Domingo 9 A.M., quedamos en el sitio de costumbre Edu, Cacheno, Chato y yo. Viendo como viene el día hoy vamos a pasar poco frío.
Empezamos evitando caminos con mucho polvo y buscando zonas donde el calor no se deje sentir tanto.
Sin tardar mucho llegan las primeras complicaciones, a la XT del Chato se le sale la cadena con la mala suerte de que se queda agarrada entre el basculante y la rueda, la reparación nos cuesta un poco más de lo previsto. Por otra parte hay que dar gracias, ya que a pesar del bandazo que le da la moto, logra evitar besar el suelo.
En cuanto nos metemos en caminos más ó menos rápidos, el polvo es insoportable.
Vámonos a las alturas a ver si por allí arriba no hace tanto calor.
Hacia más de 20 años que no se veían y ahora se quieren con locura.
Seguimos adelante separando las distancias ó circulando en paralelo para evitar el polvo en la medida de lo posible.
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Atrás van quedando pueblos abandonados.
El sol aprieta fuerte, pero las vistas de la zona es una buena escusa para hacer una parada.
Aprovechamos para tensar un poco más la cadena de la XT, y de una manera un tanto peculiar, enderezar el manillar de la djebel de Eduardo.
Continuamos por un camino nuevo, aunque enseguida volvemos a territorio conocido.
Acordándonos de una fuente y un merendero que hay en la zona, nos vamos para allí, ya va siendo hora de comer y hoy nos hemos traído el picnic. Según el Chato a madrugado para hacernos un lomo con pimientos, pero si pretende que nos creamos que lo ha hecho él, la lleva clara (gracias por el lomo Beni, cojonudo).
Con el estomago lleno y con el calor que hace, apetece “gandulear” un rato a la sombra.
Nos acercamos al pueblo a tomar café y de paso veremos la carrera de moto gp. Estamos en tierra de dinosaurios, y en el reloj de la plaza del ayuntamiento, a las horas en punto, el bicho sale a dar un paseo.
Siguiendo mas ó menos la ruta de la invernal, subimos a un hayedo de la zona.
Tirados en la hierba se está en la gloria, pero hay que continuar.
Después de tomar unos refrescos en el bar del pueblo seguimos por la carretera hasta casa, por hoy ya tenemos nuestra ración de polvo y por el asfalto el calor es menos agobiante.
Hoy nos han salido 170km entre caminos y asfalto, con mucho calor, mucho polvo y sobre todo muchas risas. Cada vez me gusta menos esta época del año para salir en moto, pero ya llegaran tiempos mejores.
Un saludo y hasta la próxima, que seguramente será cuando pasen estos calores.