Yo, cuando me junto con algún enfermo como nosotros, acabamos inventando la rueda retráctil que se convierte en cuadrada al aparcar (no necesitas freno de estacionamiento )... y sobre los cambios automáticos siguen corriendo rios de de bueno, de bits.

Mi idea enferma viene de mi forma de circular por montaña o carretera de curvas: monomarcha. Siempre me he acoplado mejor a los motores gordos, con bajos, medios y altos, esos que les metes tercera, o segunda, o cuarta y te olvidas del cambio. Además, no hay cosa que me produzca más ansiedad que una larga trialera... ¿en segunda, en primera, tendré que tirar de embrague? cosa que con los quads automáticos que he probado me olvido... aunque reconozco que no tienes la alegría del cambio rígido.

Bien, pues la idea que desarrollamos mi colega Voromv y yo era un cambio por variador y embrague centrífugo, estilo scooter o quad, junto una caja de marchas de, pongamos, tres. Así llevarías un automático cortísimo de subida de vueltas fulgurante (como cuando trucamos los variadores con casquillos más ligeros) para campo, una intermedia para pistas rápidas o puertos de montaña, y una larga para viajar. Recordad, es una idea enferma...

Por cierto, si no me equivoco, aquellas simpáticas Puch-Avelló de la serie X llevaban algo similar: variador, embrague automático y dos marchas... u otro ciclomotor de la época, aunque creo que eran estos: