacer acto de presencia, y tirando de zoom lo acerco para verlo mejor.
Sigo adelante, donde no entra el sol el hielo se resiste a desaparecer.
Después de disfrutar un rato de las alturas, elijo un camino diferente para descender.
Y me adentro en un pequeño hayedo que aunque no tiene salida, bien merece la pena disfrutar de él, aunque tenga que volver por el mismo camino.
El dia se va pasando sin darme cuenta de que todavía no he comido, por estos parajes no es difícil escoger un sitio donde hacer una parada para repostar.
Después de llenar el tanque, voy poniendo rumbo a casa, pero todavía me da tiempo a descubrir algún camino nuevo que nos pueda venir bien para enero de este año.
Terminada esta pequeña exploratoria ya no pierdo mas tiempo, la tarde se me esta echando encima.
El Moncayo que hoy lo he visto desde todas las perspectivas, sirve para despedir esta crónica.
En definitiva un día espléndido para andar en moto y 162 km recorridos en solitario, para lo que ha sido el primer contacto con la nieve de esta temporada, seguro que habrá más dias blancos este invierno.
Un saludo y hasta la próxima.
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