Hola nois:

Así que “alegremente decaído”... podía ser de otra manera?

Antes que nada, los compañeros ya han dicho todo lo que se me puede ocurrir sobre tus circunstancias laborales, el mercado de trabajo es una porquería... precariedad, movilidad, plena disponibilidad, salarios de mierda –en general-, etc., estoy seguro de que en Palma, o en el Norte, donde quiera que vayas estarás bien, por lo menos mejor que en tus anteriores destinos lejos de la familia, estés donde estés, siempre tendrás un momentito para conectarte y ahí, a la hora que sea, estaremos nosotros... como dicen los del Manchester United: nunca mas caminarás solo...
Y si te llevas la moto y te pegas unos rulitos con el Tracker que me parece a mí que es una fiera, pues mejor que mejor...

Dicen que los animales saben y que los seres humanos además, sabemos que sabemos... Hombre, no es que la Humanidad sea un prodigio de perfecciones, mas bien parece todo lo contrario, si los seres humanos tuviésemos garras y mandíbulas afiladas como los de un tigre, no sé, a lo peor ni siquiera estaríamos aquí, tranquilamente comunicándonos por Internet... Lo que si está claro, es que los seres humanos somos mucho mas complicados... “alegremente decaído”... Casi siempre una cosa va ligada a su contraria, pocas veces podemos hacer-pensar una sola cosa, sin que inmediatamente se cuele la otra por la puerta de detrás, es sin lugar a dudas una enfermedad contagiosa que hemos cogido como consecuencia del desarrollo social económico en que vivimos...
Lejos estamos de aquel “Carpe Diem” que debería ser como el ancla a la que se agarran con fuerza los barcos en el temporal, lejos de aquel “Dolce far niente” al que aspiraban los más instruidos e inteligentes entre los romanos y más aún, de aquella “Ataraxia” que constituía la meta suprema de muchos de los iniciados de la antigüedad. “Alegremente decaído”...
Hoy, tumbarse en la hamaca, no preocuparse demasiado por el futuro – jo!, si no existe, vaya tontería- y no perturbarse excesivamente, están mal vistos y peor considerados, que le vamos ha hacer, pero yo Moscagarto, aunque esté lejos de conseguirlo y aunque no me atreva a aconsejárselo a nadie, porque cada uno es diferente, distinto e irrepetible, llevo muchos años intentando volverme más crío cada día, pensar lo mínimo imprescindible –que ya es demasiado-, actuar sólo cuando no me quede mas remedio - raras veces lo consigo -, aceptar lo que el destino me traiga, oponiendo la mínima resistencia – y eso lo voy consiguiendo bastante- porque ya sé la respuesta a aquello que se pregunta la inefable Rocío Jurado: “Ay, quien maneja mi barca? Quien?” –cuanta razón tienes Nina!...- que desde luego no soy yo.

Así que “alegremente decaído”... Puede ser de otra manera!.
V’sssssssss