Bueno, pues ya estoy en casita (mejor dicho, me he pasado por el curro para poder escribir esto...)

Como la crónica oficial tardará, ahí va una avanzadilla...

La ruta ha sido genial, y aunque me he perdido un buen barrizal, (a cambio de 200 kilómetros gratuitos por asfalto), el resto de la jornada ha sido fabuloso.

Como de costumbre no tengo fotos, ya me compraré una camara digital, de momento disfruto cada piedra del camino.

Concretando:

Hemos salido sobre las 9:15 de la gasolinera Jaime I el Conquistador (A-3) en dirección hacia lo desconocido.

100 kilómetros de asfalto más tarde, y cuando parecía que ya ibamos a "tocar tierra" se me ha echado el tiempo encima y he vuelto a Valencia para tomar contacto de nuevo con el grupo (100 Km más!!!) a las 14:00 en Villatolla.

Ellos contarán ese tramo temporal que yo ignoro



Una vez en Villatolla (yo no había almorzado y lo atestiguan mis 200 Km de más en el marcador y el tiquet de la gasolinera, ja, ja) pensé que pararíamos a comer a tenor de la hora de mi reloj.
:roll:

¡Qué hambre!, pero nuestro navegante me ha comentado que ellos todavía tenían el buche recien lleno...

Así que al rato estábamos surcando pistas de barro, charcos y un nuevo elemento que desconocía.

Una pista estaba a primera vista en buen estado, pero cuando entrabas el suelo de desmenuzaba como si fuera una tarta de arándanos, la rueda delantera empezaba a dudar en su trayectoria, juas, juas y ese barro tipo tarta empezaba a cubrir toda mi moto (y las de los demás).

Ahí ha venido el primer susto de Jose LC8, que se ha quedado en un susto. Hay que ver lo que se ha cansado hoy el caballero de la brava montura naranja.

Otra de las novedades es que hemos atravesado un agujero en la tierra, medio apuntalado (que mal rollo), algo que nunca había hecho en moto. Parecía una peli de Indiana Jones

Finalmente nos hemos perdido a lo largo y ancho de la ribera del Cabriel, aunque al final, y no sin mirar un mapa, hemos decidido acabar en Villamalea, donde por fín me he dado un atracón de carne con tomate, sepia con tomate y callos (los callos no estaban muy allá). Pero qué queréis, eran ya las cinco y media de la tarde.

No sin antes crear un corro de chiquillos del pueblo que admiraban nuestros vehículos embarrados, nos hemos dirigido de vuelta a casa.

La vuelta, personalmente, ha sido bastante tortuosa para mí. Niebla, algo de lluvia, la visera del casco sucia, un recto con sustillo incorporao... me quedo con la parte de las pistas.

Cuando he llegado a Valencia todavía he visto a Frank darle un lavado de cara a la Dakar de Merche (hay que mimarla , bueno a las dos, je, je.

Después le ha tocao el turno a mi Dakar. Tenía tanto barro que me ha tocao echarle hasta 3 monedas a la máquina de agua y jabón a presión!!

En definitiva, excelente ruta y dos nuevos y agradables compañeros de caminos: Victortrail con una flamante Dakar personalizada y MacHumber con su BMW 1150; ¡BIENVENIDOS!