Pues quedamos a en Calamocha sobre las 20 horas del viernes 3 de julio, nos tomamos unas birras en una terraza, poniéndonos al día del curso de nuestras vidas, luego nos fuimos al super a comprar papeo para el día siguiente, y a casita a ducharnos y a ponernos guapos. Nos fuimos a cenar de tapas y luego una copita, y un par de partidas al futbolín en las que se puso de manifiesto la superioridad maña (Markesino y servidor) frente a los foráneos (Calhymerito y Ang500), aunque es digna de elogio la diestra de Calhymerito y los pepinazos que metía, si que se ha recuperado bien esa mano…

Nos levantamos sobre las 8, nos disfrazamos de romanos y nos fuimos a desayunar al típico garito de carretera, últimos retoques y al ataqueeeeeee!!



La primera parte del trayecto consistía en ir por caminos hasta el embalse del arquillo de San Blas, cerca de Cella (Teruel), donde nos daríamos un chapuzón. Pistas largas y rectas, rapidísimas, con una cantidad de polvo tal que nos obligaba a ir por parejas y en paralelo…



















La llegada al pantano fue apoteósica: un agua de color azul turquesa y limpia, y un mini chiringuito con bebidas y sombrillas, unido a que había 4 gatos, nos hicieron despelotarnos en décimas de segundo. Nos faltó tiempo para saltar al agua, inmortalizándonos Juanma antes de saltar él











Después de chapuzón, nos comimos los bocatas que habíamos preparado, una birrita en el chiringuito y hala, a tragar polvo, que todo lo bueno se acaba, aunque lo que venga después sea mejor: horas de trail por parajes fabulosos. Nos acercamos primero a Teruel a tomar un café con hielo en una terraza y seguimos ruta. Allá vamos!!

La ruta era un bucle que bajaba desde Teruel a Bezas y luego giraba al este hacia Riodeva, Sarrión y vuelta a Teruel, unos 200 kms.

Estas son bajando hacia Tramacastiel, terreno pedregoso pero una zona muy divertida



























Y aquí nos vamos adentrando en el barranco del Riodeva, donde paramos en los Amanaderos a ver los saltos de agua, alucinante la exuberancia y verdor en medio de una zona tan seca, Teruel siempre sorprende…





























Pero había que seguir… Y ya empezamos a ganar más altura, zona de montaña muy bonita, la verdad es que pasamos menos calor del que esperábamos, si no fuera por la cantidad de polvo que tragamos el día era perfecto!!!















Esta última foto era de un nido de ametralladoras de la Guerra Civil, controlaba junto con otro a la entrada del valle los accesos a dos importantes fuentes, se tuvieron que poner las botas, nadie que hubiera pasado por ese valle habría podido evitar su fuego cruzado…

Y a partir de aquí decidimos bajar un poco el ritmo, ya que habíamos ido bastante alegres… Sólo nos quedaba una larga bajada hacia Sarrión. Una vez allí decidimos seguir por carretera porque era un poco tarde y había que llegar a Calamocha a comprar cosas para cenar, pero en la gasolinera Juanma se dio cuenta de que iba pinchado, así que nos dividimos en dos, Angel y yo nos adelantamos a Calamocha y Miguel y Juanma salieron más despacito a ver si el mousse hacía efecto. Llegar llegaron, cenar cenamos (de tapas, cómo no…), y a Miguel aún le quedó cuerpo para irse de marcha!! Nosotros nos quedamos de tertulia en casa hasta que se nos cerraron los ojos. Y a la mañana siguiente, cada mochuelo a su olivo. Desgraciadamente, Juanma se quedó en Molina y allí tuvo que llamar a Asistencia, así que terminó el viaje en taxi…

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado!

Espero que os haya gustado!