Alguien dijo que la cortesía es el aceite de las relaciones humanas. La sinceridad baila en la cuerda floja de la mala baba. También la excesiva adulación, tan cercana al arrastramiento, a veces es la expresión del sarcasmo.

Entre el descaro y la hipocresía hay un punto medio.

Qué filosófica me he vuelto...