Un privado descubierto el sábado a última hora y un par de llamadas telefónicas fueron suficientes para que este domingo gozásemos de una excelente compañía. Sibarita y unos amigos están pasando el fin de semana por la zona y es una buena ocasión para conocernos.

Prácticamente a la vez aparecemos todos en el punto de encuentro.




Un camino que discurre por el cauce seco de un rió nos sirve para empezar la ruta.




Luego por caminos ratoneros vamos haciendo kilómetros.




Una paradita obligatoria para los que fumamos. Kass se vuelve para casa, no sé si por que no tiene más tiempo ó por que no es compatible salir los sábados, con andar en moto los domingos.








Hacia donde vamos el panorama está muy oscuro, así que declaramos salida en mojado y nos enfundamos los plásticos. Después comprobaríamos que la tormenta va por delante de nosotros y solamente caen cuatro gotas por el camino que nos lleva al otro lado del Moncayo.












La pista de un parque eólico nos sube a casi 1700m de altura.










El paisaje desde aquí arriba no tiene desperdicio

(Fotos de archivo)










Un momento admirando el paisaje y toca descender.












Una vez abajo, cigarrito y a comentar la jugada.




Seguimos por caminos ratoneros en una sierra próxima al Moncayo hasta llegar a nuestro objetivo.




Llega la hora del almuerzo-comida




No hay documento grafico pero comer comimos, alguno no se conformaron con dos huevos y se comieron tres, después que hay que ayudarle a ponerse los pantalones de agua, verdad Chato?.
La lluvia mientras tanto cae con fuerza, pero estamos a cubierto.





El cansancio del fin de semana se deja notar.




Después de la tempestad vuelve la calma y nos vamos preparando para volver al “curro”.
Nuestros nuevos compañeros de trabajo.










Por una pequeña garganta seguimos adelante.








Y ya en las faldas del Moncayo, y al lado de unas carrascas centenarias, otro descanso.










Volvemos a cruzarlo por el mismo camino que esta mañana.

Después de un par de llantazos, Ignacio pincha la rueda trasera de la Dakar . No sé si hay que hablar de mala suerte o de buena, por que en el primero está a punto de darse un buen talegazo al no ver una piedra de considerable tamaño que hay en medio del camino, la pilla de lleno y la moto sale descontrolada, pero logra salvar la caida.






Somos los últimos y los demás no se han enterado, así que nos ponemos manos a la obra y para cuando vuelven ya esta prácticamente reparada.




¿Qué miran estos?




Un corzo sube raudo y veloz por la ladera.




!!!Vamos que nos vamos!!!








Repostamos y los últimos km hasta nuestra casa los hacemos por carretera, tomamos un refresco y nos despedimos de nuestros nuevos compañeros, a ellos todavía les quedan unos cuantos mas hasta llegar a la capital ( de la Rioja).







Para nosotros han sido 195 km, para ellos bastante más, sin contar lo que llevaban del dia anterior. A pesar de eso, a las 7,30 de la tarde todavía estaban pensando en volver a casa por el monte, !!!que viciosos!!! ;-).

Sibarita, Ignacio, Oscar y Alfredo, espero que os halláis llevado un buen recuerdo de la zona, para nosotros a sido un verdadero placer compartir la ruta con tan buena gente, a ver si nos vemos pronto por esos “Cameros” de Dios.

Saludos y hasta la próxima.